Restaurante Mannix en Campaspero
Restaurante Mannix
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
32,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
Lunes
Nota de cata PRECIO MEDIO:
44 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.6
Comida COMIDA
7.6
Precio medio entorno ENTORNO
4.5
RCP CALIDAD-PRECIO
7.1
lcartel
maestro asador
interior del horno
comedor
vino
pan
Opiniones de Mannix
OPINIONES
22

Con algo de temor por el comentario anterior (¿se habrá ido el maestro asador?), con reserva tras el paso por Peñafiel y la visita de bodegas Abadía Retuerta con almuerzo campestre incluido (aunque fue en el interior de la bodega por medidas Covid) llegamos cuando estaban abriendo la sala y aún hubo que esperar unos minutos al lado de la barra para colocar las reservas (¿?). Sin cambios en el local, con una buena distribución y separación de mesas necesarias a día de hoy y que se fueron llenando poco a poco. Tampoco cambios en el planteamiento del local, ni noté ninguno en las cartas tanto de comidas como de vinos. Ausencia de Gemma la sommelier que en su momento hizo sus previas prácticas en Can Roca, fue su padre y se nota en los postres; así que el dueño (¿su padre, su tío?) hizo de sommelier además de jefe de sala, estando bien acompañado por el resto de camareros. El servicio fue bueno, rápido y eficaz, aunque debieron advertirnos del exceso de la comanda de forma previa.

Para beber un agua con gas, un par de grandes sin gas, más una cerveza (Estrella Galicia). En la parte de vino nos conformamos con una sola botella para los cuatro comensales por aquello de la conducción, y elegimos Pruno 2018 (19,90€) que se comportó bien con la carne; su servicio se limitó a buena temperatura, buen descorche, dado a catar y primer servicio en copas: luego cada uno a su ritmo.

Para comer, y eso que llegamos de los primeros y almorzados, nos pudo la gula de leer en carta tan buenas opciones de entrantes, previos a los 2/4 de cordero que teníamos encargados telefónicamente (y confirmado esa misma mañana), sobre todo sabiendo que los postres iban a ser irresistibles. Así que pedimos, dejando con pesar otras partes del cordero como unas manitas, riñones a la parrilla con ajilimoji, lengua... amén de croquetas, foie, pastrami, chistorra, ventresca, y.. y.. :

. dos sesitos de lechazo churro rebozados con salsa rosa versión Mannix: bien presentados, textura más agradable de lo habitual y correctos de sabor.

. media de morcilla con piñones, pasas y compota de manzana acompañada de mermelada de tomate y nachos de morcilla: buena mezcla de sabores y texturas. Recomendable.

. media de mollejitas de lechazo churro encebolladas: previamente asadas, con la buena compañía del encebollado. Recomendable.

. lechazo churro asado al horno de leña (2 cuartos a 41,90 € el cuarto), lo que viene a ser medio cordero -cuarto delantero y cuarto trasero-: horneado y servido en cazuela de barro y en dos vuelcos para que no se enfríe, un fantástico cordero perfectamente asado, crujiente por fuera y tierno y jugoso por dentro. Nos preguntan si queremos algo de acompañante y nos venimos arriba y le añadimos una bandeja de patatas fritas variedad monalisa (7,50 €) muy recomendables, pero que se convierten en excesos. Con la primera cazuela (primer cuarto) nos quedamos bien, tanto que nos sorprendió la llegada de la segunda cazuela que decidimos ponerla en tupper para la cena en el apartamento. Además nos habíamos acabado el buen pan casero y casi el vino y teníamos previsto cenar en Valladolid de tapeo en Los Zagales teniendo que anular la reserva.

