Buscabamos un restaurante en esta zona para invitar a unos amigos, comida especial. Resultó fantástico de comida y con unos vinos fenomenales. El precio aparece más alto porque tomamos unos vinos sensacionales. Puede reducirse bastante según el vino elegido.

Pues si, acudí en parte porque hace unos meses abrí un hilo en 'Foros-Generales' y un forero me recomendó el restaurante. Está un poquitín perdido, pero hay varios carteles llegando que hacen que consigas encontrarlo sin problemas.

Dividido en varios salones, mesas amplias y cómodas, hilo musical agradable, se nota que prestan atención al tema del vino. Una cartita (tamañao libreta) muy extensa: hay de todo, yo solo miré cositas de Almería que soy un ignorante en vinos de dicha región: un TETAS DE LA SACRISTANA, jejeje, que nos acompañó estupendamente la comida: Merlot, Cabernet y Tempranillo creo, en copas más que aceptables y a temperatura perfecta. Pero vamos, si quieren caldos de casi cualquier denominación nacional y unos cuantos grandes de fuera, ahí están, llámese Petrus, Vega Sicilia... un Mauro Terreus? Allí está. Precios más bien contenidos.

Carta muy extensa: rara vez he visto tantos pescados. Por cierto, presume la carta de pescados salvajes, nada de piscifactoría. Me llamó la atención un rodaballo a la brasa, pero al final me comí un estupendo corte de solomilló con foie. También probamos otro a la plancha y otro más a la pimienta. El cuarto comensal probó un rollito de merluza, bien.
De entrantes una pequeñas pero muy sabrosas almejas a la marinera y un buen revuelto de setas con jamón. Antes ponen el entrante de la casa (6 euritos) que consiste en una especie de pisto con carne. De postres un arroz con leche, una tarta de mousse de chocolate, muy buena, piña preparada y unos profiteroles con nata y chocolate caliente. Los postres vienen recomendados cada uno con su copa de vino dulce: en mi caso elegí el Olivares Monastrell Sobremadurada.

El servicio fue bueno y agradable toda la comida. Una opción muy interesante para comer bien por esta zona, y desde luego un establecimiento que concede al vino la importancia que merece. Volveremos.

(Ah, tienen una cavita de puros con unos Montecristo muy apetecibles... para quien guste)

Visitar Bellavista significa sentir el vino, la sorpresa es aun mayor cuando no puedes imaginar cuando te vas acercando a sus instalaciones que es lo que te vas a encontrar en su interior..., el amor y respeto por el VINO con mayúsculas.

Salones privados como la vinoteca o el museo son lugares de culto, su bodega y sobre todo su carta, una perdición, pero lo más importante es el respeto y admiración que se ha sabido transmitir de padre a hijo, y siendo tan diferentes comparten aquello que nos hace iguales a todos los que estamos en este foro!

Su cocina, típica y tradicional, donde la materia prima cobra protagonismo es otro de los placeres que junto a la bodega y la tranquilidad que el entorno y el personal te transmite hace que sea un lugar de visita obligada!