Típico bar que con pretensiones de restaurante se encuentra en el polideportivo municipal, lo que no se si es una ventaja.
El servicio es pésimo, y recuerda un poco a la ventanilla de un ministerio, pedirle a la camarera, supone un autentico esfuerzo por no coger la nota y hacerla uno mismo. La relación calidad precio no esta lograda, y no puedo por lo menos que sentirme con la sensación de haber pagado por más de lo recibido. Los platos en su elaboración han de mejorarse sensiblemente y falta la mano de la madurez o quizás la receta tradicional siempre saque de un buen apuro. Intentar adentrarse en la carta de vinos resulta imposible y nada recomendable, hay que recurrir a las denominaciones de origen y quizás no todas reseñadas sean las más acertadas.
El local carece de decoración, comodidad, o cualquier valor que pueda destacarse, únicamente que en verano la piscina se encuentra al lado y el local muy cerca como para no caer en la tentación. Unica explicación por la que pueda repetir en este local.
Nada recomendable.