Restaurante Asador La Vid en Valencia
Restaurante Asador La Vid
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
25,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
39 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.1
Comida COMIDA
7.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.7
RCP CALIDAD-PRECIO
8.0
postre
plato arroz
caldero arroz
mollejas
alcachofas
ensalada
postre
carne a la brasa
bacalao
calamar
revuelto
escabeche de atun
cava de vinos
montadito de steak tartare
Opiniones de Asador La Vid
OPINIONES
59

Un local ya descrito en anteriores comentarios que no ha sufrido ningún cambio. Mesa redonda para 6 comensales con motivo de haber probado un arroz especial por uno de los comensales. Cualquier pequeña excusa es suficiente para acudir a un local que estás como en casa, con una cocina siempre basada en el producto y donde nunca hay fallos ni en la cocina ni el servicio.

Mesa bien vestida, amplia, buenas copas, buen ritmo de llegada de platos desde cocina. Creo que nunca he visto la carta de vinos (sí la muy amplia bodega) ni la de comidas. Es tanta la confianza y el planteamiento tan simple y Alejandro nos conoce tanto que solo vamos a comer y disfrutar de buna compañía.

Entrantes y principal (en este caso un arroz especial) más postre, todo ello compartido al centro. Parar beber, aparte de las cañas de la llegada y el agua con gas x 3, nos traen Cantos de Valpiedra 2014 un Rioja de buen precio, ya reposado, fácil para los que les gusta el vino y para los que les da igual y con precio comedido.

Para comer y tras las clásicas papas caseras al centro de la mesa como aperitivo de la casa y una variada cesta de panes cortados para un buen aceite Dehesa de Luna de picual (pero más ligero -y facilón- de lo esperado), acordamos compartir:

. ensalada con ventresca y anchoas: tomate, ce bolla, lechuga, perpino, rábanos... y coronado por la parte marina, bien alñada; éramos reticentes en el momento del pedido, pero peleamos por ver quien la acababa. Recomendable.

. alcachofas a la brasa: buen tamaño, buen paso por brasas dejándolas jugosas, muy tiernas. Recomendable.

. mollejas de ternera a la brasa: esta vez eran más pequeñas y algo cargadas de sal.

. arroz de chuletón de vaca vieja: motivo de la visita. Un fondo que se prepara con la cocción de las piezas de ternera no válidas para emplatar (aquí la vaca vieja llega en piezas de media vaca entera) y que se someten a fuego lento durante unas horas consiguiendo una reducción de caldo de carne de vaca vieja que sirve para la preparación de un arroz caldoso (un punto menos que caldoso) sobre el que se ponen unas tiras de la propia vaca vieja braseada. Una muy original preparación quedando un arroz perfecto de cocción con alguna seta y verdura cortada muy fina más algún secreto líquido me pareció, y sobre todo con un fondo de notable sabor a carne. Muy especial para carnívoros.

. postre variado: con fruta pelada, helado y tocino de cielo. Como saben de mi capricho un suplemento de helado de violeta. Una preparación que es de las pocas de "variadito" de postre que me apetece, y lo es por la calidad de los elementos.

Unos buenos cafés y copas variadas que en mi caso fueron un PX de Ximénez Spinola (botella 1965) y un fondillón gran reserva El Abuelo, ambos de quitarse el sombrero. Las copas no van incluidas en el precio ya que fueron en la larga sobremesa de los que quedamos sin prisas.

  • postre

    postre

  • plato arroz

    plato arroz

  • caldero arroz

    caldero arroz

  • mollejas

    mollejas

  • alcachofas

    alcachofas

  • ensalada

    ensalada

Un local "todo terreno" que en otro tiempo (era pre-Covid) se visitaba prácticamente cada mes con motivo de la peña valencianista y que tras la desconexión de la peña y el confinamiento ha hecho que hayan pasado casi dos años sin volver. La celebración de una jubilación ha hecho que la morriña del distanciamiento se apague con una nueva visita.

Sin cambios en el local más allá del acoplamiento a las normas de pandemia; afortunadamente tampoco cambios en el personal ni en el producto ni en el servicio. Parece que hemos atravesado el túnel del tiempo pero no es así, el tiempo nos ha atravesado un poco a todos.

Menú pactado como es de rigor en estos casos de comida grupal (sobre 40 comensales) distribuidos en mesas de 8-9 con buena separación. Unas cervezas y alguna manzanilla (sin que se sepa filiación) previas en las mesas de la acera (¿terraza?) mientras va llegando la gente. Para beber con rellenado de copas correcto, un monastrell alicantino Sericis de cepas viejas 2016 más interesante de lo esperado en estos eventos.

