En el comentario anterior el restaurante queda bien descrito, no leí el comentario anterior y en nuestra visita a Oporto entramos, muy bien situado y con gran animación, tomamos la misma comida que el compañero, y en nuestra opinión, los mejillones prescindibles ( 8 €) mejor tomar cualquier otro entrante, ( sobre todo para poder opinar de más cosas) pero el pulpo, impresionante!!! ( 19.99 €) una autentica maravilla.
Debe haberse producido un cambio en la gerencia, ya que las raciones eran enormes, especialmente la de pulpo, con eso hubiéramos cenado los 2 perfectamente. No pudimos tomar postre, dada la satisfacción que teníamos
Para beber Esporao Reserva Blanco (19,95€) que estaba muy bueno.
Local muy recomendable, y el paseo después por la Ribera muy relajante, si andáis por allí, subiendo la cuesta que conduce al centro de la ciudad y a mano derecha, en lo que es la salida del túnel que da al puente, existe un bar (ahora no me acuerdo del nombre, que también es tienda, hace esquina con la calle que lleva a la estación del tren) en la que encontrareis más de 200 Oportos para poder degustar, una pasada de sitio.

Cenamos dos platos a compartir entre dos personas junto con vino tinto joven bastante correcto.

Los platos consistieron en unos mejillones (de buena calidad), salimos a 5/6 por cabeza, y en un pulpo al horno con patatas asadas (exquisito). De postre en mi caso tomé un mousse de papaya. Finalmente, para cerrar la velada tomé un cafe solo.

Salimos a 26 €/persona (un poco caro para lo que comimos pues las raciones eran más bien escasas), como es obvio se pagan las vistas del Duero pegando al puente de San Luis. El local tenía cierto encanto, sobretodo en la segunda planta donde nos alojaron.

Lo mejor el paseo por la Ribera del Duero después de cenar.