Tapeos Mayores

¿Cenamos hoy de restaurante o nos vamos de tapeo? ¡No hay duda, vámonos de tapitas! Podemos tomar una en el barrio de La Viña, vemos La Caleta, vamos paseando luego hasta La Alameda, tomamos otra por ahí, de ahí al Centro, salimos a Santa María… Así que decidimos continuar con los mágicos tapeos en la tarde-noche gaditana.

Es una ciudad para quedarse a vivir. Qué contrastes tan brutales, pasas de una calle que grita decadencia lisboeta a otra que exhala orgulloso señorío, incluso con aire modernista convencional, para luego desembocar en una soberbia plaza-jardín de morirse… Duende, tiene duende Cádiz, es verdad.

Cumbres Mayores, más conocida como “Cumbres”, uno de los clásicos y “must” de la ciudad, está junto a Alameda Apodaca. Se trata de un pedazo de mesón, de “taberna ilustrada” como les llamaban en Zaragoza en tiempos, o también otra denominación que molaba era “gran taberna nacional”. Grande, techos altos, rústico, pero con solera. Paredes de adobe lavado, techo de caña y vigas de madera, mucha madera por doquier. Jamones y chacinas colgando, canastos de mimbre, botellas de vino, fotos… ambientazo. La gente esperando a que dejes tu sitio en barra para pillarlo. Pero sin agobios, es curioso, te dejas imbuir por esa atmósfera y… No hay empujones, no hay apreturas: hay ambiente, ambientazo.

Especializados en carnes y embutidos ibéricos. Volaban los platos de jamón, las carrilladas guisadas, el rabo, las albóndigas, montaditos varios…

Nosotros no queríamos nada muy contundente, veníamos de uno, queríamos ir a otro u otros, así que, en la barra, sentados en cómodas banquetas, pedimos medias raciones de cosas ligeritas…

• Melva canutera con mahonesa.
• Boquerones Tumaca.
• Ensalada de tomates de Conil aliñados.
• Chicharrones especiales de Chiclana.
• Caña de lomo ibérica.
• Jamón de bellota.
• Montadito de presa ibérica a la brasa con paletilla ibérica.

Pues es de esos sitios en los que todo está rico, todo tiene buena pinta, todo está presentado con humildad y sencillez pero con fundamento, y todo entra bien: los chicharrones buenos, pero mejor los del Manteca; la melva muy fina, perfecta conserva que merece más consideración de la que tiene; el tomate, mejor a la vista que a la boca, cagüendiez con lo que prometía; los boquerones una simple locura, eran en vinagre y en montadito untado con tomate, basta con decir que al día siguiente volvimos únicamente a tomarnos otro montadito al aperitivo; el lomo y el jamón, de mucha calidad; y la presa, jugosa y sabrosa.

En cuanto al bebercio, de las opciones que me dieron (más bien pocas) opté por manzanilla La Gitana. Pues La Gitana oiga, me hubiera gustado algo más especial pero macho, qué buena estaba. Y oootra. Con manzanilla de inicio a fin. Dejémonos de tonterías. Mi mujer no, ella se decantó este viaje por Tierra Blanca 2014, lo tienen en todos los bares de tapas de Cádiz, un blanco tranquilo de palomino algo abocado muy agradable. ¡No hay verdejos! ¡No hay dolor!

¡Vamos a rematar a otro!