Fuimos el otro día a cenar con unos amigos a este restaurante cuyo espacio es espectacular. El arquitecto ha logrado un espacio singular, funcional pero a la vez cálido, con un buen juego con la muralla que encuadra perfectamente en el sitio. Como nota negativa, deben de mejorar la climatización, hacía un poco frío.

En cuanto a la comida comentar que el nivel es muy elevado, yo tomé de primero los guisantes estofados y de segundo el bacalao. Ambos platos estaban realmente bien elaborados, se nota en el chef el dominio de las técnicas de cocción y juego con texturas y sabores. Sin embargo, considero que la carta es algo escasa en cuanto a oferta.
La carta de postres es muy escasa, lo que hay está logrado pero debería de ampliar oferta.
Vinos: la carta es amplia, extensa y con interesantes referencias. los precios están al nivel del restaurante, de hecho no me parecieron excesivamente caros. Quizás echo en falta referencias más novedosas en cuanto a añadir etiquetas españolas. Una deficiencia fue que no tenían dos de los vinos que pedí, y eso es algo que un restaurante que aspira a tener este nivel no debería de permitir.
Servicio: servicio atento, rápido, cordial, te sientes a gusto, no tienes la sensación de "servicio estirado" que tienes en otros restaurantes de calidad similar. El somelier presentó un trato amable y cordial, pero le faltaba experiencia.
En general, me pareció un buen restaurante pero que personalmente no me cautivó. De todas maneras volveré.

Ha sido mi tercera visita a este gran restaurante.
La cocina mantiene un alto nivel desde el primer dia, con platos innovadores y con la variación suficiente para no repetir.
Solo encuentro un aspecto a mejorar y es el servicio, tanto de mesa como de vino.
En un restaurante de este nivel, no es correcto tener que reclamar habitualmente agua, pan y menos todavía vino, porque las copas se quedan vacias.
El tratamiento del vino, salvo por lo antes indicado, es excelente y la carta amplia, aunque algunas referencias estan bastante altas de precio.
Por supuesto, es un restaurante de lujo, pero la RCP empeora mucho por el precio del vino.
No obstante, si te dejas aconsejar por Mª Carmen y le indicas precio que quieres gastarte, ofrece alternativas excelentes.
En resumen, excelente restaurante con aspectos a mejorar, para seguir creciendo y estar entre los de primer nivel de España.

Segunda visita al restaurante de Ricard en Valencia. La primera vez elegimos un menu corto y nos parecio normalito y excesivamente caro.

Esta vez preferimos tomar el menu Arrop (el largo) y verdaderamente la cosa mejoró. De los entrantes destacar la ostra escabechada por su originalidad y la menestra de temporada, exquisita. Por el contrario el huevo no decia nada, muy plano de sabor.

De los platos principales destacar el pescado, de calidad y sabroso. No tanto el arroz ( a la moda, un poco duro) al que le faltaba sabor. La carne (de caza) no pegaba mucho con el menu pero estaba bien cocinada.

Los postres fueron muy originales y adecuados a la comida.

El vino (priorato) fue un acierto aunque desproporcionado de precio y el sumiller no supo bien como reconmendarnos. Algo a mejorar ya que disponen de una extensa carta de vinos.

Destacar la perfecta relacion de tiempos entre cada plato (creo que debido a que el restaurante no estaba muy lleno) que en este tipo de comida es muy importante.

La relacion calidad precio es un poco excesiva pero se trata de cocina de calidad y el restaurante está a la altura.

En poco tiempo este restaurante merece ser considerado el mejor de Valencia, si bien la pena está en que lo es no sólo por méritos propios, sino ayudado por la inexistente competencia, corriendo el riesgo del temido amodorramiento, sin que llegue a mejorar todo cuanto, es obvio en un recién iniciado comedero, precisa.
Existe una incuestionable calidad en los productos, así como en su elaboración y buena presentación: dos veces que he ido en ambas tomé de entrante un excelente steak tartare, del que hay que pedir acentúen el picante, si así gusta, exquisita la anguila y no tan acertado el huevo frito con trufa, al que le falta ángel de puro lineal que está. El pan muy bueno y bien surtido, el aperitivo nada del otro jueves, un potinguito más, presentado en vaso de cristal, al que son tan aficionados nuestros cocineros. Los postres sí destacan, concretamente el de chocolate frío, llamado bizcocho, y la torrija.
En lo que hace a la bodega, es correcta, si bien en esta ocasión tomo con el entrante un dry martini, bien conseguido, pero sin la sobriedad y perfección del emblemático de Javier de las Muelas (www.drymartinibcn.com y www.speakeasy-bcn.com) y lo seguí con un whisky Talisker 10, rebajado y abierto éste con una chispa de agua, lo que maridó a la perfección con la anguila.
El servicio es correcto, sin alharacas, pero un poco despistado y falto de atención (todo corregible), siendo, de otro lado, innecesario y molesto que se siga la costumbre instalada de explicar los platos, aunque no se haya pedido tal, cual si los comensales fuésemos necios.
El precio es acorde con cuanto he comentado, pero no caro.
Queda por resaltar la muy conseguida estructura arquitectónica del establecimiento, si bien la decoración de tan parca, minimalista y excesiva en iluminación me hace sentir un poco de incomodidad.
Enhorabuena por esta apuesta en Valencia, que se vislumbra debe alcanzar más altos vuelos en un futuro próximo.

