Volvimos al Mornell por Pascua para ver nuevas opciones desde nuestra ultima visita y la verdad es que no nos defraudo.

Llegamos antes de las dos, pues nos habian comentado que tenian muchas reservas y tambien que inauguraban un nuevo comedor con terraza en la parte trasera del local y presumian un dia de mucha faena.

De entrantes nos decantamos por la ensalada templada de vieiras y por los boquerones rebozados que estaban muy buenos. Para comer pedimos la paella de galeras y verduras.... sencillamente buenisima, no dejamos ni un grano de arroz.

Bebimos un Pago del Vicario y de postre tarta tres chocolates. Despues, como no, el cafe mornell. Cerrando la comida un moscatel tinto invitacion de la casa.

Seguire volviendo a experimentar nuevos arroces.

Me he retrasado un poco en escribir este comentario pero después de ver el último añadido no he dudado en compartir una nueva visita a este excelente local.
Pedimos varios platos para compartir con una increible presentación y además, ya no solo buena calidad de producto sino excelente elaboración.
Empezamos con unos boquerones rebozados que estaban increibles.
Un filete de sardina ahumada con mermelada de tomate increible.
Croquetas de chipiron y bogavante, con sabor intenso y deliciosas.
Clochinas al vapor, buen sabor pero el menos destacado entre las entradas.
El arroz como comento espectacular, autentica paella valenciana con pato, pollo y conejo de la que no quedó ni un solo grano. En su punto, tanto de grano como de socarrat, así como una excelente materia prima e igual elaboración.
El servicio en todo momento super atento y eficiente.
Terminamos probando varios postres excelentes.
Ademas acompañamos el postre de un vino dulce Estrella 10 muy rico y luego unos gintonic muy bien preparados,con muchos tipos de ginebra para elegir.
Además llevamos el vino nosotros y tomamos Capellania 2005 blanco de Marques de Murrieta y Pago de Carraovejas tinto que acompañaron perfectamente la comida.
En resumen, para mi un referente no solo del Palmar, sino de Valencia, donde puedes disfrutar tanto de una comida perfecta de trabajo, como una buena comida con amigos y familia.
Enhorabuena y seguir así.
El precio es porque fué una invitación.

Habiamos reservado paella de pollo, conejo y pato para 4 personas para un domingo de Padua a las 15h. Llegamos 14:30 y tardaron unos minutos en indicarnos nuestra mesa. Luego no traían las cartas y tuvimos que pedirlas. Para antes de la paella pedimos agua,vino,pan con tomate,titaina y all i pebre. Tras unos 10 minutos sacaron las bebidas y el pan (a 1'7€ persona, siendo un pan de molde tostado normalito, aunque al menos venia también con un all i oli con,para mi gusto,demasiado sabor a aceite virgen fuerte y poco a ajo). Tras una media por fin trajeron la titaina y el all i pebre (10€), con unos minutos entre uno y otro. El all i pebre no sabía a nada y la ración era muy escasa. La titaina me ha gustado aunque es la primera que pruebo, por lo que no puedo comparar, aunque llevaba tan poco atún que ni he notado su sabor ni se veía a la vista (de hecho dudo de que llevase). Hacia las 16h hemos pedido ya un poco molestos que por favor sacasen la paella y han dicho que aun tenía que hacerse el arroz. No nos retiraban los platos sucios ni las botellas vacías. Ha dicho que si queríamos unas tellinas o algo mientras tanto que invitaba la casa, y hemos pedido tellinas y enseguida han venido con un plato de olivas negras diciendo que no quedaban tellinas y que acababan de echar el arroz. Finalmente a los 10 mins ha salido la paella. La capita de arroz era finísima y lo único que tenía sabor era la carne (ni el arroz, ni la alcachofa ni las judías verdes...) pero a cambio el pollo estaba bastante seco. Ni siquiera han sacado paleta por si queríamos servirnos en plato y hemos tenido que pedirla, así como limón (solo había unas finísimas rodajas para decorar la paella, pero imposibles de exprimir). Los cafés ha tardado también casi 10 minutos en traerlos.

El local... Bueno, decoración con pretensiones modernas pero sin personalidad (tonos blancos y naranja vivo, todo con materiales modernos, como acero y chapados de colores). Creo que tenían en la parte trasera unas mesas al aire libre, pero la zona interior era bastante oscura y ruidosa (aunque esto es lo de menos, incluso puede que el bullicio tenga su gracia en el contexto de una paella dominguera en familia o con amigos). Los camareros al menos no eran antipáticos, pero se les notaba muy poco profesionales y que no podían con todo.