Para comer y compartido al centro:

. jamón ibérico: siempre bueno, siempre bien cortado. No falla.

. escabeche de bonito con falso pilpil: una elaboración emblema de la casa: ración más ajustada que otras veces y algo menos trabado el conjunto.

. calamar playa. Deslumbrante pieza, perfecto paso por el fuego y un adobo ligero. Superior.

. salteado de setas con ajetes: aunque las setas ni los ajetes estamos en su temporada buena, cumplieron.

. chuleta de vaca madurada: la carne a la brasa sigue siendo su fuerte. Los menos carnívoros y concienciados en el mundo sostenible se fueron a por otro clásico: el bacalao al pilpil siendo unos buenos lomos y una buena salsa en servicio individual.

mix de postre: con su fruta pelada (sandía, melón, fresas, piña, cerezas) bien de madura y sabor y unos complementos de tocino de cielo (muy recomendable) y helados, en especial el de violeta, a los que les sobraba la decoración de caramelo líquido que más resta que aporta.

Con los esperados regalos, buenos cafés y copas de cava de Chozas Carrascal brut servido en ajustada dosis y que el homenajeado amplió. Hubo que correr para no quedar fuera de ser pillados por el toque de queda en la calle.

  • postre

    postre

  • carne a la brasa

    carne a la brasa

  • bacalao

    bacalao

  • calamar

    calamar

  • revuelto

    revuelto

Tras el confinamiento, y como nos pilla cerca de casa, decidimos acudir a cenar a este magnífico restaurante.

En el comedor tan solo mi mujer y yo, mientras que el reservado sí que estaba lleno.

Lo realmente destacable de este restaurante es su excelente materia prima y que todo lo que hacen está muy bueno.

Qué ricos los montaditos de steak tartar, las mollejas a la brasa, y como no su chuletón de vaca vieja pedido con poca maduración.

Para beber una botella de Tomás Postigo 2017, excelente aunque todavía un poco duro.

No pudimos con el postre por lo que rematamos con café y orujos.

Siempre es un placer cenar en este restaurante.

Tras muchas comidas carnívoras, se plantea una variante: la paella. Dicho y hecho: encargamos una paella valenciana de pollo y conejo.

Seis para comer con las clásicas cervezas y papas de elaboración casera como aperitivo. Un pan correcto sin más y un buen aceite L´estornell de arbequina que casi no da tiempo de probar entre platos por la rapidez de servicio habitual y más estando el jefe sentado a la mesa.

Para beber, aparte de agua sin gas, vino tinto, un bobal sencillo Caprasla, que cumplió.

Para comer a medio día:

. jamón ibérico: cortado a mano, maduro, ajustado de grasa y buen sabor

. alcachofas plancha: añadir sal y aceite para las primeras de la temporada

. ventresca con mahonesa y pimenton rojo: algo más seca la ventresca que en otras ocasiones.

. calamar plancha: pieza de tamaño XL, bien hecho, tierno y algo falto de rock and roll

. paella de pollo y conejo: de capa fina, comida al centro, con sus alcachofas, perfecto punto de arroz, tras el secado al horno de moda,  con abundante carne que quedó algo seca (hasta sobró). Buena opción.

. postre al centro: helado de coco, fresas, pìña natural y tocino de cielo: buena mezcla de dulce y cítricos con el complemento del helado.

. cremaet: bien hecho y ajustado de azúcar.

Una larga sobremesa arreglando el pais. ¿Y de arroz, qué? Pues de arroz una buena y clásica paella.

Nueva temporada de la peña futbolera y arrancamos con una cruz en liga saliendo goleados y con una buena cara en la champions, todo ello tras una tempestad como la gota fría que nos cae cada cierto tiempo. Me quedaré solo con la cena victoriosa en Londres y olvidaré la mala imagen de la semana anterior en que la cena fue lo único positivo.

Ambiente de champions con amplia asistencia de socios y el consabido menú de entrantes, buena carne y postre por 38€ incluida toda la bebida (cervezas, aguas con y sin gas, cafés finales...) y unas caseras papas en la entrada. El vino el de casi siempre ya que se dedica más interés a Pantagruel que a Bacco: Conde de Valdemar crianza 2015.

Lo comido de forma compartida al centro de la mesa, junto a un correcto pan y un buen aceite de Marqués de Griñón:

. carpaccio de carne de toro: algo seco, bien fileteado, buen sabor

. mollejas a la brasa: pequeñas, perfectas de fuego y sabor

. calamar de playa a la brasa: buena pieza, carne tersa pero no dura, buen aliño.

