Taberna vinícola en el centro de Madrid

Hace ocho o nueve años que acudimos asiduamente a este restaurante. Lo que más me gusta es ir a cenar de lunes a jueves, ya que hay menos gente, y así uno siente que la semana ofrece algo especial. El local, situado en una pequeña calle peatonal, cerca de la "Plaza de Ramales", es pequeño y alargado; una barra justo en el centro deja entrever la minúscula cocina. Al fondo, la cristalera de la cava nos invita a hojear con detenimiento la carta de vinos. En total no más de diez rústicas mesas de madera componen un bullicioso y animado espacio.
La comida la dirige con acierto Kenji Morita, quien, como no podía ser de otra forma, con ese nombre y apellido, crea platos sabrosos y eclécticos, y mezcla sabores de la gastronomía española, árabe francesa y oriental. Para empezar, la suculenta ensalada de tres quesos y mostaza a la antigua, las berenjenas con miel, el salmorejo, la cecina, la terrina de foie, o las tortitas de camarones. De segundo huevos rotos, setas, carnes y pescados junto a unas acertadas sugerencias del día que la entrañable y gran profesional Mercedes nos recomendará con acierto. De postre tarta de chocolate "Willy Wonka" o piononos.
Del vino se ocupa "Coque", personaje inclasificable, iconoclasta y desmitificador de todo tipo de chorradas y cursilerías enológicas,
pero ante todo un sabio, finalista en varias ocasiones del certamen "La Nariz de Oro". Si le caes bien te cuenta todo tipo de historias, te recomienda vinos diferentes, te pone a prueba y se ríe un rato. Si no, te sirve la referencia que le has pedido, y sencillamente, pasa de ti. Entre él y Sergi, que aparte de este establecimiento, es propietario del cercano restaurante "La Gastroteca de Santiago" y de la "Vinoteca Tierra" y que además importa interesantes productos, han creado una carta de vinos única, que aglutina tanto reputadas marcas, como otras que no lo son tanto. Recomiendo prestar especial atención a la Borgoña y al Champagne.
Salir del trabajo, darte un paseíto por esa zona tan bonita de Madrid, cenar de maravilla en "Taberneros", beberte un vinazo que encima no conocías y que te traten fenomenal, no tiene precio... Bueno, sí, unos 40€ por cabeza. Merece la pena, ¿no creen?.

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