Restaurante Bericus en Vitoria - Gasteiz
Restaurante Bericus
País:
España
Provincia:
Dirección:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
51 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.2
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
6.7
RCP CALIDAD-PRECIO
6.2
Opiniones de Bericus
OPINIONES
7

El local esta perfectamente descrito por Josean, todo lo que se respira es gastronomía, esta situado en una zona maja, alejado del centro y con buenos pisos, nos entendemos, verdad.
De ahí que sea mas fácil montan un local así, de buen producto y buenos vinos, por ejemplo en mi barrio no seria lo mismo.

Después de una reunión de veremeros para comer nos quedamos solos los tres mosqueteros y nos acercamos a picar algo, bueno picar, picar picamos en todos los sentidos.

Empezamos por una ensalada capresse, tomate, el mejor teniendo en cuenta que ya no es época de buen tomate, aunque insistió el anfitrión en que debíamos probarlos, con mozzarella, rico a doce euros.

También un poco de buen jamón joselito con tres tostadas de pan cristal que se ha puesto de moda , rico producto , embutido de bellota , potente , unos ahumados de carpier , salmón con remolacha y vodka , el normal y el que va con ginebra , buen producto una vez mas , un filete de anchoa para cada uno y un trozo de sardina ahumada con tomatito y cebolla , todo rico y a un precio correcto a una media de 20€ ración , en el caso de los ahumados 22€ , para mi sobra la salsa de soja en el medio , estamos hablando de unos ahumados de calidad .

Ración de quesos con frutos secos, 20€, cuatro variedades, ya no me acuerdo espero que me echen una mano mis acompañantes, alguno manipulado, añadiéndole alguna cosilla en la cocina, ricos también.

Al final nos apetecía algo caliente, de comer, majos , y pedimos un poco de carne, unos 500 gramos de lomo bajo de vaca vieja gallega, aquí es donde se rompió el buen hacer , en lo único que tenían que elaborar o calentar , 32€ , carísimo para la calidad de la carne , no me gusto nada y pensar que el kilo sale a 64€ , por poco mas como buey en El Capricho o en el Riscal , carne sin sabor y de textura pobre , muy pobre , las patatas y el poco pimiento , ricos .

Ahora hablemos del vino, tiene una carta muy extensa y bien armada por lo que comentaron mis acompañantes, que de vino saben muxo, unos precios razonables en carta a lo que hay que sumar al menos, siendo tres, no se como será el descorche con mas o menos gente, diez euracos por botella, por lo que no creo que tampoco sea un chollo, se quedara a precio de cualquier restaurante, cosa que me parece bien, pues de eso se trata.

Pedimos un champán, bueno entre Josean y Sergio que son los que controlan, luego ya me vengué yo, Lenoble a 26€ mas el iva, ya que a todos los precios hay que añadirle iva, mas 10€ de descorche mas el iva, por lo tanto la botella sale a casi 40€, que para ser un champán no parece caro, pero ya sabéis que no controlo.

Además una botella de vouvray clos baudo a 35€, iva y descorche incluido.

En la carta vio Sergio un Valtuill mencia a 10€ y lo pedimos, no tenían y nos sacaron el Ultreia, sin decirnos precio, claro sergio que conoce estos vinos no se fijo, pero esa no es la cuestión, podía haberlo pedido yo que no tengo ni idea, lo lógico es que este buen señor que nos atendió, nos hubiese dicho que no tenia el que habíamos pedido de unos 10€ +iva+10€(descorche)+iva y que solo tenia de esa bodega el que vale 46€+iva+10€(descorche)+iva , así que cuando vimos la cuenta , al menos yo , flipe , claro los que saben no se enteraron y el pardillo , ósea yo , pagar casi 68€ , por ese vino como, para no flipar .

De todas maneras menos mal que en la ocasión que pedí yo, elegí por curiosidad Naranjas Azules Garnacha 2013 y como no lo tenía frió, me trajo varios rosados y me comento uno que se parecía, según el, porque luego he probado el naranjas y nada que ver con ningún rosado, bueno pues me comento uno de chivite, y menos mal que me dio por preguntar lo que valía, sino otra liada , el Naranjas , 12€ mas todos los complementos que ya sabéis y el de chivite 30€ mas complementos , pero como puede ser , que pidiendo vinos de la carta de un precio X , encima de no tenerlos en disposición , te saque lo que le parezca y lo peor o lo único grave no sea capaz de decirte el precio , que por otra parte no se asemeja para nada a tu elección.

Al final elegí un vino de la sierra de Sevilla Silente selección a 20,50€+iva+ impuesto revolucionario , que sinceramente para lo que vale ni fu ni fa , ahora que no me oyen estos que casi me matan por pedirlo , pero ¡ojito¡ y por supuesto desde la ignorancia el Ultreia me gusto menos , aunque hubiese valido la mitad .

