Restaurante que apunta maneras.

La comida elaborada correctamente y con sorpresas positivas.

Langostino rebozado: muy bueno
Hamburguesa con pan negro de tinta de calamar: en mi opinión, llama más la atención por el color que por otra cosa.

Arroz: realmente bueno. He probado muchos arroces (no existe el lugar perfecto para el arroz perfecto) pero aquí saben lo que hacen.

Nos decepcionó mucho el apartado del vino. Pedimos un Auzells de Tomás Cuisiné. Mi sorpresa fue que cuando regresé del baño, los otros comensales, ignorantes en la materia, no se percataron de que nos habían sacado una botella del 2009. Estas cosas deberían cuidarlas más o, al menos, informar a los comensales e, incluso, rebajar los precios.
Había perdido todas sus característica y propiedades.
Tanto de aroma, como de color como de gusto, ya no sorprendía.
Es una lástima que por casos como éste, estamos manchando el nombre de un muy buen vino. Hemos conseguido que tres personas ya no vayan a comprar este vino.
El servicio muy correcto y amable.

Lugar recomendable pero deberían cuidar un poco más ciertos detalles y no intentar engañar a la gente.

Por segunda vez visitamos este local llevado por el Chef Adelf Morales, cuya carta se centra en una amplia selección de tapas en las que prima el producto de calidad. También arroces y algunos platos de carne, además de pescados y platos de caza (en temporada) por encargo. Cenamos dos personas a base de tapas, algunas repetidas de la anterior visita:

- Mini hamburguesas de ternera con pan de tinta de calamar: Servidas en una cajita de cartón, (como en las cadenas de hamburgueserías) pero por suerte el bocado no tiene nada que ver. Carne de ternera de primera, cocinada al punto, con cebollita caramelizada y servida en un mini bollo de pan negro, hecho a base de tinta. Original y muy sabrosa
- Patatas bravas con toque de wasabi.
- Brochetas de langostinos crujientes con allioli suave. Espectaculares.
- Croquetas de jamón. Muy ricas.
- Croquetas de Ceps. Deliciosas.
- Chipirones rellenos de butifarra y sus patitas. Buenos, aunque en la carta no especifica que son en su tinta.
- Selección de quesos.

Para beber, agua sin gas, una botella de Pater 2007 D.O. Montsant (26€) y por recomendación para acompañar los quesos, dos copas de vino blanco húngaro (no recuerdo el nombre), bastante dulzón y que no nos acabó de gustar.
Precio total para dos personas 90€

Sábado mediodía, tres mesas ocupadas además de la nuestra. Local agradable,informal pero con buena disposición de mesas y decorado a base de gran número de botellas y copas. La carta oferta mayoritariamente platillos en formato tapa y arroces; tambien algunas carnes y pescados, aunque no es lo que abunda y por lo visto, no es lo más solicitado. Empezamos compartiendo diversas tapas:

- Langostinos crujientes con allioli suave. Espectaulares.
- Coca con tomate y anchoas. Bien limpias, de buen tamaño y la coca riquísma.
- Croquetas de Ceps y foie. Muy buenas.
- Pinchios yakitori de pollo con chistorra. Buena combinación.
- Coca de hojaldre con foie y sardina ahumada. Genial la combinación de sabores, aunque junto a la sardina (casi cruda) al foie le faltaba algo de temperatura y el conjunto resultaba un poco frío.

De segundos, un arroz con chipirones y alcachofas para mi acompañante, seco y muy sabroso y otro caldoso de ceps y gamba roja para mi, igualmente gustoso. Raciones abundantes, dificiles de terminar.

Para beber, una copa de vino tinto, red priorat de la bodega Josep Puig (3,50€) y una botella de Clos María blanco, D.O. montsant (19,60€) servidos a temperatura correcta, en copas riedel.
La cuenta ascendió a 98,50€. Lugar muy recomendable, con producto de calidad y muy bien preparado, en un local agradable y lejos del ambiente snob de otros restaurantes de similar categoría.