Empezando el año con buen pie, fui a València... mi decisión fue aRC, el Arrop de Ricard Camarena. Del restaurante cabe destacar muchísimas cosas pero sobretodo el equipo humano, me recuerda a restaurantes de mi zona (Alt Empordà) com Roser 2, Empòrium (michelin los olvidado un año más... què pena!) Bo.Tic (felicitaciones por su *michelin, pronto haré un comentario.
El local muy bonito, increible, espacioso y agradable. Bravo al arquitecto!

La comida fenomenal, fui con mi mujer que les pregunta a Ricard hace poco como hacia unos postres y nos lo ha contado! Grácias RICARD!!

De comida a destacar la butifarra de atún y puerros; la ostra en escabetxe; la merluza con amontillado; y los postres increibles rozando la perfección.

Lástima que esté tan lejos... hasta la proxima!!

Acudimos a cenar a este restaurante para celebrar nuestro aniversario de boda y la velada fue redonda.
El local me encanta, aunque es verdad que le falta algo de calidez. Servicio esmerado y profesional, aunque como se ha apuntado en otro comentario necesita un poco más de rodaje.
Elejimos el menú largo y, aunque no voy a detallar plato por plato, nos pareció que rozaba la perfección en cuanto a intensidad de sabores, imaginación, texturas y presentación de los platos. Lo acompañamos de un San Román que cumplió perfectamente. En nuestra próxima visita nos dejaremos aconsejar, pero esa noche quería ir sobre seguro ;)

Creo que con más rodaje y puliendo unos escasos detalles será uno de los mejores, si no el mejor de Valencia.

No es barato, 100 euros por persona incluyendo dos gintonics de Martin Miller y Fever tree, pero para darse un homenaje de vez en cuando

Absolutamente recomendable

Para los que les importe el local, el sitio ha ganado muchos enteros respecto al de Gandía.

Para el que le importe la comida....sigue siendo inmejorable, para mi de los mejores que conozco, sino el mejor.

Menú largo con el que te quedas lleno.

Entrantes:

Bullit valencià amb capellans: Un clásico de la casa. Lo ha hecho mas espuma, mas eteréo pero con el mismo sabor de siempre. Creo recordar, aunque en memoria no soy muy bueno que la otra vez que lo probé hace unos años estaba hecho en capas mas sólidas.

Menestra de otoño. Impresionante el sabor y las texturas: alcachofa, calabaza, boniato, castaña....ummmmm.

Puré de nabos, pulpo y trufa. Un plato repleto de sabor. Muy fuerte, contundente de sabor y un olor....

Botifarra y blanquet:......de atún 100%¡¡¡¡¡¡, mostaza y alcaparrones. Huele a atún, sabe a morcilla...uno de los juegos de Ricard. Muy bueno.

Arróz de vaca vieja....con vaca???. Un arróz de intenso sabor, meloso, potente. Muy bueno.

Otro clasico: calamar con sang y ceba sin sang ni ceba con un fondo de fesols y nabs. Buen producto y el fondo.....que bueno.

Pescado: Pescadilla en salazón con fondo de amontillado. Sencillo, con el pescado en su punto que se deshace en la boca y el sabor del amontillado,,,,,bueno.

Carne: .....otro cañón de sabor: Liebre con pera caramelizada: Otro 10.

Postres: Un postre de calabaza de los que repetirías 2 veces, sobre todo por las diferentes texturas de la calabaza: en semillas de gran sabor, escamas y el mus.

y otro de chocolate que no me dijo tanto como el anterior.

En definitiva; SABOR, SABOR y SABOR, con unas texturas muy conseguidas. Un menú muy regular que nos ha gustado mucho.

Precio sin bebidas: 75 euros/persona.

