El domingo familar decidimos ir en Can Pujol por su experiencia y tradicion en pescados. Aunque la experiencia fue desastrosa, ya que no entramos con buen pie. Con reserva solicitamos una mesa, aunque la mesa que nos pusieron no fue de nuestro agrado muy cerca de la cocina con los olores y con medio canto de la barra en nuestra cabeza. Pedimos de beber y los entrantes donde el camarero arrojo los cubierts a la mesa que aun seguia sucia de los otros clientes. Aunque despues de solicitar cambiarnos y teniendo la posibilidad de hacerlo no quisieron de malas formas y con soberbia. Por eso decidimos marcharnos porque no solo es la calidad sino tambien el servicio. Puede que abarquen mas de lo que pueden y de una buena comida hagan un mal servicio.
No recomiendo este lugar, mal atencion al cliente y muy sucio.
Reserve mesa y al llegar tenia una cerca del mar y no quiso darme esa mesa aunque no tenia reservada esa mesa y me querian poner al lado de la cocina con los olores a fritos. Despues de pedirselo de todas las formas opte por irme y no les importo porque viven de la fama pero el local mobiliario y encargada por favor cambien... al cliente siempre hay que cuidarlo porque paga por un servicio por unos precios que no son acordes por el trato y local. VALILORACION PESIMO RESTAURANTE.
Aunque tiene fama de que el Rey va (y eso que no hay elefantes), pero como suele ir a muchos sitios, pues...yo no iría por eso, pero sí hay que ir, y volver a ir, por su comida. Repetimos visita ya que es de nuestro gusto.
El entorno es interesante porque es chiringuito de playa pero con carta de vinos con Vega Sicilia, flor de Pingus y champagnes de Moët para arriba. Servicio normalito.
Nada de elegancia en el comedor externo (ahora tapado con toldos semitransparente para el viento y frio) pero que en verano es una gozada sin los toldos siempre que te toque primera linea de playa. Mantel y servilletas de hilo, cubiertos y copas de batalla; servicio de vino descorchar y punto. Mucha gente que se saluda y que saluda al personal del local (mucha gente de casa). Cocina (y olores) a la vista.
Comida para 4: entradas con pan horrible con ali olí muy bueno y unas aceitunas caseras por gentileza, buenas. Al centro: ración de calamar de playa troceado con un poquito de su tinta, en dosis cumplida y con acompañamiento de patatas fritas, ajos y algo de pimiento frito: muy correcto (18€); ración de espardeñas en buena textura, con algo de limón: correctas (21€). Bullit de peix para 3 (a 29€ pp) consistente en bandeja con los pescados del hervido todos sabrosos y en su punto de cocción pata luego poder comerlos sin añadidos de patatas cocidas ni verduras; ración de tamaño correcto. A continuación paella al centro con el arroz hecho con el caldo del pescado hervido muy bueno de sabor y en su punto de cocción.
Postre para dos (20€) con varias cosas a probar todas caseras y a cual mejor: tarta de limón, arándanos, puding, un postre típico (greixonera) muy bueno, 2 bombones y alguna cosa más que no recuerdo pero con ración superabundante que nos llenó a los 4.
Agua x 1 botella de medio litro y de plástico como si estuvieras en el super(??). Bebimos una botella de cava Pinot Noir de Codorniu (26€). Cafe x 3 (2 con hielo y descafeinados) muy justitos de calidad. Ni asomo de regalar chupitos (¿y las hierbas ibicencas?), repetir café....
Se veía servir arroces de marisco y parrillada de marisco y pescado (todas ellas en paellera) con una vista muy buena.
No hay cocina creativa, es un sitio para no fallar en pescado y marisco fresco...pero no es un chollo de precio.
Situado en la zona de Cala de Bou, ofrece comida típica ibicenca. Imprescindible el "Bullit de peix" (primero el pescado y luego sirven el arroz elaborado con el caldo del pescado). Para terminar un surtido de postres. También recomendable la parrillada de pescado. Suelen tener marisco fresco: langosta, bogavante y ostras, a precios asequibles. Las raciones son bastante generosas. El entorno, pese a no ser de lo mejor de la isla, acompaña bastante: pequeña playa de codols pero en entorno urbano o semiurbano). Además el restaurante es muy familiar y frecuentado por la gente de la isla (menos turístico que otros).
Restaurante especializado en pescado situado cerca de San Antonio, paralelo a la Av. Sant Agustí. Agradables vistas, comimos en la terraza (mantel y servilletas de tela). Pedimos bollit de peix para dos (27 euros por persona), que consiste en una bandeja de pescado de roca y después el arroz, (un dedo, bastante meloso, muy bien de sabor) de concepto parecido al arroz a banda. Carta basada en riojas y riberas, aunque en blancos disponen de mayor variedad. Copas normalitas. De postre pedimos greixonera, típico de la zona. Recomendable.