Restaurante El Bálsamo de Fierabras (CERRADO) en Cuenca
Restaurante El Bálsamo de Fierabras (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos y martes noche
Nota de cata PRECIO MEDIO:
43 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.7
Comida COMIDA
8.2
Precio medio entorno ENTORNO
7.2
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Opiniones de El Bálsamo de Fierabras (CERRADO)
OPINIONES
13

Desde aquí comunicar el cierre definitivo de este restaurante. Han sido cuatro años luchando para tratar de sacar adelante este proyecto. Gracias a todos los que directa o indirectamente han colaborado con nosotros. Adios.

Después de leer las críticas de este restaurante me decidí a ir a comer y la experiencia fue pésima, no tanto por la comida sino por el servicio y el vino. Éramos cuatros, dos comimos el menú del día (14 €), bastante correcto, y otros dos a la carta, que tampoco estuvo mal; pero lo que realmente nos indignó fue que después de pedir el segundo vino de la carta, pues el primero se les había acabado, viene la única camarera de todo el restaurante y nos dice que ella no entiende de vinos y que su compañero, que ha salido, vendrá a servirnos el vino que hemos pedido(Dehesa del Carrizal, Chardonnay Fermentado en Barrica). Nos traen los primeros platos y el vino sin aparecer, cuando se lo comentamos aparece el compañero, nos sirve el vino, se lo lleva a meterlo en una cubitera y lo deja en la mesa de servicio. La camarera viene con los segundos platos, pero del vino ni se acuerdan y como en la sala no apareció nadie en todo el tiempo, tuve que levantarme a coger la cubitera para servirnos. Cuando nos llevó los postres no fue capaz de disculparse al ver el vino encima de la mesa.
Por cierto, en cuanto al vino nos pusieron una añada del 2005 con lo que, aunque era fermentado en barrica, estaba ya para “sopitas y buen vino”.
En el restaurante sólo había comiendo otra mesa, lo cual no me extraña ya que con ese servicio y la dejadez que demuestran en los vinos de su bodega, nadie volverá.

Pues esto es lo que ha hecho este emblemático establecimiento de Cuenca. Ante la escasa afluencia del cliente "gastronómico" han decidido apostar por el buen hacer y por el producto, así encontramos en su oferta propuestas típicas ejecutadas con maestría, ensaladas originales llenas de sabor, remakes de platos de toda la vida y un apartado de especialidades realmente interesante. Podríamos recalcar en este elenco gastronómico el queso frito con tomate rústico y delicia de zarajo, el chop suey con lomo de ciervo a la brasa. Como platos caseros podríamos destacar las croquetas de bacalao, muy finas y con mucho sabor, no es de extrañar probando su ajo arriero y unos callos con setas para chuparse los dedos. La brasa funciona a la perfección con unos exactos puntos de cocción tanto en carnes como en pescados. El arroz como siempre, muy bueno, en esta ocasión de presa ibérica y setas que al realizarlo en olla de hierro fundido no se socarra, se carameliza y queda maravilloso. En resumen, un cambio lógico y bueno al paladar. Tomé un degustación por encargo que me supuso 48€ pero observando la carta podría decir que se puede comer entre 20€ y 30€ sin vino. La oferta de vinos como siempre, la selección de vinos autoctonos muy buena, cuenta con bastantes joyitas locales y a muy buen precio. Desde aquí les animo a probar, está apartado de las zonas turísticas pero si lo que buscan es comer bien a buen precio, acertarán.

Leyendo la pequeña polémica acerca del menú degustación decidí ir este sábado a tomar uno y poder contarlo aquí en el foro. Informar que ahora el restaurante cuenta con una zona de vinacoteca donde se pueden tomar algunos vinos por copa, Roda 2003, Aljibes 2004,entre otros y tapas y raciones que no probé pero que tenían muy buena pinta, como ejemplo podríamos tomar la morcilla a la brasa con pistachos, cebolla caramelizada, dulce de manzana y cremoso de manchego. El menú degustación comenzó con un aperitivo, gazpachito, espuma de guisantes y mouse de queso manchego, muy rico y refrescante, siguió con un carpaccio de pulpo con canónigos al curry, ajoblanco de pistacho, excelente la combinación con la anchoa, manzana y uva, ravioli gratinado de gambas, gazpacho pastor con pichon sangrante y castañas, muy bueno, buen ensamblaje de las carnes y las especias, muy fino y sabroso. El pescado fue sencillamente un placer, besugo con tomate rústico y gambón, el punto del pescado de 10 y la calidad del mismo 10. La carne, pluma ibérica a la brasa con salteado de shiitake y crujiente de pimentón de la vera, realmente sabroso y una vez más el punto fue extraordinario. Los postres parfait de pistacho con coulis de frutos rojos y una espuma de melocotón con crema de citricos y sus crujientes.Lo regamos con un godello fresquito, Galiciano día recomendado por el jefe de sala que estuvo muy bueno. La velada fué fantastica y aunque no hubo despleigue técnico la cena fue soberbia y equilibrada. Para terminar tomamos gin tonic y mojito de fresa, en la terraza, los cuales no pudimos hacer otra cosa que repetir. En resumen, si que podría haber alguna floritura técnica en los platos pero tanto el producto como la ejecución muy buena. Si quereis pasar una buena velada 100% recomendable. Para los no tan glotones cuentan tambien con un menu corto por 36€.

