Esperaba más y recordaba mucho más de anteriores visitas. Es posible que no hicieramos las mejores elecciones. Aquí prefiero un pescado blanco que un atún rojo pantagruélico, pero agobiado de cremas, sabores, polvos...Pedimos percebes, buena idea , al carbón de encina, ricos , sabrosos, pero el percebe que es lo importante, no me gustó, costaba comerlo, se pegaba a su piel, blando...nos dijeron que tenía que ser así, así que los prefiero en Azurmendi o a lo tradicional. Rissoto verde, buena idea, seguramente fue lo mejor, pero arroz vietnamita??hubiera preferido otra textura , la verdad. Piña de postre, buena idea, a la brasa, pero tampoco me convenció, .Es una opinión particular, claro, pero ese día ni me convenció el producto, ni su tratamiento. Vi pasar un plato con bogavante espectacular,debería haberlo pedido, pero los 52 euros , me frenaron. Local agradable, servicio ambale, y justita justita atención al vino, sin interacción alguna ni deseo de tenerla. Con esos precios se puede exigir algo más, lo digo con respeto, pero seguro de lo que digo