. clotxinas: el Delta del Ebro nos prolonga un poco al temporada, manteniendo toda la temporada una buena calidad y tamaño.

. chuleton de vaca madurada con patatas fritas y pimientos de Padron: excepcional la carne y el punto de brasa de una pieza de más de un kilo y medio. Sobresaliente.

. postre: parte de helados, destacando el de violeta, tocino de cielo y alguno dulce más que me despisté con el penalti en contra fallado, y que desapareció de inmediato. Muy destacable el tocino de cielo.

Al final y con la inesperada y celebrada victoria, no hubo más remedio que abrir una botella de Ayala champagne que nos suele acompañar en etos eventos.

Son muchas las quedadas a cenar de la peña valencianista Punt Negre a lo largo de la temporada que no relataré (y con el precio de amigo/cliente/compañero de fatigas), pero ésta no puede pasar desapercibida. Tras los fallos en la consecución de entradas, la quedada no se realiza en Sevilla sino que nos vemos una vez más en nuestra sede, si bien esta vez compartiendo vivencias de forma más amplia con otras mesas reunidas con el mismo fin: ver la final de la copa de futbol.

Es innecesario describir el ambiente del local: todos entregados a la causa; pero aún así nadie renunciaba a nada de la cena:

. papas caseras de grueso y aceitunas de aperitivo de la xasa con cervezas

. ensalada de tomate, cebolla dulce y cebolla morada: nos hizo llorar, no sé si la tele o la cebolla, pero sobró (ya es sintomático).

. pata de pulpo a la brasa con patatas redondas: perfecto punto de brasa y buen sabor

. torreznos: una parte a la brasa y otros fritos. Reparto de opiniones a la hora de elegir. Buenos ambos.

. clótxinas: acaba de empezar la temporada y aunque son pequeñas aún, bien de sabor y buenas mollas.

. magret de pato a la brasa: un planteamiento novedoso y con buen resultado.

. cochinillo al horno: perfecto punto de piel crujiente, carne jugosa. Pasaría por ser de un buen asador segoviano.

. postre: tarta de dulce de leche con helado de leche merengada: casera la tarta y menos dulce de lo que aparentaba, lo cual se agradeció.

Para beber algunas aguas con y sin gas, tinto Valdemoro crianza; unos buenos cafés finales, alguna tila para el susto que pasamos y para brindar un par de botellas de champagne Ayala que nos sorprendió positivamente.

¿La COPA? Pues aparte del champagne, la mejor copa del año: ¡¡campeones de la copa del Rey!! (es lo que tiene ser pobre, que tardas mucho en tener una alegría así, pero como son pocas las disfrutas más).

El puro (hay que ver la nevera de puros que hay en el restaurante) se lo fumaron en la calle mientras se oían pasar los coches tocando el claxon....

 

Tras muchas fechas intentadas, al final los astros se alinea para coincidir todos (los 11, incluido en pleno los 5 ex-Noma´s) en una cena, porque en comida a medio día se volvió imposible. Para mayor dificultad de mercado tiene que ser un lunes, lo que además limita las opciones de locales hasta tal punto que tenemos que conseguir que algún conocido abra para nosotros. Ahí siempre está dispuesto Alejandro.

Le ponemos las cosas difíciles porque queremos un evento especial. Un evento especial siempre parte de tener marisco, y como acude un percebo-dependiente, además debe haber percebes y frescos para un lunes noche, la cosa se pone más que difícil. Solución: Alejandro hace compra el sábado pone la nevera a temperatura mínima que no llegue a congelar, pero casi, y por la noche, aprueba el examen de los bigotes de la gamba roja, bigotes que no se rompen al ser sujetadas y levantadas cogidas de dichos bigotes.

Además se acepta del reto de que quede un recuerdo especial y nos sorprende con la presencia de una carne muy especial: mudéjar wagyu. Se trata del primer novillo matado para carne de una empresa cerca de Teruel de cría de estos animales; en concreto se trata de kinumichina L5695 ET, nombre que le viene de su padre Kinuyasidoi y madre Michinami y de pedigrí profundo, ya que la linea paterna procede directamente de la primera vaca que abandonó Japón y en la linea materna viene de la línea considerada como la más representativa de la raza wagyu. Actualemnte con una infiltración grasa sobre 7-8% que se espera que suba hasta el 9% mínimo. Casi ná.

También se preocupó de alguna sorpresa para completar un menú sobresaliente.

