Precioso caserío en uno de los sitios más bellos de Euskadi, aunque algo apartado de las mejores postales del Valle de Atxondo.Local comodísimo,mesas grandes y muy separadas,música vasca muy a tono con el maravilloso lugar.
Servicio atento, joven, preparado,simpático,femenino,eficaz.Manteles,cubiertos,copas,platos y vajilla de alto nivel.
Comimos muy bien, como esperábamos sabiendo que el dueño es nada menos que canales, cocinero al que admiramos desde hace muchos años por su respeto a los platos de siempre y a los modos tradicionales de cocinar,Fernando Canales.Pochas con almejas(algo saladas,pero perfectas de punto y sabor, unas y otras) y tataki de atún(de lo mejor,muy fresco y sabroso),de primeros.De segundos,merluza con velo de tocino(plato muy premiado pero que no nos llenó del todo,mezcla sorprendente.Rico, aunque preferimos la merluza más identificable,con forma de tajada, no de dados sin espina ni piel);y carrillera de vaca,la mejor que hemos probado nunca(la carne jugosa,melosa,sabrosísima,sin grasas, y con una salsa indescriptiblemente tamizada.De verdad, inolvidable.).De postres, dos maravillas,una con base de manzana de la zona, y una tostada con helado y mermelada.Fantásticos ambos.
De beber, un tinto de Toro y con los postres dos copitas de PX.Sin licores, sólo un café.148 euros.Ya no sabe uno qué decir.Es un dineral,nada de chollos.Pero salimos encantados.
Carta de vinos de calidad,aunque algo escasa para el nivel del restaurante.