Lo que tienen las vacaciones es que tienes todo el tiempo del mundo para relajarte y aprovechar para ir a comer con una buena sobremesa.
Soy asiduo a los blogs de restaurantes tipo brillant savarin y cuinairestaurants, me parecen onestos a la hora de encontrar restaurantes nuevos y que encima estén en mi zona, el eixample, me questa mucho transportarme lejos.
Sábado por la mañana, aprovechando que toda la gente estaba en la Barceloneta, reservé a este restaurante pequeño.
Opté por el menú del chef de sábado que consta en tres tapas, un arroz y un postre, 22€ bebida a parte.
Comimos ostras a la brasa con una salsa japonesa, una minihambuerguesita de ternera, setas y calamar con un pan negro que devía ser de tinta de calamar y un sashimi de calamar, el arroz era de moralets y alcachofas, de postres dos sorbetes de gintonic.
La carta de vinos es bastante curiosa ya que por el tipo de local que es, pequeño, cuenta con más de 200 referéncias, optamos por un E.Guigal de Cotes du Rhone.

No sé si habla poco o mucho de este honesto negocio en pleno Eixample pero de mi primera visita doy fe que es merecedor de que se hable. Por algo tan simple como ofrecer calidad a un precio francamente ajustado. Remarcable este esfuerzo en una ciudad como Barcelona donde siempre tienes la sensación que pagas el gusto y las ganas. Resulta difícil encontrar una experiencia reciente donde tengas esta percepción de una muy buena relación calidad-precio. Quizás en Libentia, hace unos meses también me pareció igual de bien.

Y siguiendo la estela de estos bistrots gastronómicos Adelf Morales te ofrece una cocina mediterránea con toques japoneses muy interesante en un local informal, pero muy correcto en pleno Eixample. Al ser la primera visita nos decantamos por el menú degustación que incluye por 30 € seis tapas más un arroz. Como decía aquel famoso periodista de deportes: "Juzguen ustedes mismos":

- Ostra a la brasa: Excelente
- Croquetas de txangurro (4 u.): Muy buenas
- Brocheta de langostino crujiente con suave allioli (4 u.): espectacular.
- Canelón de pasta de arroz con ventresca de atún en escabeche y samfaina. Bueno, aunque yo prefiero la ventresca sin el escabeche.
- Atún rojo a la piedra. Fantástico
- Brocheta de pluma ibérica. Muy bueno.
- Arroz de chipirones y rebozuelos. Hecho en una cazuela de hierro forjado como en Ca'Sento. Muy bueno aunque me quedé con ganas de probar el de erizos de mar.
- Tatin de manzana con helado de turrón.

Todo esto lo acompañaos con Louis Latour Ardeche (a 16,50 €) servido en copas Riedel. Un chardonnay bastante discreto. A destacar en cualquier caso una muy interesante carta de vinos con precios igualmente ajustados y referencias que se salen de lo común. Para mí una gran cena informal sin renunciar a la calidad. ¡Felicidades!

Sábado noche con sólo 3 mesas ocupadas distribuidas, según mi opinión, con buen criterio, ya que había una buena distancia entre las mesas ocupadas. Se notan las vacaciones.
Fuimos a tapear con unos amigos:
- 2 de patatas bravas (7,56€/ud.) - Alguna estaba algo dura... de nuevo.
- Mini rollitos de primavera (3,24€) - Buenos.
- Croquetas de pulpo (5,40€) - Buenas.
- Brochetas de langostino crujientes con suave allioli (5,19€) - Lo que más gustó.
- Croquetas de chipirones (6,80€) - Diferentes. Buenas.
- 2 pinchos de anguila con foie (6,25€/ud.) - Notamos un ligero regusto metálico.
- 4 coca sardegna con panceta, queso, tomate seco y alcachofa (3,20€/ud.) - Buena, pero la "coca" se rompía con facilidad y hacía bastante difícil comerla.
- 4 pan (1,52€/ud.)

Una botella de Louis Latour Bourgogne Blanc Anniversaire 2009 (21,60€) con su cubitera y servida en copas Riedel, 3 aguas de 1/2 l. (1,75€/ud.), 2 cortados (1,95€/ud.) y una infusión (2,15€) completaron la cena.

Esta vez, el camarero tuvo tiempo de irnos rellenando las copas.

Cena viernes noche. Tenemos suerte y encontramos mesa para 3 sin reserva.

Algo de picar de primero... bravas estilo Arola (sigue sin convencerme, me tira mucho más las clásicas tipo Mandri) regular elaboración, la patata no estaba del todo bien hecha en la parte gruesa de la base; canelón de calabacín relleno de queso mahón, creo (costaba mucho de "diseccionar", flojo) y terrina de micuit (muy bueno).
De segundos nos decantamos por dos solomillos y un entrecotte de 300gr a la priedra. Excelente carne y a muy buen precio.