Sabedores de la importancia de la parte vinícola, se preparan, todo en tamaño  magnum, un Boellinger para comenzar y en los inicios de la cena que resultó extraordinario, más de lo esperado incluso; seguimos con un blanco de guarda Le Domaine 2014 de Abadía Retuerta bien conservado un par de años que le ha dado una madurez y plenitud sorprendente, y para completar con un gran tinto, PSI 2016 y hay que ver como han progresado las últimas añadas del genial Peter Sisseck. En todo momento relleno de copas en escasa cantidad para mantener temperatura (perfecta desde el inicio) pero sin dejar vacías las copas.

Al final el menú consistió en:

. dos ostras de fine Le Claire al natural: muy carnosas, afinadas pero manteniendo una salinidad característica, buen tamaño.

. percebes de gran tamaño, tibios como debe ser, largos, llenos. Primer nivel.

. 1 cigala de buen calibre hecha a plancha, carnosa, jugosa, pinzas llenas.

. 2 gambas rojas cocidas de calibre medio-alto: grandiosas, más cerca de crudas que de cocidas, cabezas llenas, cuerpos tersos, bien atemperadas.

. alli pebre de anguila maresa: hubo que pedir más pan, ya que el inicial había caido en las escaramuzas previas con aceite Lágrima. Se quedó escasa en cantidad de anguila por lo buena que estaba y porque no hubiera encarecido en exceso el menú.

. mero de caña: con un par de espárragos verdes a la plancha, un lomo de mero sabroso, contundente de sabor, hecho lo justo en cocina.

. degustación de finas láminas (a modo de patatas paja) de la carne completamente cruda (como el steak pero sin especiar ni preparar) apreciándose una carne tierna, sabrosa, roja pero no intensa, con buena infiltración grasa, se aprecia notablemente dulce precisando un poco de sal que potencia además su sabor. Increíble.

. la misma carne hecha a la brasa y ya en buena ración compartida al centro, manteniendo ese sabor dulce alejado de la intensidad de la carne vieja madurada (aquí no tendría sentido con un novillo), pero con una textura de res jóven que casi no hay que masticar. Un caramelo para carnívoros. Acompañan las clásicas patatas paja y pimientos de Padrón que se agradecen entre bocados de la carne.

. magret de pato con foie: de nuevo a destacar la calidad y la preparación en cocina, dejando un remate de comida que llena a los más carnívoros.

. postre individual: un helado de coco y un pastelito de hojaldre, un punto dulce mínimo pero suficiente y con las diferencias de texturas y temperaturas se complementaron bien.

Rematamos con los cafés e infusiones clásicos (sin  petits fours navideños que hubieran triunfado) y con un palo cortado Regente para dejar un rato de plática sin prisas a pesar de la hora. Y es que lo mejor de la cena es compartirla con amigos sin olvidar la alta calidad de la materia prima, tanto sólida como líquida, que nos habían preparado, porque además no perdíamos el partido sólo porque no hubo fútbol televisado.

Después de años de sequía, este año por fin ha llovido y esperamos que además de setas gracias a las continuas tormentas de verano, se inicia la temporada de pelotas. Vamos, que por fin tenemos Champions para la peña futbolística y que hay llamada a la primera oportunidad y, aunque es en campo propio y hay socios que van al directo, el resto quedamos a "pagar a escote" porque tras varias citas durante 2017/2018 hace ya más de 4 meses que no estamos juntos y el hambre y las ganas de comer aprietan. 

Nuestro reservado para doce forofos, con cena en el descanso. Cervezas de inicio, un pan peor que en otras ocasiones y un renovado aceite interesante de cornicabra: Pago de la Jaraba, muy equilibrado, menos verde y menos intenso pero muy afrutado.

Para beber durante la cena un Conde Valdemar 2015 cumplidor, agua con y sin gas y alguna caña de cerveza. En lo sólido y con un buen plato compartido para 4 comensales:

. jamón cortado a mano: buen jamón que como en las familias numerosas, coges la primera vez y no sabes si habrá una segunda con el hambre y la ansiedad que vamos, que ya estamos perdiendo de penalti en el último minuto.

. titaina de tonyina de sorra: muy buen conjunto, buen punto de sal.

. revuelto: no me enteré mucho pues nos cayó el segundo gol en contra y además de penalti otra vez.

. rebollones plancha: inicio de temporada de setas, tamaño pequeño, redondos, umbrelas perfectas, con un toque de aceite y sal. Apunta buena cosecha.

. entrecotte plancha: carne muy tierna, fileteada, perfecta de sabor y de punto de plancha.

. chuletón de ternera: un clásico de la casa que nunca falla en calidad y cantidad.