La primera vez que ibamos al local de Valencia,recien abierto.Si que conocìamos el de Gandia.
Local bonito,como se lleva ahora-minimalista-,aunque un poco desangelado.
La comida,en lineas generales no sorprende tanto como en el anterior local,no sè porquè.Quizàs es porque en Gandìa tenìas la impresiòn de estar ante autènticas maravillas de tecnica e inspiraciòn, y aquì no sentì en ningun momento esa sensaciòn.
Entradas de steak tartare y jamon de bellota.Pulpo con arroz de nabos,bien concebido pero regular realizado (los nabos te los tenìas que imaginar),menestra de otoño realmente buena y singular,con el punto perfecto.Sopa de cordero picante,algo grasa y poco picante.Lubina como pescado del dia,bien sin màs.Ventresca con ensalada,producto inmejorable y cochinillo,que realmente hacìa recordar el que ponìan en Gandìa,porque estaba menos conseguido.
De postres yogur y cerezas; calabaza,yogur y jengibre y cafè con leche quemada,francamente conseguidos.
Aperitivo compuesto de vermouth,negroni y cerveza, y vinos Belondrade-Lurton 07 y Alto Moncayo 06,con La Bota nº 13 PX y Casta Diva de postres.
Servicio profesional pero quizàs falto de un poco de ritmo.Pan bueno pero escaso en variedades para un local como èste
Carta de vinos excelente pero en la que los precios nos van a obligar a tomar sòlo agua.
En definitiva te seducìa màs el Arrop de Gandìa,aunque con sòlo una visita no deberìa decir esto,pero tambièn encontrè cosas feas que me callo,porque son intrascendentes pero no permisibles en un sitio como èste.

El inicio: un sorprendente cava valenciano realmente espectacular. Un cuveé especial de la bodega Castell dels Sorells. Un gran reserva añada del 2003.

Como detalle de la casa nos ofrecieron una versión muy novedosa del típico hervido valenciano que lo acompañaron del no menos típico capellán a la llama. Es espectacular el modo de versionar a la cocina moderna esos típicos platos tradicionales.

Entrantes compartidos: Jamón Ibérico Joselito correcto y un Stek Tartare a la altura de los mejores de Valencia (yo diría entre los 3 mejores).

Entrante individual: Ostras escabechadas muy buenas.

Respecto al vino, aprovechando la presencia de un sumellier tan profesional (es joven pero viejo conocido nuestro) no nos atrevimos a pedir. Le dimos una serie de premisas y un presupuesto de 30€ y nos deleitó con un monovarietal Garnacha de Navarra. Santa Cruz de Artazu 2004. Muy bueno. Nos gustó.

REspecto del plato principal, puedo opinar del mío que fue paletilla de cabrito asado. Realmente espectacular, tanto en la materia prima como en la elaboración. Envié mi enhorabuena a Ricard (supongo que le llegaría).

Ahora la parte más gris: Si bien al servicio se les ve bien instruido, a mi parecer les falta algo de soltura (a excepción del metre y el sumellier). Quizás el motivo es que estabamos en el reservado más alejado del control de Mª Carmen (que por cierto se acercó a saludar) y eso se nota. Mi anterior vez fue una cena en el comedor principal en el que normalmente se encuentra Mª Carmen y está "al quite" de todos los detalles. Para que mi crítica sea constructiva, mi opinión sería que contrataran a otra persona para servir y así ella pueda centrarse en la supervisión de todas las zonas.
Otro punto gris es el servicio de tabaco. Teniendo zona de fumadores, sería interesante tener alguna cajetilla de tabaco a mano de cortesía para no enviar a los fumadores a comprar a la maquina de un bar.
Respecto a la selección de puros, la vimos un poco corta y les faltaba el cortapuros. En mi anterior visita si tenían.

Respecto al precio, aunque yo no pagué, creo que estuvo sobre 70 € por persona, lo que no me pareció caro en absoluto para el homenaje de comida que nos dimos.

Conclusión: Muy bien y para repetir.

La verdad es que no había oído hablar de este restaurante (conocía el de Gandía) y he quedado encantado.

Menú a mediodía para cinco personas. Menú Arrop consistente en 3 Entrantes, Carne, Pescado, Postre. A saber:

- Crema de tomate sobre queso de Almedíjar (riquísimo, creo que además llevaba algo parecido a arenque, muy sabroso)
- Ensalada de bacalao y naranja (con un cremoso de ajo muy muy bueno)
- Calamar de playa amb sang i ceba (sin sangre ni cebolla). El calamar fresquísimo, y muy curiosa la simulación de la sangre con cebolla a partir de trompetas de la muerte.
- Ventresca. No puedo decir qué más llevaba porque me quedo con el sabor de la ventresca y su punto de cocción. ESPECTACULAR.
- Pintada con botifarra de Perol. Hacía MUCHO tiempo, que no me sorprendía un plato de carne. Riquísimo.

No soy un gran amante de los postres, pero la Torrija caramelizada con helado de mantecado es de los mejores postres que he probado nunca.

Me gustó mucho el surtido de dulces que acompañaba al café.

Respecto al vino, servicio muy correcto y carta muy amplia. De acuerdo con la categoría del restaurante.

Por poner algún pero:

- En algunos platos, escasa cantidad (sobre todo en la ventresca).
- Quizá algo de falta de experiencia en el servicio, pero MUY correcto.

Me uno al comentario anterior respecto a la cocina. Tuvimos la ocasión de visitarla (guiados por el propio Ricard Camarena) y es IMPRESIONANTE. Nos mostraron algunas piezas de la vajilla realmente espectaculares. Nos explicaron cómo emplataban, las diferentes zonas,...,un trato muy bueno.

MUY MUY RECOMENDABLE.