Una casa-bar de pueblo donde dan de comer genial (increible entrecot a la piedra). Está en el anuario gastronómico. No tiene carta de precios y al salir tienes la impresión de que el tío te clava lo que le viene en gana.
A nosotros 40 euros por cabeza sin beber vino lo cual es excesivo pese a lo bien que comimos para un sitio casero (en cuanto a decoración) y servicio amigable(al dueño le falta sentarse a la mesa contigo...) pero poco profesional. Aunque insisto lo peor de todo el que no tenga carta y te den el precio al salir del restaurante ya que te quedas con la sensación de que depende de la pinta que tengas o de que seas de la zona o no te clava o no te clava.
Si vais pactar precio antes si no pese a lo bueno que está hay que huir...
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