Fantástica experiencia

De camino de vuelta a casa, después de las vacaciones, nos hemos desviado para comer en Les Moles. Una experiencia fantástica y un gran placer de lo sentidos. Hemos disfrutado y esta experiencia gastronómica ha puesto un punto y seguido a unas buenas vacaciones. Desde el pan, los entrantes y el café (llevábamos todas las vacaciones sin un buen café) hasta el vino propio, que han comenzado a elaborar (una buena experiencia con buen resultado) y como no los platos que hemos pedido, sobresaliendo, según nuestra opinión La Llanda y el Delta del Ebro, han sido una experiencia fantástica.
Mención especial es el postre, el vino y la viña, una amalgama de sentidos difícil de definir que hace un gran halago al vino de la zona. Excepcional.
Como íbamos de viaje no hemos probado el menú gastronómico, que lo dejaremos para otra ocasión.
Curiosamente, al llegar a casa nos hemos enterado de la estrella Michelin, que no conocíamos. Creemos que bien ganada y espero que sea un reto para el futuro. Hemos disfrutado. Uno de los mejores restaurantes que yo recuerde, de los que hemos visitado de Catalunya. Muy buena relación calidad precio.