He ido al restaurante ,con el plan B y el diseño del edificio y del restaurante no esta mal pero lo que importa que es la comida FATAL.
El menu que nos han sacado es de entrantes tapas caseras(q conta de unas croquetas que no tienen nada de creativo),como plato principal arroz con pato y alcachofa(que no tenia nada de sabor) y de postre tarta de dos xocolates con sorbete de menta.
Si sacas la cuenta de lo que nos han sacado y lo que vale en la carta no sale la cuenta ,porque en carta nos hubiera costado 20.80 € (por persona) y en el plan B nos sale a 25 €(por persona) ,....y el trato del camarero deja mucho que desear.
Pedimos uno de los menús de la carta,a destacar la crema fria de coco,tanto me gustó que la volví a pedir para la cena en otro de los menús.El problema es que la carta es cortita,yo solo estuve dos días en el hotel pero si vas más dias tienes que repetir los platos.Eso si todo de muy buena calidad.
Hemos visitado el restaurante a mediodia con el pretexto de el certamen Cuina Oberta. Mesa circular para nueve comensales a las 15.00 (que han resultado ser las 15.20). La comida se prolonga hasta pasadas las 18.00 h. y, la verdad, ni un mal gesto por parte del personal. Más bien al contrario: respetuoso, simpático, educado...
El menú consiste:
Aperitivo: Espuma de gazpacho: el mismo sabor de un buen gazpacho andaluz pero presentado en vasito y emulsionado. Bueno.
Dos entradas: Crema de alcachofa con virutas de panceta y helado de queso (realmnente buena y mut calentita) y compacto de costilla con lentejas (también nos ha gustado mucho).
Plato principal: Arroz meloso de carrillera con espuma de boletus. Contundente (para algunos/as en exceso), sabroso, buen punto... Rico.
Postre: brownie de chocolate: muy muy bueno.
Hemos tomado dos botellas de Nita (Priorat), refrescos, agua y algún café.
Vajilla, sala, mantel, musica ambiental, baños... todo a muy alto nivel.
Por 28 euros me parece una extraordinaria oportunidad. No sé los precios fuera del certamen.
La verdad es que el sitio me decepcionó un poco. El local es agradable, pero algo frío ( parece más agradable la terraza). La cristalería aceptable y la vajilla algo mejor. La carta, corta y la de vinos con precios desmesurados para su valor real. La comida buena, pero sin grandes sorpresas. La atención del personal bastante cálidad, sin llegar a ser cercana. En resumen tres entradas para dos, un segundo y un postre, y una botella de Guitián, 65 euros por persona
Realmente impresionados en nuestra visita. Local extraordinariamente diseñado y bien acondicionado. Perfectos todos los elementos de sobremesa. Interesante carta de comidas. Buena carta de vinos pero mal diseñada ya está distribuida por zonas (Norte, Sur, Centro, etc..) mezclando tintos y blancos. No obstante tienen intención de mejorarla, así como incluir carta de aguas y licores, ambas por confeccionar si bien hay diversas aguas y licores para escoger. En referente a la comida tomamos unos snacks gentileza de la casa con 2 Perucci. De entrantes Foie con praliné de pistachos verdes, membrillo y puré de mango. Ensalada templada de bogavante con meloso de costilla y germinados. De segundo tomamos Rodaballo asado relleno de alcachofas con crema de piña e hinojo. Rape con crujiente de maiz, patata escalibada y sopa de vainas. Por último deseabamos probar un arroz y optamos por un arroz de pichón con garrofón valenciano y queso de Idiazanal. De postres Canelones de manzana con queso cabrales y mermelada de lima y Crema de galletas "María" con brownie de nuez macadamia y helado de leche. Toda los platos estuvieron "IMPRESIONANTES". Comida maridada con un espumoso Juve & Camps reserva familia + agua Solan de Cabras. Café y Té (disponen de tés exóticos). El trato del vino es bueno excepto que no se dispone de la botella a pie de mesa salvo que se solicite, no obstante el nivel de la copa no decayó. Excelente el servicio. Contentos con la RCP (182,97 €). En resumen, una experiencia maravillosa que aconsejamos a los veremeros.
Un saludo.