La familia Lera, con Cecilio Lera (experto cocinero formado en Suiza), con su señora e hijo Luís Alberto, han abierto un segundo local en Castroverde de Campos, en esta ocasión Casa rural (Senda los Frailes) con un taller gastronomico, donde se puede comer tanto si eres cliente de la posada, como si reservas previamente.

Con menú concertado, acudimos varios veremeros, más algún amigo, en total 15 comensales. El entorno de la casa y el restaurante, es de calidez, confortabilidad y espacioso, lo cual no es poco.

Tras tomar un aperitivo en la bodega (subterránea claro esta,) con el vino de la casa marca de la casa, 80% Tinta de Toro y 20% Cabernet Sauvignon , un crianza de viñas viejas y producción propia elaborado con la asesoría de Abdón Segovia (Patientia, Spiritu Sancti, Lácrima Christi, que dicho de paso estaba a muy buen nivel, en general gusto a todos y eso que menos de una hora antes habíamos catado casi toda la bodega de Liberalia y los sentidos estaban, al menos los mios, algo atorados.

Tomamos asiento y degustamos con buen servicio y buen nivel de vajilla, mantelería, cubertería etc.:

Sopa en sartén con panceta curada: Parece que es según una vieja receta castellana, que desde luego recordaba esos sabores “de antes”

Carabinero en papillote con verduras. Peculiar presentación conservando el sabor y aromas íntegramente.

Escabeches de caza menor: Si os gustan los escabeches estáis en el lugar.

Huevo con trufa blanca: Para mi este plato fue de lo “más mejor”.

Niscalos con chorizo y callos de bacalao. Gran conjunción de sabores que igualo en altura al anterior.

Risotto de paloma. Que pocos risottos he comido, con su punto y sin notar grasa, como en este.

Alubias con liebre. Justifican un viaje.

Pichón estofado. Por mi culpa (pues los pichones no se acaban entiendo en el plato conmigo) no me impresionó.

Lomo de ciervo con boletus. Que punto tenía la carne, tan difícil en la caza.

Tabla de quesos zamoranos. Difícil de explicar sobre todo el de cabra.

Café con leche anisada. Mis papilas estaban agotadas.

En cuanto al vino, aparte del de la casa, fue un festival en cantidad y calidad, pero por culpa de los comensales y de Liberalia; El cero, el verdejo de la bodega, el cuatro, Liber 2001. ETC… Por tanto no puntuaré el capitulo del vino.

Y el remate fue “Toneles” por obra y arte de primero Jesús y luego Concha.

El menú se completó con cafés y su precio fue de 40 euros.