. postre: 3 tipos de helados sin faltar el de violeta, algo de fruta fresca y unos cortes de pastel de tarta de manzana que dejaron fuera al tocino de cielo como la Juventus al Valencia. Una pena, ambas cosas.

Rematamos con unos cafés, infusiones y algún chupito, en mi caso de PX de Romate que se han traído directamente de "la fábrica" y que invita a ir a visitarla.

A la primera cucharada, mosca: Al primer partido, derrota y lo que es peor, impresiona de no mejorar. Menos mal que "siempre nos quedará Paris", que no es que París (de infausto recuerdo futbolístico en vivo y en directo) vaya a ser la sede de la final futbolera de este año, sino que ese querido París es la sede de la Peña y los compañeros de fatigas ya que tenemos seguros el triunfo en la mesa en cada partido.

Ya hemos hecho alguna incursión en esta nueva temporada con alguna cena en domingo dentro del club social que es este restaurante pero con comida por encargo al ser dia de descanso del personal del local; incluso con apertura en una mañana de domingo para hacer un almuerzo-comida para ir al campo (del vecino) a las 13 horas. Con motivo del primer partido de copa, entre semana y por la noche, que es como más se disfruta, celebramos el primer encuentro oficial de una temporada que promete (de momento).

Reunión con cervezas a demanda, y hay quien ya incia el vino, durante la primera parte para empezar a cenar en el descanso. ¿El menú? Nadie lo pregunta, todos confiamos en que Alejandro sabe lo que queeremos y estira de la despensa manteniendo el precio de peñista y cliente asiduo (que no es el normal, sino extraordinaria y por tanto, fuera de lo común aunque dejaremos en 8.5 para no equivocar a los lectores).. Al igual que el vino, que siempre procura ser más de Pantagruel que de Baco, y para que no encarezca nos sorprende con algun low cost; este dia fue Marco Real una garnacha navarra del 2014 muy facilón.

Para comer, en realidad, para cenar:

. ostras naturales: buen tamaño, sabrosas y carnosas; solo precisaron e un leve toque cítrico.

. escabeche de atún: se está convirtiendo en un plato emblema de la casa por su calidad y por el ligado de la salsa: para mojar pan

. medias alcachofas hechas a la brasa: de buen tamaño, carnosas y perfectas de punto de fuego. Inicio de temporada también para ellas

. manitas deshuesadas a la brasa: hasta algún veremero que no las come, no hizo ningún asco y hasta le gustó.

. chuletón a la brasa: como siempre una excelente carne (quizás la mejor enrelación C/P de Valencia) perfecta de punto de brasas, con sus patatas paja fritas y crujientes

. postre ¿? esperábamos postre pero apareció maese cochinillo hecho al horno y con tiempo. Para comerse desde la orja al rabo y así ocurrió.

. postre: fruta cortada un mini miguelito de crema pastelera (mejorable la crema) crujiente y el helado correspondiente.

Hubo que rematar y brindar por la victoria y también por lo que nos cuidan en el local: Gin Tonic al canto, que el café no deja dormir.

En fin, ésto se comenta solo. Como decía el anterior comentario: unvalor seguro y para nosotros un diamante a conservar.

  • escabeche de atun

    escabeche de atun

Celebración familiar con veintisiete personas, cuatro de ellas niños pero de buen comer.
Pactamos con Alejandro un menú consistente en jamón y queso, pulpo a la brasa, montaditos de steak tartar, y tomate valenciano con tronco de bonito y anchoas.
De principales, a elegir, chuletón, corvina a la brasa y bacalao al pil pil.
Postres variados; tocino de cielo, tiramisú, pastelitos de crema, algún helado y el que quería otra cosa, como mi sobrino pequeño, pues se lo sacaban y punto.
Los niños calamares a la romana, pulpo, jamón y solomillo de ternera con patatas y algunos pimientos de Padrón.
El vino lo puse yo; Santa Rosa 2014, Enrique Mendoza Chardonnay 2016 y Tantum Ergo tanto el Chardonnay como el Pinot; cobraron descorche y un muy buen servicio, a razón de 6 € por botella.
Todo estaba riquísimo, y todos los comensales así me lo hicieron ver....pero ese steak tartar es que lo bordan....y el chuletón....es que se come muy bien.

Además de lo dicho,muchísimas cervezas, refrescos, aguas, cafés, orujos, algún whisky, gin tonics, etc.
El precio total de 47 €, incluido el descorche, me pareció adecuado; todos salimos muy contentos.
Lo dicho, es un valor seguro, se come de maravilla y con un servicio excelente.

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