Los propietarios oriundos de Brasil, presentan en un local de difícil catalogación, pero limpio y curioso.

Para probar algunos platos típicos brasileños, cocinados y servidos por la propiedad, Gaucho y Gaucha, solícitos y muy amables, amenizados a la guitarra y armónica por el mismo Gaucho. Como bebida mojitos.

Una grata experiencia con la simpar pareja.

Local de reducidas dimensiones situado en el barrio de Ruzafa. Puede servir, como en mi caso, para conocer una gastronomía nueva, como la brasileña. Atiende el dueño, que sólo habla portugués, pero con el que al final te apañas. El trato es cercano y afable, con lo de bueno o malo que pueda derivar de esto. Nosotros pedimos de entrantes un variado de croquetas rellenas de carne, verduras y pollo, y unas bolas de queso. De segundo feijoada, al que cabe ponerle el pero de que creo que le faltaba algo de carne para que el plato fuera más completo. De beber disponen de varias marcas de cervezas brasileñas (el precio ronda los 3 euros), y en lugar de tomar postre, preferimos una caipirinha.