Pedimos tres postres que no recuerdo, junto con dos cafés.

Para acompañar, agua y un Robert Mondavi Zinfandel 2007 (u 08?) a 25€, aunque en realidad pedimos el de Pinot y no nos dimos cuenta hasta ya servido. Servicio de vino correcto-bien, copas Schott. Carta de vinos variada, incluyendo varias zonas foráneas. Como detalle, la carta indica añada en la mayoría de referencias y en todas ellas una pequeña foto de la etiqueta. Además tienes vinos "top" fuera de carta, tipo Mogadors, Espectacle, etc.

Buena recomendación. Intentaré repetir.

Nueva visita a este pequeño restaurante, con buena cocina y precios ajustados. Tienen un buen menú degustación con 6 tapas acabado en un arroz. Al ser por la noche, prefiero obviar el arroz y nos decantamos por seleccionar nosotros las tapas.

La alineación (juega el Barça en Wembley), fue:

Bravas (al estilo Arola), bien. Ración quizá excesiva.
Canelón de setas, bueno. Lo sirven con un aceite aromatizado con trufa blanca.
Croquetón de bacalao, bien.
Tataky de atún, bien, aunque para mi lo más flojo.
Alcachofas con foie, quizá la mejor tapa de las que tomamos.

Buena y cuidada carta de vinos, con una selección de vinos dulces a copas. Bebimos una botella de Louis Latour Anniversaire (Chardonnay), bien servido en copas Riedel.

No postre, dos cafés con hielo. Hacía calor en el local, hacía calor en general por la noche. Buen servicio, atento y agradable.

la que me hizo FrancescF. Animado por él y fiado de los comentarios del foro fui a comer este sábado. Y lo hice de maravilla.
El local es acogedor, mesas con separación correcta, como en 2 niveles, menaje de calidad, sillas un poco duras. Lo único que no me gustó es el uso de caminos de mesa en vez de mantel, EMHO el mantel le da más nivel al local, manías que tiene uno.
De primeros compartimos foie caramelizado con mermelada, plato acertado con el micuit quemado como se se tratara de una crema catalana; alcachofas con ceps y foie y ensalada de txangurro, raciones un poco cortas pero ricas y bien presentadas.
De segundo un arroz con múrgulas y marisco, perfecto de sabor y punto, presentado en cazuela de hierro colado, espectacular. Igualmente muy bien el arroz con alcachofas y sepia que tomó otra comensal, seguido de un solomillo de ternera de Girona.
De postre una sabrosa tatin de manzana con helado.
Servicio del vino impecable, carta muy interesante y con multitud de caldos poco conocidos a buen precio, lástima que no consta la añada.
Pan de 2 tipos.
Atención muy profesional pero amable a la vez.
No me pareció barato pero pagué a gusto todo: la calidad, el ambiente y el servicio.

En la reciente visita a la ciudad condal y haciendo caso de la recomendación de algún forero habitual al que consulté, acudimos el sábado por la noche a cenar. Vaya por delante que damos por buena la recomendación y que quedamos plenamente satisfechos.

El local es bonito y funcional. Podía definirlo como "bar urbano moderno": barra a la entrada, mesas pequeñas con "caminos" en lugar de manteles, combinación de sillas y bancos correderos... Estaba completamente lleno con todas las mesas ocupadas. Ambiente joven y distendido en general.

Tomamos:
- Terrina de foie caramelizada y meremelada: aceptable.
- Ostras a la brasa: de tamaño considerable. Se les da un golpe de calor, pero parecen casi crudas.
- Tartar de pulpo: gran presencia del wasabi (hacen bien de avisar cuando lo pides).
- Canelones de setas y bogavante: uno de los mejores platos: muy sabrosos.
- Tataki de atún con guacamole suave: muy bueno. Atún bien fresco apenas marcado en plancha (apenas, apenas).
- Rabo de buey al vino tinto del Bierzo: también muy bueno.

No tomamos postre.

Vinos: León Beyer riesling y Rivola (abadía Retuerta). Ambos muy buenos. La carta es suficiente con propuetas que se salen de lo corriente. Se da de probar, se acompaña el blanco con cubitera... El personal hace verdaderos esfuerzos por servirte cada vez.

Acabamos con unos GT de Mascaró + fever tree. Interesante la carta de ginebras y tónicas.

Lo dicho: una buena opción con una RCP realmente fuera de lo común.