. postre: trampantojo x 4 a compartir entre todos y nos resistimos al maridaje de vinos dulces recomendados: El Tiesto de Rosaura: maceta rellena de cremoso de maracuyá, tierra de chocolate y `tomate´ de mousse de queso y frambuesa*  que se hizo algo denso pero espectacular en su presentación; El Otoño con `Piña de pino´ mousse de tiramisú sobre crumble de avellana y café, helado de café y ron con hojas de chocolate: el más currado y el que más gustó. Tentación de Eva: en modo manzana, una mouse de queso fresco y violeta relleno de fresa y frambuesa sobre coulis de frutos rojos, peta zetas y frutas liofilizadas: bonita presentación pero quizás demasiado sencillo en los sabores . Orange is the new black: una mousse de chocolate guanaja 70% Valrhona con corazón de naranja y mandarina, cremoso de naranja, helado de mango y salsa de chocolate picante*. Muy recomendable. Por supuesto que hay los postres caseros propios de un asador, pero esa mezcla de platos tradicionales y postres creativos te permite no renunciar a nada.

. café x 2: bueno y necesario para no dormirse por la carretera tras la digestión tipo "boa". No hubo añadidos aunque sí ofrecimiento de chupitos, a los que no nos atrevimos.

Solicitamos, y accedieron amablemente, a visitar el horno y al maestro asador (subcampeón de España 2014 y campeón 2015). Algo recomendable para mejor valorar lo comido. Un sitio que hay que conocer, aunque los amigos Anubis tuvieron mala suerte (quizás libró el maestro asador, porque aquello está todo medido en tiempos, temperatura, etc...). Hay buena carta de vinos (responsabilidad de Gemma) y en comidas hay entrantes interesantes, un cordero muy destacado y unos postres de cocina más creativa, aparte de los más clásicos. Eso sí, ojo con las raciones de cordero si pides entrantes y postres porque puedes quedar sobrepasado. A nosotros nos llegó para cenar con lo que el precio real de lo comido en sala fue de 37,20 € por persona, que podía ser un 9 alto, pero compensaré con el entorno que no pasaría de 6.

  • lcartel

    lcartel

  • maestro asador

    maestro asador

  • interior del horno

    interior del horno

  • comedor

    comedor

  • vino

    vino

  • pan

    pan

Voy a empezar narrando lo que sucedió una semana antes de la comida. LLamo a reservar mesa para 2 y una "señorita " me atiende al telefono . Le digo que mesa para 2 el viernes y ya me dice de entrada: A las 14.15 tiene que ser. le digo que sin problema pero que vamos de viaje desde Madrid. Añado que quisieramos un "cuarto delantero" y me dice : Eso que es ?? .. tonta de mi le respondo que siempre crei que el  cuarto delantero era la parte de la paletilla y costillar del lechazo. Le pregunto si quiza alli tenga otro nombre.Se calla y me dice  .. "entendido"..

Pues bien, este detalle ya me deja mal pensando si nos reservarian el cuarto  delantero o la pierna..

Llegamos el viernes a las 14.00. En la barra un chico  joven que dice "esta cerrado". Le preguntamos si podemos  tomar una cerveza hasta la apertura y tras consultar el reloj asiente. .. Miedo me daba mencionar el cuarto delantero,,

A las 14,15 y una vez que un grupo de 6 personas entraran nos hacemos fuertes y entramos al salon. Un señor  de  mediana edad nos dice que sabe de nuestra mesa pero al mencionar la palabra clave "cuarto delantero" dice que no tiene nada apuntado. a esto aparece una "señorita" que oye mi comentario y dice : "fui yo quien atendió" ..explicando lo que pasó por telefono.. 

El encargado confirma por fin  sobre que hay "cuarto delantero" y la señorita que resulta ser tambien la sumiller nos dice que le gusta "vacilar" sobre el tema de elegir un cuarto u otro. y por  eso su chanza al telefono ..

Se salva que son 2 horas desde Madrid y era  la unica ocasion que habia tenido ( y tendré  ) de  pasar por alli. no me fui por eso..

Señorita... los vaciles por telefono u otro medio con los clientes que no conoce..no creo que sean recomendables si no hay confianza.

 

Como ibamos a pasar un buen rato corrimos un tupido velo y sin "vacile" nos encomendamos a elegir un entrante que fue una sepia salteada ya que la señorita nos avisó que los esparragos que queriamos pedir ya era tarde ( no teneiamos ni idea que ya no era temporada.. pedazo torpes que  somos.. que la semana anterior los comieron unos  amigos..)  igua que el  postre de tarta de queso que solo era sabado y domingo y cometimos el gran error de ir en viernes. No tenemos perdon.. a los que nos gusta el cuarto delantero somos unos torpes...