En resumen, yo seguro que no volveré. Comida tradicional e insípida son dos palabras que no cuadran en la misma frase.

Llegue con mi sobrino en excursión bicicletera desde Valencia capital, así que la mejor de las salsas, el apetito venia garantizada.
De tan recomendado en este foro, pues que pedimos el arroz del senyoret y, la verdad, bien que nos gustó. A mi particularmente me gusta que el arroz este en su punto, y lo estaba. Tenia su parte de "rossegat", que sé que no es devoción de todo arrocero, pero a mi me encanta y tuve tambíén mi satisfacción en ese punto.
De entrantes, unas tellinas del Perellonet, de pequeño calibre ¡pero qué sabrosas! Tampoco tenian gran calibre las clotxines caldosetes pero, del mismo modo, sabrosas lo estaban también.
Nos sirvieron para hacer tiempo unas rebanadas de pan para untar con un ajoaceite muy bien ligado y rebajado o "modernizado" a un punto que no nos produjo (¡gracias!) luego el indeseable efecto de "repetición" inevitable cuando se carga la medida en tan plebeyo como sabroso manjar, je je.
De postre, un magnifico flan de queso casero con una guarnición de frutas como almibaradas que ligaban muy bien. Mi sobrino optó por un helado de avellana con chocolate caliente tambien interesante.
El interiorismo manifiesta un esfuerzo de "aggiornamento" respecto de otras ofertas en El Palmar y el trato del maitre y camareros otro tanto.
Supongo que estas ultimas cosas se reflejan en el precio, algo elevado, teniendo en cuenta que no hubo capitulo de vinos, salvo una copa de vino blanco, servida a buena temperatura, por cierto, habida cuenta de que habia que regresar a pedal a Valencia pronto.
La penitencia tras la experiencia culinaria la proporcionó, pues, el regreso a Valencia nuevamente en bici, pero eso es otra historia, amigos! ;-)

El pasado domingo visité este restaurante de la Albufera, siguiendo las recomendaciones de algunos foreros. Comimos como entrantes unas croquetas de sepia(excelentes),chipiron(mediocres) y bogavante(el exceso de ajo mermaba su sabor). Unas patatas bravas(fue una fatal elección). Y unas puntillas a la andaluza, más que correctas.
De segundo, un arroz seco de vieiras y chipirones, que estaba bueno, correcto, sino fuera por que me habian dicho que era el mejor sitio de arroces de la zona, tal vez me hubiera sorprendido sino fuera porque las expectativas eran muy altas.
Para beber un Blanco Bahia de Denia, correcto, afrutado y fresco.
Postres un sorbete de frambuesa, que estaba deshecho, y una tiramisu en el que se echaba de menos el Amaretto y el cafe.
Lo peor del restaurante, el servicio de sala, lento y despistado. Y la factura de la comida, para mi parecer excesivamente cara, por lo comido; el total no debía haber superado los 30€ por persona; tal vez es un lugar propio para turistas, o para comer simplemente un arroz...

Restaurante que se distingue principalmente de las alternativas de El Palmar por las ganas que ponen en el trato y el producto.
Entorno muy agradable, vale bastante ruido pero domingo en El Palmar ¿que quieres? Haber venido martes noche que seguro que había menos gente.

Decoración moderna muy conseguida y acogedora.
Entrantes:
Croquetas de chipirón y bogavante. Muy buenas.Las dos.
Calamares. Ricos
Carpaccio de gambas (este no me gusto tanto, mejorable)
Milhojas de aguacate y queso fresco (pues muy bueno también)
Martini (con hielo)

Principal:
Arroz del Senyoret (muy rico cocción perfecta)

Postres:

Yema tostada con turrón o algo así (muy buena)
Tarta tres chocolates (demasiado dulce según un comensal)
Sorbetes (ricos)

Servicio del vino muy bueno (servía yo je,je), un detalle que te dejen llever el vino.

Café Mornell lo bordan es con Ron y se sale.

Pues eso, un destino agradable y recomendado

La oferta de restaurantes ubicados en El Palmar es muy amplia (creo que se concentran 32 restaurantes en un pueblo de alrededor de 800 habitantes), acudí a este restaurante gracias a los buenos comentarios que en esta página se hacen de él y la verdad es que no me defraudo en absoluto. Decoración moderna, funcional, las mesas tal vez demasiado juntas. Vajilla y cubertería correctas.

