Me sabe realmente mal las experiencias de los anteriores comentarios.
Yo lo visite este verano y tuve la suerte de ir todo de cara y bien rodado.
Elegí esta bodeguita, pues familiar mío lleva años viviendo en Sevilla, así que le hice caso, pues es de buen comer.
Tras apoyarnos en la barra (cada día me gusta más eso de apoyar el codo y pasar un buen rato gastronómico de una manera muy informal)
Pedimos un refresco y agua.
Me dice mi prima " TIENES QUE PEDIR PIRIPI Y MANTECADO SI O SI"
Así que pedimos:
- 2 piripi, (bacón con una salsa bastante adictiva)
- 2 mantecados (solomillo con jamón)
- 2 tortillitas de camarones, me hubiera tomado unas cuantas, que buena fritura
- 1 Rollito de mero y gamba, sabroso, pero lo más sencillo para mí
- 1 pringa, un montadito de los restos del puchero, muy bien planteado.
Un café del tiempo, que bien lo preparo!
Total todo 23,10€
Una comida para repetir siempre que se esté por la zona, para mí un valor seguro y volveré. Tenían comedor, pero la esencia es la barra con diferencia
Creo recordar que el tinto de verano, lo preparaban con Beronia.
Ahora que veo que se comenta este restaurante-taberna, recuerdo algo que me sucedió allí la última vez que fui a Sevilla.
Nos sentamos a comer en su terraza, unas tapitas, nada del otro mundo. Todo correcto, no eran para volverse loco pero como en tantos otros sitios.
El caso es que al sacarnos la cuenta veo que nos cobran 3,20 euros del pan, que no habíamos pedido. Al echar un vistazo a la carta, ví que cada ración de pan la cobraban a 0,80 euros, como en muchos sitios. Pero en el ticket ponía claramente 4 servicios de pan.
Antes de nada, debo aclarar que soy de los que pagan sin rechistar el servicio de pan aunque no lo haya pedido. Y soy de los que dejan generosa propina si me he sentido bien tratado. Digo esto para que no se tome la cosa por donde no es: el dinero era lo de menos.
El caso es que le digo amablemente al camarero que éramos dos y nos habían cobrado pan para cuatro. De malas formas, el tipo me suelta que es que había dos servicios de pan, uno de regañás y otro de no sé qué cosa. A todo esto, el cesto del pan estaba tal como lo habían sacado, sin tocar.
Como me tocó la moral que nos cobraran casi 600 de las antiguas pesetas por algo que no habíamos pedido y que encima me intentaran chulear con miradas por encima del hombro, perdonándome la vida, les dije que no estaba dispuesto a pagar por algo que ni había pedido ni consumido. Me respondieron diciendo: 'hay que salir más a comer fuera'... diciéndome a mí que hay que salir más. Les hubiera dicho que como en restaurantes 200 días al año por motivos profesionales, pero no valía la pena el esfuerzo.
El caso es que de malas maneras quitaron dos servicios de pan y dejaron sólo otros dos (vaya generosidad: al fin y al cabo éramos dos), entre protestas y risitas, como si estuviéramos pidiendo limosna.
Allí se quedó el cestillo con los panes sin tocar.
En fin. Me amargaron durante un rato, y desde luego cuando vuelva a pasar por Sevilla no pienso ni pasar por su puerta.
Después de 3 años volví por la Bodega, y esta vez me defraudo.
La pringá, en esta ocasión, presentada en pan recalentado al microondas (desde la barra lo pude ver).
La tapa de queso minúscula.
Los garbanzos con acelgas aguados (menos mal que cruce el Puente de Triana y me repuse en Casa Manolo).
No sé si fue una mala noche pero el caso es que el local (un sábado noche) estaba medio vacio, cuando antaño estaba a rebosar.
Si te encuentras por el barrio del Arenal,junto a la Plaza de Toros,no debes perderte la Bodeguita Antonio Romero... Buenos generosos para acompañar su exelente variedad de tapas,jamón,variedad de montaítos,como el de pringá o su famoso "piripi",etc... el trabajo en la barra es digno de ver por su rapidez en el servicio y su buen hacer con el establecimiento a tope,y la cocina no se queda atrás... Un lugar bonito que no hay que dejar pasar si estás por la zona...
Recomendable.