Corroborando impresiones

Hay locales de los cuales conoces su existencia, pero que, por “h” o por “b”, no encuentras la ocasión de visitarlos o que, cuando ésta se presenta, llegas y resulta que has coincidido con el día de descanso del personal, como me pasó con éste. Local con cierto reconocimiento unánime entre los habitantes de Xàbia y con buenas valoraciones en ésta, nuestra web de referencia. Se sitúa en los bajos de una zona residencial del barrio del Arenal, en segunda o tercera línea de playa pero con vistas al puerto deportivo natural que conforma una pequeña ría que se adentra en tierra. Salón muy muy chulo con revestimiento en parqué de tonalidad clara, mobiliario y mantelería blancos impolutos y bodega central acristalada. Comimos, pero, en la terraza, coqueta también ella, con buena temperatura y vistas agradables.

La carta ofrece tres menús: en el primero (20,00 €) puedes elegir un primero, un segundo y un postre entre una gran variedad de platos. El menú marinero (33,00 €) ofrece tres entrantes, arroz a banda y postre a elegir. El último es el menú degustación con varios entrantes, pescado, carne y postre por 35,00 € me parece recordar. Optamos por la segunda opción y tomamos:

- Aperitivo de la casa: Tortilla de pescado. Pequeño bocado de una tortilla espléndida en su sabor y correcta en su textura, teniendo en cuenta que la deben tener preparada desde la mise en place. También nos sirvieron tres alliolis diferentes: clásico, de salmón y de albahaca. Muy ricos. Pan mejorable.

- Ensalada valenciana: Lechugas, tomate, zanahoria, aceitunas de diferentes tipos y ventresca de atún. Correcta. Se agradece el uso de producto “de gama media” sin echar mano de los preparados que existen en el mercado en cuanto a hierbas o la zanahoria, por ejemplo. La lechuga, eso sí, un pelín oxidada y humedecida en exceso.

- Calamar a la plancha: Tres de tamaño medio para tres comensales servidos sobre un lecho de rica fideuà y con unas lágrimas de allioli negro y una romescu muy suave como complemento. Nos encantó. Presentación original con resultado sorprendente. Todos los elementos del plato encajaban. Punto de frescura y cocción perfecto en el cefalópodo.

- Arroz a banda: Ración correcta tirando a generosa, buen punto y sabor correcto, sin entusiasmar como otros arroces degustados. Presencia significativa de “socarrat” que hace las delicias de aquellos a los que le chifla entre los cuáles me sabe mal no incluirme.

- Compartimos los postres: Correcta la tarta de queso y muy bueno el carpaccio de piña con un helado de vainilla ciertamente destacable.

La bodega reúne una buena cantidad de referencias, muchas más de lo habitual en los restaurantes de la zona, y algunas de ellas sobrepasando el criterio de las meramente “de rodaje continuo”. Tomamos Finca la Emperatriz Viura del cual tenía muy buenas referencias y que no había tenido la ocasión de probar (16,00 €) y un Impromptu Sauvignon Blanc de bodegas hispano suizas con cierto grado de complejidad.
Servicio correcto y eficaz que cumple su misión y leve intercambio de opiniones al final de la comida con la encargada y/o propietaria sobre los vinos de la comida. Se nota que le ponen cariño al tema. Local en conjunto aconsejable tanto para residentes, como visitantes.

A la cuenta final cabe añadir tres cañas iniciales y tres "cafeses" finales.