Segunda visita a este restaurante y nada mas abrir la carta vemos que ha cambiado, parece que ha cambiado el jefe de cocina y se nota en todo. Pedimos el menu degustación y francamente el cambio en la cocina se nota en la mesa, no podemos decir que cenáramos mal pero la innovación en los platos no es la que era y tampoco el tipo de productos utilizados , oimos decir que debido a la crisis se habia restructurado la carta, pero el precio del menu sorpresa no ha variado por lo tanto que no ofrezcan el mismo tipo de productos no es lo que se espera. En resumen, buena cena, ambiente agradable pero no a la altura de la anterior visita, habra que darle otra oportunidad. El vino en esta ocasión nos lo dejaron en la mesa para que nor sirvieramos directamente, cosa que un restaurante así no me parece lo mas correcto.

Estoy empezando a aficionarme a visitar restaurantes de este tipo y si digo la verdad, el mejor en el que he estado. La familia Fierabras: buena gente, atenta... El Balsamo: iluminacion novedosa con los globos de distintas alturas y medidas... la rotulacion de trozos de El Quijote... el ambiente tranquilo, silencioso, espacioso...
Y para terminar mi comentario LA COMIDA: buena, buenisima, de chuparse los dedos.
La presa indescriptible y lo mejor es que comes. Vamos que no te hace falta hincharte a pan para tener esa sensacion de haber comido.
Repetire sin duda alguna (y vivo a muchos quilometros de alli).
Saludos a todos.

Mi tercera visita en pocos meses. A pesar del inhóspito entorno -la zona de la Cuenca moderna con el urbanismo más anodino-, un local para no perderse. Amplios espacios, quizás algo fríos, pero que invitan al goce del paladar y a la conversación. Decoración actual, resaltando los amplios frisos con el fragmento del Quijote que da nombre al local (con alguna falta de ortografía, eso sí). Vajilla impecable, con algún pero. Aperitivos muy interesantes que van cambiando. Cocina moderna, imaginativa y bien resuelta: fuera de serie la espuma de alcachofas (toque Ferran Adrià). Postres a la misma altura. Bodega demasiado corta, pero con ejemplares notables y respeto a los vinos de la tierra (mi Syrah Calzadilla 2002 inapelable, aunque lo hubiera preferido en Schott). Servicio profesional, atento, nada empalagoso... de los de cuando ser camarero era una profesión honrosa, vamos. En definitiva, un auténtico lujo para la ciudad; un restaurante que se merece tener toda la suerte del mundo.

Quiero yo dejar constacia de un muy buen recuerdo en cuanto a lo de jalar se refiere. En este bonito restaurante, de innovador diseños y agradables formas me meti el otro dia un buen menu degustación que, visto los precios y servicios que se ofrecen en el resto, no digo ya de cuenca donde este cocina es escasa, sino de toda la peninsula esta francamente muy bien. El trato fue muy distinguido por parte del maitre y del resto del personal. Los vinos fueron sensacionales y la gran varidad de platos con estremados gustos y sabores me dejaron con la voluntad de agradecer a este restaurante su trabajo. Gracias

Segunda visita a este establecimiento y segunda grandisima satisfacción. Fue una velada extaordinaria. Tomé un menú degustación y me encantó, muy buenos todos los platos, a destacar un guiso con "dos orejas", oreja de cochinillo y oreja de judas, las vieras tremendas y sobre todo el tratamiento de los pescados. Apuntar tambien que la presa ibérica que me sirvieron era una delicia, con unas setas salteadas, rebozuelo, trompetas de la muerte... El servicio de vino fué bueno, tomé un Manuel Manzaneque Chardonay delicioso y un Bollinger que estaba muy bien de precio 50€. Los postres muy bonitos y muy buenos, resaltar lo artistico de las fresas y lo buenas que estaban con un dulce de galleta y helado de queso. Decir tambien que el restaurante estaba ambientado con velas, y me comentó el jefe de sala que era para dar mas intimidad y sensación de frescura en verano, para el otoño utilizarán de nuevo su iluminación. En general, muy bien, espero que sigan progresando por este buen camino, ENHORABUENA.

Lugar novedoso para una ciudad tan tradicional como Cuenca: decoración moderna, luminoso, amplio, confortable... El maitre (que es el propietario del restaurante) es muy correcto y profesional, y en la cocina hacen auténticas delicias por un precio adecuado a la calidad que se ofrece. Cocina moderna, innovadora, diferente, sorprendente... ruptura total con el 99% de los restaurantes de la ciudad, que apuestan generalmente más por la cantidad que por la calidad y en todos encuentras cartas parecidas, aunque en El Bálsamo no te quedas con hambre si pides su menú degustación, una colección de joyas gastronómicas que no defraudará a nadie. La carta de vinos es apta para los más exigentes y pudientes, aunque hay vinos de la tierra asequibles en precio y de buena calidad. Sorprende también el baño y el hecho de que se pueda ver trabajar al personal de la cocina. El agua que saca el maitre, en jarra, es auténtica Solán de Cabras, no seáis malpensados :)) Se puede aparcar por la zona e incluso tomar una cerveza en alguno de los bares cercanos. En definitiva, un buen lugar para ir a cenar con amigos, con tu pareja o de negocios, esperando comer bien y diferente, por un precio razonable. Totalmente recomendado.

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