Aprovechando que hoy se celebraba un mercado medieval en Plentzia, localidad de veraneo de bizkainos "pijos" (Que no me oigan), nos hemos desplazado hasta allí. Desde luego que el olor que desprenden los asados del mercado no me han abierto precisamente el apetito.
Es una zona muy chula, de ambiente. También el día acompañaba un montón pues aquí ya no ha hecho ese calor sofocante de ayer.
Un txakoli con el mar de fondo para relajar cuerpo y mente antes de pasar a cenar.
Desde luego que no he ido animado por el comentario anterior que poco o más bien nada aportaba y además a mi el "foi" como que no me pone.:-))
Me he llevado una pequeña decepción pues al llamar no nos han preguntado nada y resulta que tienen dos comedores, uno el elegante y otro el de terraza y nos ha tocado terraza pues el otro estaba completo.
Son nuevos, ha estado cerrado hasta hace poco y lo han reabierto tres chicas y se nota la poca experiencia.
Las mesas de 2 comensales muy pequeñas, demasiado. No hay sitio para los platos y hay que ir haciéndolo según salen las cosas.
Hemos empezado con unos langostinos crujientes que la verdad es que estaban deliciosos, eso sí, excesivamente salados. Ración justita, 6 unidades para los dos.
Luego una ensalada de láminas de bakalao, con cantidad generosa del citado pescado, con setas y una especie de mahonesa suave que hacían un conjunto muy agradable de comer. Ración estupenda.
De segundos hemos elegido entrecot y bonito, en la foto podeis verlos.
El entrecot estaba rico de sabor, pero demasiados trozos difíciles de masticar y eso que la que lo ha pedido es una de las mejores comedoras que he conocido nunca.
Los pimientos riquísimos, caseros y las patatas muy ricas también
El bonito por el contrario estaba muy sabroso, lo he pedido hoy un poco más hecho de lo normal y además estaba a la brasa y ha sido un plato muy agradable.
No hemos podido pedir postres, no teníamos ya sitio.
El pan riquísimo, crujiente y en ración más que generosa.
lo hemos regado todo con un Martín Codax 2010, un estupendo albariño, de nariz tremendamente frutal y con un sabor así mismo de fruta fresca. Me ha gustado y mucho, la verdad.
Como no aguanto el vicio, y tienen una terraza muy acogedora, hemos salido a tomar, ella la copa de albariño que quedaba y yo mi cortadito, rico, muy rico.
Ha sido gracioso porque he pedido un vino dulce y la inexperta camarena de la barra de terraza me ha dicho que dulce solo tiene un txakolí. jajajajajajaja.
He vuelto a entrar al restaurante y me han ofrecido algo que no había probado nunca, un moscatel muy suave, corrientito, sé que es Gutierrez pero no el Colosia, era mucho más claro.
Al menos me ha quitado un poco el "mono".
Pues habrá que darles un poco más de tiempo a las muchachas y esperemos tener suerte otra vez y poder cenar en el comedor interior que es más cómodo y mucho menos ruidoso.
Acompaño también con una foto de la patrona de los pescadores que está justo delante del restaurante.
Merece la pena el entorno y pasear por la orilla de la ria y acercarse a la playa.

Un lugar muy coqueto y romantico , me gustaron los platos mezcla de modernos y tradicionales
Sobre todo me gusto el foi casero uno de los pocos sitios donde se hace de forma manual