... salen antes los segundos que los primeros!

Cuatro comensales el sabado para cenar en la zona del asador. El establecimiento a medio gas de ocupación, personal para dar y regalar.

Lo primero que llama la atención... ¿un asador sin parrilla de carbón? A ver a ver!

Dos adultos y dos pequeñajos es lo que comimos:

- Una ensalada normal. No habia ni platos aún en la mesa.

- Ración jamón de bellota; no estaba nada malo la verdad.

A estas alturas aún no había ni pan, ni bebidas, ni servilletas en la mesa. Habrían pasado mas de 30 minutos desde que nos sentamos, tomaron nota, etc.

- Ración de pulpo a la gallega. Las patatas duras, el pulpo bastante bien.

Despues de esto nos quedamos Mila y un servidor esperando nuestra cena, los pequeñajos danzando por la calle y pasarían unos 25 minutos hasta que alguien pregunta si nos falta algo... Ahi nos traen practicamente junto:

- Dos raciones de sardinas. A la plancha no más, por favor.

- Rodaballo. Dejemoslo en masticable.

Pedí una tarta de queso por aquello del riesgo, de pleno. Las he comido peores, también es verdad. Pedimos unas natillas para uno de los pequeñajos pero no les quedaban.

Dos cafes terminaron la cena.

Para beber, 3 nestea, 1 kas de naranja y dos botellas de agua. El pan nada del otro mundo.

Si no hubiese sido por el servicio taaaaaaan lento ni tan mal, pero es que nos sentamos a las 22:00 y salimos casi a las 24:00. Todo ello insistiendo por las cosas, si no decimos nada aun estariamos sentados!!!

Día feo donde los haya. Qué pena. Llueve a ratos con muchas ganas.
Es ya costumbre nuestra acercarnos a este restaurante a leer el menú en la pizarra que colocan en el exterior.
Como siempre, buena opción así que para qué vamos a andar dándole vueltas al asunto. Hemos pasado primero por un par de ellos a los que les tenemos ganas por comentarios leídos pero al parecer a las noches no tienen demasiada gente. Esperaremos al verano.
No se complican demasiado y repiten muchas de las cosas que habitualmente ofrecen.
Lo bueno de no ser verano es que comes en el comedor de dentro, en el "elegante". Buenas mesas, suficiente separación entre ellas, mantelería correcta, buenas copas y correcto servicio del vino.
Muy atento y profesional el camarero, ya conocido de otras ocasiones.
Tres entrantes emplatados individualmente:
Plato de jamón serrano me sirve la foto de la visita anterior, buena ración y un jamón correcto.
Ensalada de marisco con algún langostino y unos trozos de algún otro marisco sin identificar, correcto plato al que le sobra un poco de lechuga.
De nuevo tres buenos langostinos a la plancha por barba con el punto exacto de sal y el punto exacto de plancha. Buen tamaño, ricos.
De segundos ella ha elegido un Rodaballo a la parrilla pez de ración, ha comentado que un poco pasado el punto pero de buen sabor. La piel crujiente. Se dejaba comer gustoso.
Yo, pecador en potencia, he pedido Solomillo con pimientos rojos y patatas fritas como siempre lo he pedido poco hecho y así ha salido. Tierno a más no poder, con sabor, una generosa ración. Las patatas también muy a mi gusto y caseras. Con esa sal gorda por encima que me encanta encontrarme en boca.
Varios postres a elegir y nos hemos decidido por:
Torrija caramelizada con nata las torrijas nunca están malas. Las he comido mejores pero siempre es un placer dar cuenta de ellas.
Tarta de queso casera estaba fría, a mi me gusta pero pienso que deberían sacarla un tanto templada. Muy rica de sabor, desde luego.
Tres trozos calientes de pan normal y corriente.
Un cafecito con "dos gotas de leche" y como no está la noche para terrazas, hoy no pido mi indispensable copita de dulce. Otro día será.
Lo regamos con un Rueda Poema 2011 un vino fresco, con mucha nariz, correcto, sin más. Entraba sólo.
Además, como los tiempos no están para tonterías, han bajado el precio del menú a 20 euros iva incluído así que estupendo.
Lo considero una muy buena opción en Laredo y más si nos atenemos a la relación calidad precio.

Por fin, las vacaciones. Llegada a las Cantabrias. Paseo y siesta playera para tomar contacto. Relax, relax y a ser posible un poco más de relax.
Lo primero que solemos hacer es acercarnos a este restaurante y leer en la pizarra que colocan los platos del menú.
Hoy era, como casi siempre, muy apetecible así que nos hemos animado y aunque hacía noche de terraza, casi demasiado calor, hemos optado por cenar en el interior. Gran acierto, mucho más fresquito.
Para empezar un plato de jamón para cada uno, no era guijuelo pero estaba bastante rico y en ración generosa.
De segundo salpicón de marisco. Buena ración también, un poco falto de sabor, tal vez.
3 langostinos plancha para cada uno y de tamaño medio, muy ricos, con el punto exacto de sal que para mi tensión es un crimen pero como le suelo decir a mi médica, o te callas o cambio de galeno.
De segundos a elegir y como hay que probarlo todo, ella ventresca de merluza, muy rica me ha dicho y así lo parece pues no ha dejado ni una pequeña muestra.
Yo un entrecot, buena pieza. No demasiado tierna pero tampoco dura, se ha podido comer un 90% y el sabor era de carne vieja, rico, a muy buena temperatura. De compañía un par de pimientos verdes y unas patats fritas. Pero fritas, no frita-congelada. Muy gustosas y cortadas como a mi me encanta, en gordo.
El pan correcto, sin más, un par de trozos de barra pero no estaba malo.
Para beber y dentro del precio del menú un rueda Nieva verdejo 2011.
Me ha encantado, fresco, una nariz a fruta muy consistente, una acidez en su justa medida, un postgusto largo. Un vino rico, muy rico. Botella abierta delante nuestro, cubitera, copas normalitas y luego ya autoservicio.
Varios postres a elegir, como hace temperatura, hemos elegido los dos una delicia de limón, una especie de mousse de limón que estaba muy refrescante. Hemos hecho buena elección.
Ahora ya sí que toca terraza, un cortao, como siempre. Rico el café; yo le doy importancia y sabía a café, no a leche.
Una copita de Px, no recuerdo cual exactamente pero de los oscuros, de los dulces, de los que me apasionan.
Todo esto por cincuenta euros los dos, todo incluido.
Me ha dicho que el finde van a poner por poco más de dinero un menú similar pero que cambiarán los langostinos por media langosta para cada uno. Ya estamos en lista de espera.
Recuerdo que el año pasado les pregunté si les subvencionaba el gobierno de Cantabria para dar tal cantidad de comida y tan rica por ese dinero.
No sé como se comerá a la carta pero desde luego que los menús merecen la pena sí o sí.

Curioso local casi a pie de playa, parte cubierto, parte terraza interior muy agradable.
Cocina regional, enfocada al turismo, con buena materia prima.
Correctos todos los platos destacando el Besugo a la espalda, soberbio.
Carta de vinos escueta y tradicional.
Buen servicio.