Oferta cocina tradicional valenciana, básicamente de productos del mar, centrada en la elaboración de arroces en sus versiones secas o melosas. A algunas propuestas se les intuía un guiño creativo en su elaboración. La gran mayoría de postres son de elaboración casera y buena factura. El servicio atento, dispuesto, simpático y rápido, a pesar del lleno del local.

La carta de vinos oferta unas cincuenta referencias a buenos precios y algunas referencias son interesantes. Las copas buenas y correcta la temperatura de servicio. Los precios son comedidos. En cuanto a los pasos en el servicio del vino, se presenta, la prueba y luego funciona en régimen de autoservicio, al pedir un blanco se proporciona un recipiente refrigerante para mantener una adecuada temperatura del mismo en el transcurso de su consumo.

Nuestra experiencia fue para comer un mediodía de domingo y tras las cervezas iniciales mientras decidíamos la comanda (de rigor en un día caluroso) pedimos: pan casero tostado, con un buen tomate triturado y un all i oli de ensueño (desde que falleció mi abuela, que no había probado uno tan bueno y auténtico), all y pebre y clóchinas al vapor (muy buenas). De principal un arroz seco de verduras, vieiras y gambas, que estaba estupendo, perfecto de punto y sabor, hacía años (desde mi última visita al restaurante Tabarca de Alicante) que no comía un arroz tan bueno. De postre: un flan de queso casero con compota, tarta de tres chocolates y helado de turrón con chocolate caliente. Posteriormente tres cafés “mornell”, elaborado con azúcar, ron de Silla quemado y corteza de limón (muy recomendable). Para beber agua mineral sin gas y dos botellas de Menganito 2009 (D.O. Rueda). La factura ascendió para tres comensales a 125 euros.

Altamente recomendable, por la calidad de sus productos y sus elaboraciones, el punto y el sabor del arroz que yo comí, simplemente perfecto.

Comida de domingo para 3...al final conseguimos llegar( menuda cola había antes de llegar al Saler!)

Bebida:
-1 botella de litro de agua
-1 botella de vino blanco de Rueda "Menganito"

Comida:

- Pan con tomate y ajoaceite (el ajoaceite muy bueno!)
- Ensalada tibia de vieiras y gambas para 2 personas
- Milhojas de aguacate y queso de cabra sobre una base de tomate rayado
- 1 Croqueta de Chipirón y una de bogavante por cabeza
(buenísimas!!)
- Paella del senyoret para 2 personas (muy buen sabor y de un dedito!!)
- Postre: tarta de queso con arándonos y un brownie

Total de la corrida: 76.14

La sensación al salir, es que todo esta bueno quizás no serán sobresalientes pero no son 5 pelados, para mi es el mejor sitio en rcp del palmar. El servicio es muy agradable!

Escapada a la Albufera para aprovechar el magnífico dia que había salido. Me dejo guiar por las referencias veremeras y nos plantamos en el Mornell. Pedimos para empezar una ensalada de la huerta, abundante y completa. Croquetas de bogavante, buenísimas, y de chipirones en su tinta, aún mejores. Ración de all i pebre, correcto. Todo acompañado por pan con tomate y allioli casero y denso. De arroz pedimos el del senyoret. Muy bien de gusto, aunque ligeramente pasado para nuestra opinión. Acabamos con un flojo tiramisú (nada esponjoso, sino duro y industrial) y una contundente tarta a los tres chocolates. Probamos el café mornell, con ron, canela y limón. Salvo algún detalle, buena opción de domingo y ajustado de precio.

En el corazón de El Palmar encontramos este restaurante de cocina valencia. Decoración moderna y funcional, con las mesas bastante cerca unas de otras, aunque como comenta Dani nuestra mesa estaba en una zona que esta algo separada del resto de mesas. La cocina es la tradicional valenciana, aunque hay algunas entradas con pinceladas creativas, fundamentalmente es cocina de mercado. Destacan los arroces, tanto secos como melosos y caldosos. Elegimos un seco clásico, el arroz del senyoret, excepcional y un meloso con vieras y verduras, muy bueno. Servicio simpático y mu atento que fue especialmente paciente con el montón de vino que llevamos. Buena copas. Bastante bien los postres. Bien los cafés.