Aprovechando las primeras alcachofas de la temporada, ya que en el Campo de Cartagena, la recolección es mucho antes que en el resto del país, debido al clima, el restaurante Athabasca elebora varios platos como homenaje a la Alcachofa o Alcacil, como dicen en el Campo de Cartagena, palabra de origen árabe, que significa "lengüetas de tierra".

Degustación de platos de la "Quincena de la Alcachofa".

* Ensalada de alcachofas con granada y frutos secos.

* Bombones de alcachofa rellenos de Roquefort.

* Ensalada de alcachofas con ahumados y huevas de mújol.

* Alcachofas con frutos secos, Pedro Ximénez y foie.

* Alcachofas en tempura con miel.

* Alcachofas con reducción al vino Monastrell.

* Pastel de alcachofas sobre crema de calabaza.

* Alcachofas rellenas de langostinos y setas.

Buenísima la materia prima (alcachofa de primera calidad) y excelente elaboración de los platos, y aunque va a gustos, la alcachofa rellena de langostinos y la alcachofa con reducción al vino Monastrell estaban buenísimas.

De postre, la especialidad de la casa: Torrija con helado de vainilla y arrope.

Bebidas: Cervezas y Vino D. O. Somantano Viñas de Vero - Chardonnay 2016.

Excelente trato del personal, con todo tipo de atenciones y sugerencias. Volvermos a finales de febrero o principios de marzo, a la "Quincena del Marisco".

Aprovechando la feria Gourmet de Torre Pacheco, hemos tenido una comida en este clásico local de la ciudad.
No es un local que vaya a quedar como referencia de lo que debe de ser la gastronomía, pero el buen hacer de la gente de sala, amén de las encantadoras personas con las ue hemos compartido mesa, hacen que la comida haya sido muy agradable.
Producto y más producto. Salazones de la zona, con alguna ensalada con buenas anchoas, queso y tomate raf.
El plato pirncipal era un arroz con bogavante y calamares, tal vez los calamares para dar el sabor que no aportaba el bogavante. Punto del arroz adecuado, sabor del exagerado arroz, casi nulo, y digo exagerado porque mezclar bogavante y calamar es una confusión.
Para beber un par de botellas de Gramona Imperial y algunos quesos de la región, que cada vez pueden encontrarse en más sitios y salen muy airosos de los envites.
Como no he pagado no puedo saber cual ha sido el coste total (infinitas gracias a Juanjo)
pero por lo visto en el listado de vinos los precios tendían acierto alzamiento innecesario.