 

Aparecio el lechazo del grupo de 6 antes que el nuestro y sin mirarle a  los ojos ( no tenia cabeza el cuarto delantero) ya vi que no era mi tipo.. y asi fue.  Poco tostado, casi crudo. Buena materia prima pero  mal acabado de asador. 

Lo demas para olvidar salvo los "vaciles" del lugar.. quiza aparezcan en el Club de la Comedia.. quien sabe.. pero en mi top d e lechazo no estaran ni en el top 10.

Y los  detalles campechanos... creo que quedan fuera de lugar si no hay confianza.

y 83 euracos dos personas con un comedido Santa Digna Rosado y sin postre.. 

No volvere jamas

 

El local es grande, amplio y de techos altos. Su decoración es ecléctica en toda la extensión de la palabra e incluso un tanto surrealista el conjunto diría yo. Retratos de gran tamaño conviven con trofeos de caza, entremezclados con angelitos, óleos, fotografías, carteles informativos… el conjunto general digamos que queda en un estilo más bien clásico.

Sólo utilizan materia prima de alta calidad, es decir, lechazo de raza churra autóctona (el de los ojos, morro, orejas y patas negras) de entre 5 y 6 kilos de peso. El lechazo es el cordero que solo ha sido alimentado de leche y de unas tres semanas de edad. Ellos mismos se encargan de seleccionar y sacrificar los lechazos.

Los cuartos se disponen en cazuelas de barro, fondo de agua y sal. Únicamente utilizan la madera de encina para alimentar el horno.

Disponen de tres hornos de adobe recubiertos de barro en los que asan el lechazo durante un par de horas por la parte interna del mismo a 200 ºC. Seguidamente se voltean los cuartos y se someten a unos 15 minutos más para que la piel quede bien tostada. Los tiempos y temperaturas son orientativos pues Marco Antonio me aseguró que ni mira el reloj, ni los hornos disponen de termómetro. Lo hace a ojo, mejor dicho “a oído” ya que cuando el lechazo está asado, me dice que le avisa por el modo en que crepita.

Finalmente, dando muestra de su ternura, se trincha delante de los comensales con las manos, sin cuchillo, tan sólo con la ayuda de una cuchara.

Nuestro menú

Decidimos compartir 3 entrantes:

Croquetas de jamón: un par por cabeza. Caseras, elaboradas con salsa bechamel, jamón, verduras y su ingrediente secreto: sesos blanqueados. Fritura perfecta, interior sabroso pero un tanto compacto.

Morcilla con piñones, pasas y manzana caramelizada. Se acompaña de confitura de tomate, nachos de morcilla y tierra de morcilla. Buena y manida combinación de ingredientes.

Bacalao con salsa Romesco. Buen producto y buena elaboración de la salsa, sin más misterio pero resultón.

Dos cuartos de cordero. Y llegó el momento del “leitmotiv” de la verdadera razón del desvío a Campaspero para poder disfrutar del famoso lechazo del restaurante Mannix. Trinchados con la mano por Gema. Crujiente por fuera, tierno y esponjoso por dentro. Sin grasa aparente, jugoso, delicado pero de sabor intenso. La perfección de lo simple, el mejor lechazo jamás comido. Vale la pena el desvío y casi casi ir a propósito. ¡No os lo podéis perder!

Ensalada de lechuga, tomate y cebolla. Clásica ensalada con la que se acompaña el lechazo en Castilla. Sencilla pero elaborada con productos de calidad y frescos. Se agradece intercalar algún momento verde y fresco entre los bocados del cordero.

Degustación de postres. Varios pases a compartir.

Crema de limón con sorbete de mango, coulis de frutas rojas y peta zetas con frutas. Buena ejecución y sabores conjuntados.

Creme brulée con helado de achicoria y palo cortado. Bien ejecutada la crema, sabores originales los del helado, pero no veo la conjunción. Tal vez por separado…

Chocolate en texturas con una base de naranja, un punto de guindilla y helado de plátano y palo cortado. Mayor conjunción que el anterior.