Resumiendo un local gastronomico, sin duda, que quizás por la gente de posible que lo frecuenta , el responsable del local no este acostumbrado a decir el precio cuando falla su carta , puede ser , pero entre este detalle y la carne , a mi no me ven mas la calva .

Eso si las risas que echamos , no tienen precio y es que el que no se consuela es porque no quiere .

Bericus es un establecimiento singular, que reúne en un solo espacio un bar, un restaurante y una tienda, que tienen como nexo de unión la calidad del producto y del servicio. Jamones, embutidos, quesos, salazones, trufas, conservas, carnes, productos del mar y vinos, entre otras cosas, componen una amplísima oferta de excelente nivel, sin parangón en la ciudad. Podemos disfrutar de estos productos en la propia barra o cómodamente sentados en alguna de las mesas con las que cuenta el local, pero como tienda que es, también puede uno adquirir cualquiera de sus propuestas gastronómicas para degustarlas tranquilamente en casa. Al frente del negocio se encuentra Manuel, persona con grandes conocimientos en la materia, y siempre dispuesto a compartirlos con cualquiera que se acerque a su restaurante.

Desde la última visita, que me había dejado un grato recuerdo, comer o cenar en Bericus había formado parte de mis planes en unas cuantas ocasiones, incluida una en la que varios amigos que rondan por estas páginas se iban a acercar a Vitoria y había que buscar un restaurante que estuviera a su altura. Al final, por unas u otras razones, el momento de volver se ha retrasado más de lo pensado, pero aquí nos hemos plantado de nuevo, dispuestos a agasajar el cuerpo y la mente.

Nos acomodan en una de las mesas del fondo, al lado de la cava, lo que nos permite contemplar un magnífico paisaje de riojas, bierzos, albariños gallegos y portugueses, blancos del Loira, algún borgoña, champagnes, jereces, riesling alemanes, etc, etc. Nos entregan la carta, y tras revisarla y escuchar unas cuantas propuestas fuera de ella, nos decidimos por los siguientes platos, todos ellos para compartir entre dos personas.

- Calamar frito: una ración de tamaño generoso, con el rebozado justo y pronunciado sabor. Muy bueno.

- Revuelto de hongos: en una amplia bandeja se sirve una buena cantidad de boletus laminados, acompañados de foie fresco a la plancha, dos yemas de huevo templadas y lascas de trufa blanca del Piamonte y de trufa negra, que Manuel se encarga de añadir en el último momento. El resultado es un plato apoteósico, una orgía de aromas y sabores perfectamente conjuntados, con los ingredientes en su justa medida y sin que nada sobre ni nada falte. Sublime.

- Gallo de corral escabechado: una de las mejores carnes escabechadas que he comido nunca, con el vinagre exacto para respetar el delicado sabor del pollo y que nos lo deshuesan en la propia mesa. Otro plato excelente.

Aunque el hambre estaba ya saciada, no somos de perdonar postre, así que compartimos una ración de canutillos rellenos, que estando ricos fue lo más flojo de la cena.

Para beber barajamos unas cuantas posibilidades, decantándonos finalmente por un Françoise Chidaine Les Choisilles 2006, un estupendo blanco del Loira que acompañó perfectamente las viandas. Terminamos la cena tomando unos cafés y charlando largo y tendido con Manuel, un profesional que en los primeros momentos puede parecer algo reservado pero que después vamos descubriendo que se trata de una persona que se muestra con la cercanía que cada uno demande, lo cual es un punto a su favor.

En resumen, un excelente establecimiento donde poder comer y beber una gran variedad de excelsos productos a precios más que razonables.

Han pasado ya unos años desde la primera vez que acudí a este restaurante y la verdad es que ha mejorado sustancialmente en todos los aspectos. Las críticas tan favorables vertidas en estos años no son exageradas. Es justo decir que el local se ha convertido en una referencia imprescindible en la capital alavesa si se quire disfrutar de un producto de alta calidad a precios comedidos. Aunque su carta es muy amplia, destaca su excelente oferta de quesos, jamones y embutidos ibéricos, foie, conservas y vinos.

Pedimos como entrantes jamón ibérico de bellota y una tabla de quesos, todo ello formidable. Como segundo plato, en mi caso, unos excelentes huevos rotos con virutas de jamón. El postre fue algo más flojito (canutillos rellenos de queso ricota), pero me gustó también.

La carta de vinos es de las mejores de Vitoria y sus precios de tienda, aunque cada botella se ve incrementada en unos 5 € por el descorche. El precio resultante aplicando el recargo sigue siendo muy competitivo. El coperío también es de nivel. Tomamos un Dr. Bürklin-Wolf Forster Riesling 2009 y un Victorino 2007, ambos excelentes.

Servicio amable y profesional. Local, en suma, muy recomendable.

