Y es que con muy poco más, podríamos estar hablando de algo antológico, pero desgraciadamente se quedó a medias.

Como ya se ha comentado, el restaurante está emplazado en un pequeño pueblecito a pocos kilómetros de Alquézar, en una antigua casa, en la que se consigue un ambiente acogedor, pasando por delante de la cocina, que bien será más pequeña que las propias de algunos de los comensales, tiene un aire encantador, a pesar de las ya trilladísimas y cansinas fotos de famoseo de las paredes, quizás por las velas, por el mobiliario antiguo, o la decoración en general.

La comida que ofrecen es comida casera y tradicional, con el ya comentado estilo de casa de comidas, en el que te sientas a la mesa y te van sacando platos según creen conveniente y deciden, a precio fijo (30 € por barba incluídos café e IVA). Buen producto, supongo en su mayoría de la zona, con algún elemento más externo. Nuestro menú consistió en un gazpacho con tostones de pan y aceite de jamón, que estaba bueno, aunque quizás le podría sobrar, para según quien, un poquito de ajo, unos trigueros con queso de radiquero y crujientes de jamón, buenos, unas albóndigas de ternera con langostinos, el mejor sin duda, muy suaves, se complementaban muy bien con los langostinos, sin interferir ni chocar unos con otros, y una salsa, riquísima. Una ensalada de lechuga y aceitunas para desengrasar, y para terminar un fricandó preparado con shiitake (creo), que también estaba muy rico. Los postre sconsistieron en natillas, y souffle de chocolate, mejor el segundo que el primero.

Servicio amable y cercano, llegaron hasta a ofrecerse a entretener a la niña (de hecho lo hicieron) para poder terminar algunos de los platos, y es que la peque estaba con el día revoltoso, fueron en todo momento comprensibos y trataron de ayudar en lo que pudieron.

El tema del vino es algo a corregir de forma inminente, no dispone de carta, propusieron un vino, que al no haberlo probado acepté sin queja (Chesa Roble 2008), y aunque me gustó, si ofreces un vino de esas maneras, como vino recomendado y sin posibilidad casi de elección, lo que no puedes hacer es luego pegar un sablazo de casi 3 veces su precio (de 5-6€ a 16€), servido en copas aceptable,s pero a un temperatura pelín alta.

¿Pero por qué digo que pudo llegar a ser excepcional y se quedó a mitad de camino?, porque es inevitable la comparación, en nuestro caso, comparando con la mesa de al lado, el menú se vió reducido en un par de platos, que de haberse añadido al nuestro (por ejemplo con un puñadico de caracoles y un trozo de bacalao), hubiesen hecho la comida memorable, y es que aunque buena, las raciones eran justitas, y cualquier persona relativamemte comedora, hubiese salido con hambre, y es que una tacita de gazpacho, 3 trigueros finitos, 2 albóndigas más bien pequeñas, y apenas un filetito de ternera por barba (¿90-100 grs?), resulta estrechos en un menú relativamente medio/corto, y hubiesen convertido un restaurante que si estás por Alquézar, puede ser recomendable visitar, en uno que merecería la pena desviarse unos buenos kilómetros por poder comer ahí, así que entre el tema del vino, y lo justo del número de platos y raciones, pesan bastante en todas las puntuaciones, incluída la RCP, y nos dejan con ese regustillo un tanto amargo de que podría haber estado mucho mejor, con sólo un poco más.

Aunque sin duda, le daré otra oportunida, porque se la merece.

Completamente de acuerdo con el comentario anterior;restaurante acogedor y con ese encato de los lugares recónditos de montaña.Cono en toda la zona,trabajan un menú-sorpresa.Riquísimas las cremas de calabaza y calabacín,el pimiento relleno de tortilla de patata....Como segundos,un buen bacalao con muselina de leche y aceite,y el ternasco.Postres caseros-cuajada con miel,coulant de chocolate,natillas, y mouse de limón.Para beber un crianza de Otto Bestué,aceptable(deberían de cuidar más el servicio del vino,y ampliar la bodega-sólo nos dijeron que disponian de tres referencias-).A destacar la originalidad del lugar,así como de la cubertería...el buen trato dispensado por todo el personal,y...un muy buen surtido en desayunos;bollería,mermeladas,quesos...En resumen,un lugar recomendable a todas luces!!