Para beber inicialmente una cerveza artesana: La Real del Duero,: seguidamente una botella del Cava Rosado Extra Brut de Nit del elaborador Raventós i Blanc y un par de botellas del crianza 2013 del Valle del Botijas del amigo Ramón. Acompañamos los postres con Dulce de Invierno de Bodegas Sanz. Todavía me fue posible armonizar el lechazo con un sorbito del cava y he de deciros que maridan estupendamente.

Finalizamos con unos chupitos por cortesía de la casa, de elaboración propia: limoncello, pacharán y licor de café.

Un restaurante muy recomendable en el que disfrutar del producto, del mejor producto y de su mejor cocción.  Referente del Lechazo, si quieres comer el mejor, debes visitarlo.

Post completo ilustrado con fotos (también de los asistentes) en: http://www.vinowine.es/restaurantes/restaurante-mannix-el-mejor-lechazo-jamas-comido.html

En Castilla hay lechazos y Lechazos. En Mannix está el Señor Lechazo, el mejor de todos los conocidos, así que merece la pena plantear el viaje y el desvío para llegar a la hora de ocmer.

La decoración ya se ha comentado. Me centraré en los hornos de cocción y en el interior de la cocina. Amplia no, lo siguiente. Los lechazos ya preparados a falta de hornear, de 18-21 dias de edad y unos 11 kg de peso, para que esté perfecto de tierno y de sabor, siempre del mismo matadero (70€ de costo) como nos explica Marco Antonio, maestro asador que se nota que disfruta de su profesión y del contacto con los clientes.
En sala, Gemma, la última generación del negocio familiar disfruta sobre todo de sus vinos y recomendaciones que para ello se ha preparado a conciencia.

Para comer el grupo se parte en diferentes mesas según el coche de procedencia. En nuestro caso, 4 sentados a la mesa y empezamos con unas cervezas artesanales locales: La Real, unos versión tostada (muy algarroba) y otros versión blonde.
Pan de hogaza en buen punto de miga y cocción.
Elegimos vino y para los entrantes Raventós i Blanc 2013 de Nit un cava rosado. Para la carne reservamos un Valle del Botijas 2014 de 4 meses para comparar con el de 12 meses de la vecina mesa.

A saber:
. foie: un buen lingote de buen foie cubierto de manzana que bien complementa la grasa con su acidez, pan de pasas y queso de cabra caramelizado y helado de yema y caramelo con sal Maldon y decorado con mermelada de vainilla y otra de melocotón.
. Señor Lechazo (2/4) al horno de leña: servidos en dos cazuelas de barro. Baste decir que el mejor probado nunca y eso que ya venía con expectativas altas. la perfección de cocción con el mejor producto (39€ el cuarto).
Acompaña su ensalada de lechuga, tomate y cebolla como mandan los canones.

Degustación de 4 postres:
. chocolate en texturas con una base de naranja, un punto de guidilla y helado de plátano y palo cortado.
. crema de limón con sorbete de mango, coulis de frutas rojas y peta zetas con frutas. Referido como bueno.
. creme brulée con helado de achicoria y palo cortado: presentación muy mejorable, referido como bien de sabor.
Además:
. bebidas dulces: PX Lustau palo cortado Península, Oporto LBV Niepoort 2012 y Javier Sanz dulce nocturno
. cafes x 3
. chupitos por cortesía de la casa y propios de ella: limoncello, pacharán y licor de café.

El cordero no es barato (pero la calidad lo merece) pero es que la cuenta era más de la mitad del costo en líquido. Es que no hay remedio con esta peña.

Restaurante tipico de pueblo castellano, decoracion discutible y uno de los mejores lechazos que en este planeta encontrarse puedan, las chorradas sobre decoracion o servicio del vino son eso, chorradas ya que tienen un monton de Riberas del Duero a muy buen precio y copas adecuadas, todo queda pequeño cuando aparece el rey de la casa, tostado, tierno, recien salido del horno, maravilloso en sabor y textura, inolvidable, mas para un pobre tudelano, maltratado sin tregua por su pauperrima hosteleria local. El trato del cocinero Marquitos y su cuñado, no puede ser mas agradable y desde luego, estamos ante 2 sabios del lechazo churro hasta sus ultimas consecuencias, no cambieis nunca, os deseo lo mejor. Tudelano cabreado y esposa.

