Llege al restaurante Casa Benito, gracias a unas recomendaciones. Pedi un chuleton de retinto, el cual no estaba disponible en la carta. opte por un solomillo de retinto con salsa de setas... Despues de 2 horas de espera, solo abia ingerido un platito de jamon, un vaso de agua, y una coca-cola. Al preguntarle al camarero muy amablemente, por la tardanza del pedido, su respuesta fue: Es que llegaron todos al mismo tiempo. y yo me pregunto.. al entrar 3 familias a la vez, como es possible que dos de ellas ya estuvieran disfrutando los postres y yo ahun solo ustuviese disfrutando del plato de jamon. En resumen. me termine el solomillo a las dos horas i media de aver entrado en el local, no pedi postres por no esperar mas tiempo, pague y me fui.
Recomiendo este restaurante para personas con digestiones lentas y ganas de disfutar el tiempo..entre plato y plato.
Un saludo
He estado en varias ocasiones, se encuentra en la mejor zona de Mérida, la mas comercial asi que entre compra y compra entramos.
Tanto de tapas como de cena, se come bien a precio medio.
La cerveza es cruzcampo, es la que bebo, aunque no está muy fría, los vinos bien y destacan los platos típicos extremeños, el rabo de toro, fué lo que pedí, muy sabroso y muy tierno y las carrileras que las tomo mi pareja también deliciosas.
El ambiente, las sillas, mantelería etc, simplemente correcto, cumple su cometido, nada de lujos, es una tasquita antigua.
El jamón es muy muy bueno, particularmente me gustan los de Jabugo y los extremeños, los de Guijuelo no me hacen gracia, en Casa Benito lo tienen extremeño y es de pata negro auténtico muy sabroso, no es recebo que te meten en otros sitios.
Se me olvidaba comentar que las raciones son muy grandes y que se puede comer bien con un entrante para compartir y un solo plato de segundo, se lo recomiendo a todo el mundo, la ultima vez que fuimos ni tome postre de lleno que estaba.
Junto al mercado municipal de Mérida. Dispone de terraza para comer más de raciones y restaurante a la carta. Esta vez comimos en la sala. Raciones generosas por lo que recomiendo no excederse a la hora de pedir. Jamón ibérico cortado al momento a mano (tenían tres jamones a elegir), plato cumplido, así como los surtidos de queso (no lo pedimos pero lo cortaban en sala y lo veíamos).
Pedimos un cremoso de Zújar (queso entero hecho al horno), ensalada Benito (con ahumados) y parrillada de verduras como entrantes. De segundos: rabo de toro guisado (excelente y ración muy generosa), carrillera estofada, solomillo cerdo ibérico y solomillo retinto. Todo muy rico. Vino de la Ribera de Guadiana joven. No pudimos acabarnos los platos así que obviamos los postres. Total: 115 euros.
Servicio muy amable, buenas copas y decoración taurina.
En la terraza. Servicio atento. Queso de cabra rebozado con compota de tomate. Morro en salsa (pellizco pimentón absolutamente delicioso). Surtido de quesos, magnífico en cantidad y corte. Tosta de queso del Casar para que no se diga. Vino tinto a copas de Extremadura. Correcto, buen servicio.
Casa con solera fundada en 1870 con ambiente taurino en sus paredes. Comida casera extremeña a buen precio. Recomendable la caldereta de cordero, la lengua estofada, el arroz con liebre y el queso de cabra caramelizado con manzana.
Situado en pleno centro de Mérida, junto al mercado municipal.