Restaurante Ca la Neus en L'ESCALA (Girona)
Restaurante Ca la Neus
País:
España
Provincia:
Dirección:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
52,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
15/10 al 15/03
Nota de cata PRECIO MEDIO:
52 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
5.0
Precio medio entorno ENTORNO
8.5
RCP CALIDAD-PRECIO
5.0
Opiniones de Ca la Neus
OPINIONES
2

Para situarnos un poco, diré que Ca la Neus fue un templo de peregrinación gastronómica, siendo un habitual de la casa Josep Pla, entre otros célebres personajes amantes de la buena mesa.
Durante mucho tiempo, decir L'Escala era decir Anchoas o Ca la Neus.

Ahora, la cuarta generación, con Martí y Roser al frente, fiel a la filosofía de la casa, ofrece a sus clientes cocina tradicional en unas instalaciones de primer orden.

El comedor, recientemente remodelado, está situado en los bajos del Hotel Nieves Mar, frente al Paseo Marítimo de L'Escala. De día las vistas son impresionantes.

El montaje de la mesa, sin ser de diseño, es más que correcto. En esta apartado se agradece la sustitución de las copas, pues como apunta el comentario anterior, no permitían el disfrute del vino, y ahora sí. La amplitud de las mesas, junto a la gran separación entre las mismas y la comodidad de las sillas, hacen que todo se desenvuelva en un ambiente bastante relajado.

Te obsequian con unas aceitunas y unas tostadas con anchoas.
El pescado de la lonja de L'Escala es el protagonista y lo mejor es comerlo en suquet o al horno.
Sí es cierto que en alguna ocasión el pescado lo han cocinado en exceso, pero esta vez estaba en su punto. Pedí lenguado al horno, y como no quedaba, me ofrecieron rodaballo que estaba fresquísimo y en su punto justo. De primero comí un carpaccio de pulpo que estaba también muy rico.
La mayoría de platos salen en bandejas que luego emplatan delante del cliente.

Lo más flojo quizás sean los postres. Disponen de un carro que acercan a la mesa. En esta ocasión al tratarse de una celebración comimos un pastel.

Carta de vinos previsible, sin sorpresas. Pedimos un Atrium y como no había una segunda botella continuamos con un Embruix. Ambos servidos a Tª correcta y con buenas copas.

El servicio muy profesional y siempre atento y simpático.

Los precios de la carta inclyen el IVA. Como nota negativa decir que cobran el pan y el cubierto.

En resumen, un buen restaurante al que hay que saber a lo que se va; a disfrutar de auténtica cocina tradicional sin sorpresas.

La última vez que estuvimos en Cala Neus fue con motivo de una celebración familiar.
Pues bien, uno vuelve pasados bastantes años y parece que el tiempo se ha detenido.
Ca la Neus es el templo del Suquet de Peix y en su día fue un referente gastronómico, no solamente en Girona, también en Catalunya.

El comedor: se trata una sala ámplia, diáfana, de gran capacidad, el espacio de la cual queda reducido por la ayuda de unos biombos. Ofrece unas magníficas al golfo de Rosas, que de poco nos sirvieron ya era de noche y evidentemente no se veía nada.

Mesa: al sentarte a la mesa asignada, la sensación es gran confort y amplitud. Las copas no permiten el disfrute del vino y la mantelería, cubertería y vajilla claman a gritos su jubilación.

Comida: te reciben con unas tostatadas con anchoas de L'Escala y unas aceitunas. Los entrantes a base de pescado y marisco, muy correctos, fueron llegando poco a poco ya que eran para compartir. A destacar la calidad de la materia prima. Los segundos, a base de pescado, dos en forma de suquet y dos a la plancha con verduritas. En todos los casos sometidos a una cocción excesiva. Tirando a incomibles. Incluso especulamos en la posibilidad de que al suquet le hechen primero el pescado y después las patatas.

Servicio: el camarero que nos atendió cumplió su cometido con creces y nos hizo pasar un buen rato. Al pedir el vino inmediatamente nos cambió las copas, aunque seguían siendo malas.

Creo sinceramente que deberían mirar a su alrededor a ver que se cuece, sinó les auguro un futuro poco alentador. Era sábado noche y muchísimas mesas libres en el comedor, cuando la mayoría tienen lleno hasta la bandera.

En fin, si las cosas no cambian, lo recomiendo a nostálgicos de los '70.

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