Como dice el chiste, si setas a setas y a esto nos acercamos hasta Campaspero, solo que a comer cordero y ¡ojo¡ el que quiera otra cosa que se olvide .

Local un tanto rococó, pero como esto es un foro de tragones y no de huevones, perdón diseñadores, pues vamos a lo que acontece.

Mollejas, 20€ la ración, tenéis la foto para ver cuantas eran, ni fu ni fa, vamos que se comen iguales o parecidas.

Media de croquetas, ricas y al lió, menos mal que al final vino el cuñado, porque había pedido dos cuartos para nosotros tres y la verdad hubiésemos tenido que llevarnos la mitad en tapers.

Empezamos por el cuarto trasero, yo siempre he sido del delantero, este vendría después, pero después de comparar ya no haría distinciones al menos no en un sitio como este que prepara tan bien el cordero , el delantero es mucho mas graso y el trasero bien hecho , como es este el caso se deshacía en la boca , que hay mas sitios donde lo hagan bien , sin duda , que no creo yo que atinen tanto con el punto como aquí , pues también , haz cordero para 120 personas y hazlo sobresaliente , yo creo que este es el sitio idóneo.

El servicio profesional y a tope, venga cordero y cordero, madre mía que masacre y que rico estaba el puñetero.

Ensaladas a 4,10€+iva , servicio de pan a 1,1€+iva y cuartos a 37€+iva , el precio del cuarto de lujo para lo rico que lo hacen , sin embargo las mollejas en proporción caras , para mi gusto.

El servicio del vino un poco desastre, no tenían demasiadas referencia, la primera referencia que les pedí de la carta no la tenían, del cepa gavilan que al final escogimos, al ir a pedir la segunda ya no les quedaba nos recomendaron un figuero crianza, también rico, pero me gusto mas el cepa, uno a 15€+iva y el crianza a 19€+iva.

Un px a 2,5€+iva, normalito, pero acorde con el precio, unas cafes y dos gin-tonic, martin millers a 7,5€+iva.

En conclusión , si te gusta el lechazo vete , disfrutaras .

Informado de dónde se podría comer "el mejor" lechazo en Valladolid me facilitaron esta referencia, y he de confesar que no salí defraudado. Y la atención del personal es de sobresaliente. Siguen con su "norma" de no poder pasar al comedor hasta que el lechazo no esté pronto para consumir, y tan pronto nos acomodamos, en el inmenso comedor, tras una muy ruidosa barra hasta que los parroquianos se fueron -imagino que a seguir comiendo en otro lugar- nos ofrecieron la carta, bebida y la confirmación del cuarto de lechazo, que en este caso consistió (sin preguntarnos) en uno trasero, magnífico, en su punto de todo, y por el precio la generosa ración de 37 €. Para "hacer boca" un muy buen jamón y media de mollejas (para no romper el gusto con las consabidas morcillas, nada recomendables para preceder a un lechazo) que estaban igualmente buenas y en cantidad suficiente (quizás algo grasientas, ya que las he probado menos aceitosas). 12 y 9 €, respectivamente. Como los camareros pasaban con unas tablas de aperitivos para los ruidosos paisanos en su vermú, nos ofrecieron los canapés (una mousse de pimiento) para completar los entrantes, y he de confesar que estaban magníficos. El lechazo acompañado por una muy correcta ensalada, al concreto precio de 4,10 €. Pan 1,10 por persona y de postre una espléndida crema castellana con helado de limón, que sirve de colofón magnífico al lechazo. El capítulo líquido lo conformaron un vermouth rojo (1,80) un agua mineral (2,90) y un muy buen Emina de 2009, botella de medio litro a un precio "ajustado" para Madrid, no sé si para Campaspero (9 €). El café muy bien hecho (1,50) y la copa de orujo blanco excelsa, ya que sacaron una botella de la cocina, sin etiqueta, con el mensaje "que era el tomaba el jefe", y realmente debe ser así. Como es natural, y a diferencia de otros fenicios, fue obsequio de la casa. En suma, una opción para el lechazo del todo punto recomendable al cien por cien.

