Que bueno y que rico todo! Me acerqué porque me llamaron la atención los pasteles, tanta variedad y tan vistosos, y recordé que hacían menú y me quedé a probarlo.
EL trato fue excepcional, un servicio joven pero bastante profesional. El menú tenía bastante variedad, lo que seleccionamos era una lasaña de berenjena, que estaba hecha con tomate natural, lo que es difícil de encontrar. Otro primero que elegimos era la ensalada templada de queso de cabra, mmmmmm deliciosa. Y de segundo bacalao a la vizcaina y muslos de pato confitado. Todo estaba de lujo, excepto el bacalao que era muy normal, en comparación con los demás platos.
EL postre fue un festín de pastelitos, que voy a decir!
me encantó.
La zona muy tranquila, tanto la terraza (que es donde comimos)como el resto del salón.
Para repetir!.
Menu diario muy aceptable , cinco primeros, seis segundos, unos entrantes incluidos mientras esperas y charlas tranquilamente, el postre excelente, tanto en calidad como en cantidad, hacen zumos naturales en el momento, genial el de granada con naranja, sitio agradable, limpio, bien atendido, en pleno centro, 3 ambientes, planta calle no fumadores, primer piso fumadores y terraza muy amplia y tranquila, para disfrutar de la comida y de la sobremesa, hay de todo turistas disfrutando del ambiente y gente que trabaja en la zona y come demasiado rapido porque no tiene mas remedio.
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