Pasamos por este lugar por recomendación de Raúl, veremero de pro, y descubrimos un lugar acogedor y cálido. Nos encontramos a Manuel, dueño del lugar, que nos deleitó con manjares de la tierra y nos lo sirvió todo con mucho mimo. En primer lugar, nos dio a probar un jamón de bellota que estaba exquisito, después pasamos a degustar unos ibéricos (lomo y salchichón) que estaban deliciosos. Acto seguido le tocó al queso, en este lugar el queso tiene un lugar preferente y así se percibía, Manuel nos sacó unos quesos que eran inteligentemente “tuneados”: cogiendo de molde (como si fuera un sandwich) rebanadas del queso brie, dentro les ponía una masa elaborada por él, que contenía queso fresco con trufa; hacía lo mismo con queso azul y el relleno con queso fresco con hierbas…el resultado: estupenda combinación que se convertía en una delicia para el paladar. Seguimos con unos trozos de queso Gamonéu, muy rico; y por último tomamos un queso denominado Peña Blanca, que descubrimos en este lugar, de la Sierra de Espadán, concretamente de Amedíjar, elaborado con leche de oveja guirra, una raza autóctona de la Comunidad Valenciana que está en peligro de extinción, sencillamente delicioso. Todo esto lo acompañamos, con varias copas de vino albariño y de godello (con algo de treixadura), primero fue Val de Nora 2010 y después Fragas do Lecer 2009 (2 euros cada copa).

Por último, tomamos unas infusiones Just it, me gusta que los sitios tengan un lugar especial para las infusiones, y aquí se les da ese trato…y las saboreamos con, otro nuevo descubrimiento, unas galletitas de boletus y mantequilla, que son delicatessen puro y duro, Manuel nos explicó su encuentro con ellas y su elaborador. Nos gustaron tanto que nos llevamos 2 cajitas.

Mención aparte tiene la de los vinos, posee una vinoteca en la que no están todos los vinos, pero si que son todos los que están, no defrauda en absoluto…Y todo ello acompañado de buenas copas.

Hablamos de lo humano y lo divino, de lo tradicional, de la honestidad, de lo auténtico, de la tierra, de los amigos, una verdadera tertulia de delicatessen…

Hay mucho más en la carta, pero esta fue nuestra experiencia una tarde lluviosa y fría en Gasteiz... Gracias Manuel, por esa cálida y enriquecedora tarde, la honestidad es un valor y en este lugar hay muchos valores…

Como bien han comentado antes que yo, no está bien situado, pero es de esos lugares escogidos que aspiran a ganar poco a poco clientela fija a la que no le importa salir de los círculos habituales de la ciudad para degustar productos de calidad, probar un buen vino y tomarse una copa especial.
Destacan los embutidos y los quesos de muchísima calidad. El jamón de bellota recien cortado (y muy bien) es una delicia. Y los quesos espectaculares, destacando,para mi, el "Brie trufado". In-cre-i-ble!!! Productos naturales y de la huerta. Vinos por copas o por botellas. Para tomar allí o para llevarte a casa. Es díficil encontrar por estos lares tanta variedad de vinos de tantas y tantas Denominaciones. En el mar de Rioja una isla para darse un respiro.
Y entre la calidad de lo que te ponen en mesa, la calidad del que maneja un negocio con cariño y sabiendo lo que tiene entre manos. Con conocimiento de causa.

Para mí, un imprescindible en Vitoria, sobre todo si te gusta el vino.

Ha tener en cuenta dos observaciones. Primero que el local escogido está verdaderamente muy escondido, para que se de a conocer en Vitoria, situado en un lugar poco estratégico y frecuentado, por no decir nulo. Es de poco paso, tanto de vehículos como de peatones. (zona residencial). Faltan comercios de restauración en la zona, aunque el asador Orio, o el Vinum, están cerca, pero a parte de otros dos de barrio, no hay más. Y aquí en Vitoria, la gente está acostumbrada a potear, y seguro que se les escpa éste. Y la otra es que su página Web no la encuentro o no existe www.bericus.es ????. Por lo demás... no está mal, aunque por la zona en que se encuentra, da calidad, pero... no a tan buen precio. (significativamente caro)

Local de reciente inauguración, moderno y agradable. Se trata de un amplio bar en el que se puede comer y picotear de pie en la barra o sentado en algunas de las mesas de las que dispone al fondo. Cuenta con una amplia carta de vinos, en la que no faltan las marcas mas notorias del panorama español, ni las locales de Rioja. Aparecen también muchas desconocidas para la mayoría, lo cual es un punto a su favor. El vino es correctamente presentado y servido, pero deben mejorar el aspecto de la temperatura de servicio. En el caso del tinto que tomamos el problema se solucionó, a solicitud del camarero, metiéndolo unos minutos en agua con hielo. Para comer cuentan con pinchos y raciones, en las que destacan los embutidos ibéricos, quesos nacionales y de importación, carnes a la brasa, etc. Tampoco faltan las anchoas en salazón, los pimientos del piquillo, las ensaladas, los espárragos, los huevos de corral, etc. Todo de gran calidad, y a precios comedidos. La informalidad vestida de categoría. Muy recomendable

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