Veo que sólo existe una valoración de este restaurante y que data de 2009. Es un local que intento visitar siempre que puedo cuando regreso por España ya que lo conozco de hace mucho tiempo y he visto una magnífica evolución en él a lo largo de estos años. Pero vamos con los comentarios de mi última visita, 4 comensales.

EL LOCAL: El local presenta una iluminación natural envidiable pues al ser "esquinero" le entra luz por el este y por el norte. Ubicado en la misma entrada al Puerto comercial del Grao, al final de la Avenida del Mar esquina con la Avenida del Puerto. Respecto a la decoración ha mejorado mucho estos últimos años aunque los motivos marineros siguen siendo el hilo conductor. Mesas bien decoradas, vajilla, cubertería y cristalería de calidad.

APERITIVO: Nos pedimos 2 cervezas de barril (muy bien servidas, con su espumita, bien de gas y muy frías) y dos Martinis rojos servidos en la copa correcta con una aceituna verde y con corteza de naranja.
Sirven como aperitivo y sin cargo una cremita de mejillones que estaba muy sabrosa y con una textura muy agradable.
Además en el centro hay dos platitos uno con all-i-oli y el otro con tomate aliñado para ir haciendo tiempo con el pan artesanal y las rosquilletas que hay en una panera. Perfecto mientras se espera la comida.

LA COMIDA: Nos pedimos dos entrantes: Un Tataki de atún con cebolla caramelizada, alga kombu y wasabi y unas tellinas del Grao salteadas.
El atún me pareció fresquísimo y muy bien elaborado, doradito por fuera y crudo por dentro (como debe ser). La textura de la cebolla perfecta y la combinación con el alga y el wasabi de una frescura digna de mención.
Las tellinas de muerte! Qué sabor a mar y playa tan característico y por supuesto... ni un granito de arena, muy de agradecer. Además la pizca de pimentón rojo espolvoreada levemente por encima potenció su sabor enormemente.

Pero el plato estrella del local es sin duda su afamado arroz a banda con banda (lo puedes pedir con o sin banda). Te sirven junto al arroz un plato con parte del pescado con el que se ha hecho el caldo (rape, pulpo...) acompañado de unas patatas hervidas con un suave y delicioso all-i-oli por encima.
El arroz estaba espectacular, de sabor increíble y de cocción en el punto justo, un poquito durito, como a mi me gusta pero sabroso de verdad. Respecto a "la banda" la encontré deliciosa, la textura de las patatitas perfecta y el all-i-oli suavecito acompañando sin estridencias al rape y al pulpo tiernecitos y muy ricos.

LA BEBIDA: Nos dejamos aconsejar por el sumiller Sergio, el pequeño de los tres hermanos Rodriguez que regentan el local (Antonio el Jefe de sala y Víctor el cocinero) junto a su madre.
Nos sugirió un Barzen Riesling Spätlese Trocken de 2014, de la Mosel. Nos gustó mucho la verdad, fresco y perfecto para el arrocito (Nota de cata: https://www.verema.com/vinos/117836-barzen-riesling-spatlese-trocken-2014/valoraciones/1412511-buen-riesling-fresco-delicado).

LOS POSTRES: Me pedí un sorbete de piña con helado de coco. Sorprendente combinación y muy equilibrado. Por parte de la casa nos obsequiaron con un surtido de "coca malfeta", pastitas de coco y nueces de chocolate que quitaban el hipo. Para acompañar estos manjares terminé con un café expreso servido muy cortito, delicioso y de remate final una copita de whisky Glenrothes Vintage Reserve que estuvo de fábula (https://www.verema.com/licores/119460-whisky-glenrothes-vintage-reserve#ficha).
Pantagruélico, je,je...

EL SERVICIO: La verdad es que el servicio es siempre cordial y profesional, muy bien atendidos durante toda la velada, sin molestar en ningún momento. Ese día no estaba Antonio pero fuimos perfectamente convoyados por Sergio, incluso Víctor el cocinero salió a saludarnos. Todos muy amables.

La RCP la considero buena, no es que sea barato pero con Martinis, vino y buen whisky tampoco es ninguna barbaridad.

Restaurante que recomiendo a cualquiera, un clásico del Grao de Castellón. El género fresco del día, la cocina sabrosa de verdad y el trato muy entrañable.

Velada maravillosa con mis grandes amigos Pepe y Lorena y con mi amada madre. No se puede pedir más!!

Personal muy atento y servicial.
Pedimos unos entrantes y parrillada de percado y marisco. Los primeros bien pero sospecho que parte del plato principal era congelado. Para beber Castillo San Diego de Bodegas Barbadillo a 14€ (350% del precio en tienda). Pan del día anterior o mal horneado. Al presentarnos la nota nos dicen que nos han puesto dos piezas más que no nos cobran. Yo creo que con lo pagado por el vino estamos en paz.