Arroz, arroz, delicioso arroz !!!
Acogedor restaurante ubicado en los poblats maritims y muy cerquita de la dársena del puerto de Valencia, ideal para satisfacer el paladar tras un delicioso paseo por la zona deportiva del puerto.
El local es pequeño, pero con una decoración que recuerda las antiguas tabernas de marineros que le dota de cierto encanto. Pequeños frascos de arena traidas de distintas partes del planeta (Guadalupe, Martinica, Japón entre otras) permiten que la espera sea cuanto menos original y divertida.
Se nota que tienen ganas de agradar pues nos ofrecieron a mi mujer y a mi como apertivo una tapa de rebollones que estaban deliciosos. De entrante tomamos unas puntillas a la plancha que se deshacian en la boca y acompañadas de ajitos tiernos que potenciaban su sabor.
De plato principal, sorprendente arroz señoret muy sabroso al paladar. Meloso pero con su punto justo de cocción, correcto de sal y acompañado de gambas, calamar y rape, que conferían una auténtica explosión de sabor que disparaba los sentidos.
De postre, tarta de ciruelas y de chocolate bañada en ron, ambas caseras y muy bien presentadas, lo que terminó por redondear una comida fantástica.
Agua, café y taza de te verde (detalle de bombones como acompañamiento).
En resumen, muy buena materia prima, y cocina con mimo que se traduce en platos tradicionales valencianos de potente sabor y que cada día cuesta más encontrar. Calidad precio muy buena. Repetiremos.