Restaurante bonito y acogedor en Buera (Huesca) llevado por los propietarios de La Posada de la Lola (hotel rural con 7 habitaciones a 50 metros).

Carta limitada a 2 ó 3 entrantes y 2 ó 3 salientes. Vinos del Somontano.

Comimos:
Crema de calabaza (muy rica) y de calabacín (rica también, aunque con menos seguidores)
Ensalada de tomate con ventresca (muy buen tomate)
Caracoles (no tomé, pero decían que bien)
Cordero (dicen que bien)
Bacalao con pasas (bien, sin estridencias, algo seco)
Postres:
Coulant de chocolate (muy bueno)
Flan (rico)
Natillas (ricas)
Sorbete dé limón (bueno)

Bebimos:
Pirineos Mesache blanco)
Enate Syrah-Shiraz

Cafes, correctos

Un sitio encantador en un pueblo muy tranquilo. No hay carta, se come lo que va saliendo de cocina ( Sólo se pregunta "¿ Hay algo que no te guste ?" ). Una pena que no pude beber vino ( si bebes no conduzcas ). Me sirvieron una deliciosa crema de tomate ( ¡ qué tomates hay en el Somontano ! ), trigueros a la plancha envueltos en jamón ibérico y virutas de parmesano ( tan sencillo como sabroso ), pimiento relleno de tortilla ( o tortilla berciana deconstruida ), caracoles ( no sé como estaban, son una de las pocas cosas que no como aunque lo he intentado ) y rabo guisado ( sin vino no es lo mismo ). De postre, mousse de limón, fresca y ligera, perfecta.
El comedor esta´lleno de fotos del propietario con famosos y demás memorabilia.
Además de comerse muy bien, son encantadores. Calidad-precio excelente.
Muy, muy recomendable.

Sorprende la decoración, el montaje de las mesas ( sin manteles), cubiertos diferentes, cristalería también dispar. Sin cartas, comes lo que te ofrecen ese día, y por supuesto también bebes la botella de vino que hay en la mesa, cuando llegas.
No deja de ser muy original, y la cocina es buena...
En resumen un lugar bonito, original y que merece la pena visitar si se está por los alrededores.

Este es un lugar especial, donde ademas, se come la mar de bien... lo que te ponen, porque no hay carta. Platos tradicionales, bien elaborados (cremas, bacalao, verduras, carnes guisadas) y con una buena seleccion de Somontanos. Todo ello a un precio muy comedido. Pero lo destacable es el lugar, muy cerca de Alquezar y sin embargo a años luz del ruido y las hordas turisticas. El comedor es tranquilo y acogedor, lleno de recuerdos y fotos de los propietarios. Una experiencia muy recomendable. Si ademas se pasa la noche en la encantadora posada y se disfruta de un desayuno en el patio, pues mejor que mejor.

Restaurante del Hotel Rural La Posada de Lalola.
Ambiente acogedor. Una media docena de mesas, todas diferentes, incluido sillas.
Servicio muy atento, se vuelcan contigo. No tienen carta, ni de comida, ni de vinos.
Te sientas, y comienzan a servir una serie de entrantes: Crema de calabacín (buena), pimientos rellenos de tortilla, callos (ricos, ricos).
Una ensaladita antes del guiso de conejo (muy bueno).
Dos postres caseros a compartir: flan de almendra y yogourt (buenos).
Para mi hijo de 7 años: una sopa de cocido, una pizza bien hecha, unos filetitos de lomo adobado, y un helado.
Lo curioso es que para cada mesa, el menú servido era diferente !!!
En cuanto al vino, les propuse un crianza del Somontano, y me ofrecieron un Enate Crianza Tempranillo-Cabernet 2003 (16€). Copas normalitas.
Precio: 83€ (el café está incluido en el menú).