Es el Restaurante ubicado en la Plaza del mismo nombre, en donde existe un mercado de pescado que ofrece materia excelente, pero también olores y vistas a veces no deseadas. Después de huir de la ventana que daba al mercado nos ubicamos cerca de otra con vistas al canal más relajada.
El local, en un segundo piso al que se puede acceder por un cómodo ascensor, no ofrece apenas materia para alabar. El servicio, de atención obligada, sin más, y la comida muy lineal excepto el pescado del día que puede ser tan bueno y caro como quieras.
Resumiendo, otro local para comer de diario, nada excepcional.

Sitio coqueto,se encuentra en la parte de arriba del mercado de pescado de Aveiro;tiene unas bonitas vistas a un pequeño canal con mucho encanto.En nuestro caso,servicio atento y la comida estuvo muy bien.Para 3 personas,una ensalada de queso y cítricos muy completa y rica,una fritura muy bien elaborada y un arroz con pescado presentado en su olla,que aunque su aspecto de caldoso nos hizo dudar,estaba muy bueno.Regamos con una botella de espumoso Terras do Demo(D.O.Tavora Barosa)que no era nada del otro mundo,pero encajó perfectamente con lo que comimos.Al parecer es verdad,que los vinos los tienen a temperatura ambiente,aunque en nuestro caso lo solucionamos a tiempo,con una cubitera con hielo y agua.Original y rico postre de yema,presentado sobre un cartucho de papel;costó 2 eur.aprox.y no eran los"ovos moles"famosos en Aveiro.Recomendable visita al pueblo,al que le llaman la Venecia de Portugal.Salu2 desde Murcia

Restaurante situado en el caso histórico de Aveiro, sobre el mercado de pescado que da nombre a la plaza. Después de subir por una escalera de caracol ( también hay ascensor) llegas al comedor con vistas a unos de los canales que vienen desde mar. El servicio era algo seco. Una vez hecha la reserva nos dijeron que a los 10 minutos se perdía la reserva. Fuimos puntuales. La carta de vino no es muy extensa, todos los vinos en carta de origen portugués. Continúan teniendo los vinos tintos en el mismo comedor, de ahí que estuviera un poco caliente, con las copas muy mejorables. Tomamos un Quinta da Dona, lástima la temperatura. En cuanto a la comida, las almejas y el rodaballo excelentes, la lubina nos defraudó ya que era de “granja”, lástima. Lo mejor la ubicación.