Llegamos a Campaspero, a 13 kilómetros de Aldeayuso (16 de Peñafiel).
Al entrar al restaurante te llama la atención que todo el mundo está de pie, en la entrada al lado de la barra, porque no dejan sentarse a nadie hasta las 14:30.

Nos sentamos en la mesa al lado de la puerta que da a la cocina, hay un par de armarios vinotecas con los vinos de la ribera: en esta ocasión tomamos Mauro 2008 (29 euros), un valor seguro, que además combinaba con las paredes pintadas en rojo... Servicio del vino se limita a abrir y dar a probar. Copas decentes, supongo que habrán mejorado esto desde algunos comentarios anteriores al nuestro.

Probamos unas sabrosas croquetas y una rica ensalada, y luego vino en lechazo. Jugoso, tierno, piel crujiente pero no quemada, es una ración abundante el cuarto que nos tocó, supongo que dependerá también si es trasero o delantero. No dejamos nada, es posiblemente el mejor lechazo que hemos comido, vale la visita de sobra.
De postre probamos una crema catalana y una tarta de queso, mejor la primera.

El servicio fue correcto, el cocinero se interesó por como había salido el lechazo, y así se lo hicimos saber.

Volviendo de Madrid con calma, paramos a comer donde ya nos atendieron tan bien en ocasiones anteriores desde hace varios años. Del entorno e instalaciones, ya se ha comentado bastante aquí. Así que me limito a la comida en si.Esta vez acudimos con nuestros hijos. Este detalle tiene su explicación: mi hija no es amante del cordero…pero sabía que iba a tocar. Y se le iluminó la cara cuando lo probó. Para nosotros el mejor de…¿de cuales? de los que conocemos, claro. Pero me atrevo a decir de los de la zona. De primero compartimos croquetas caseras riquísimas, mollejas de lechazos y una morcilla especial de la casa, con pasas y piñones, servida en una sola ración, de consistencia como para untar…cosa fácil con ese buenísimo panecillo candeal individual que te ponen. Tal como encargamos, se sirvieron un cuarto trasero y otro delantero. Pero no a la vez, que así no se enfrían. Siempre hemos apreciado ese detalle. Además es una forma de conservar la textura de “recién hecho”, tierno, tierno, y crujiente. Acompañado de la ensalada clásica y de otra de “marujas”, que es como llaman aquí a las pamplinas, que triunfaron gracias a su exquisito aliño bien equilibrado en cuanto a vinagre. Optamos por un Pago de Carraovejas Crianza 2006, tan tan bueno que se repitió. De postre una tarta de hojaldre, otra de requesón (probadla), unas natillas y un helado de queso con fresa: todo casero. 2 cafés y 2 GT. 220€ con las cervezas y vinos de aperitivo en el mostrador. Correctísimo. Eso si: tener en cuenta que NO abren el comedor antes de las 14h30. Claro que eso permite programar y controlar bien el horno y sus resultados, que es lo que los comensales buscamos y agradecemos: el lechazo en su punto exacto.No recalentado. Pero me parece que a las 14h sería buena hora. Sobretodo para quienes tienen luego un viaje pendiente: esta media hora en vez de pasarla en la barra esperando con un vino, te la pasas de sobremesa con un café. ¡Que ahora a 110 se tarda un poco más en volver!

Hola a todos, con respecto a todo lo que decis no estoy de acuerdo...llevo yendo al restaurante mannix cada año...y año tras año me fascina mas. lechazo crujiente por fuera y jugoso y tierno por dentro, la camarera lo parte con una maestranza inigualable.vinos muy buenos entre ellos el pago de carraovejas. del servicio no me quejo una camarera muy simpatica y jovencita,muy agradable y educada.unas mollejas crujientes y sabrosas.el pan del pueblo impresionante.con respecto a la decoracion no me parecio para nada cargada,techos muy altos favorable para el exceso de humo y local amplio lo cual me parece bien,porque segun me entere esta adecuado para bodas.maitre muy simpaico y agradable,el maestro asador sale a saludar a las mesas,gesto que veo muy adecuado y educado.en mi opinion para mi uno de los mejores lechazos de España

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