Estamos en la segunda parte de Nono, del mismo dueño (muy agradable), con comida parecida pero en un local más innovador, algo más caro eso sí. En definitiva CORRECTO sin estridencias, ideal para ir a cenar sin que se busque nada demasiado especial, ni demasiado barato ni caro, agradable en resumen. El local es bonito, la situación ideal en El Carmen para luego irte a tomar algo por la zona antigua, pero comer bien pue slo justito, no vayas si no es por puro ocio y así no saldrás insatisfecho!

Local curioso y original situado en una casa antigua y con una estructura diferente. Lo que más llama la atención es la intención de originalidad que también tiene sus inconvenientes, a saber, extraña distribución, colores algo estridentes y mesas algo pequeñas, entre otros. La cuberteria y vajilla sencillas y algo pretenciosas. El servicio del vino es nulo y la carta muy floja, tomamos un albariño pasable desconocido para mí y un drasanes, rico, como siempre. La comida está pensada para compartir, tempura de verduras, guacamole de salmón, magret de pato, mini hamburguesas y entrecot para terminar, correcto y nada más. De postre nada que resaltar. Servicio atento y con buena intención. En resumen, no es mi tipo pero seguro que tiene su público.

La verdad, es que si vas a este sitio, debes saber que lo mejor que tiene, es el punto "diferente" en cuanto al entorno, como digo en el título, es muy neoyorkino. Este local es la segunda casa del restaurante Nonno , en la calle Císcar. Me sorprendió no encontrar a nadie, hasta llegar al segundo piso, pero ...vale. Efectivamente, como habéis comentado antes, el servicio del vino es nulo y la carta...en fin, es lo que hay, tampoco van de hacer un " mini bulli" , así que me parece bien. Me parece honrado que se manejen en un rango de servicio y cobren con respecto al mismo. Por lo menos a la hora de la cuenta ves reflejado todo eso, en otros sitios, si que es grave (y no doy nombres). El vino que me llamó la atención, y por ello pedí, fue un Pago de Luna 2006 (Castilla) 18 euros. Me pareció muy correcto. Es un lugar desenfadado,divertido, con un personal suuuuper amable, con ganas de trabajar (esto se aprecia y se agradece enormemente!)
72 euros dos personas. Ah! lunes noche, de agosto,...y tenían un buen puñado de gente... por algo será.

Me pareció curioso el nombre y decidí investigar. La ubicación me parece un punto a su favor dado que, además, no es una planta baja sino ¡un edificio! pero, después de dejar atrás el árbol de plástico e ir subiendo escaleras hasta encontrar algún ser humano.... la decepción. Fuimos a mediodía, por aquello de no arriesgar demasiado, y nos encontramos con la sugerencia de "todos los platos al centro", es decir, la versión española de "ir de tapas" pero en raciones un poco y digo poco, más generosas y sin el encanto. Da la impresión de que unos recién licenciados de la escuela de hostelería se han montando un restaurante. Abusan demasiado de recursos como la salsa de frambuesa en la ensalada y el curry. Me quedé con hambre pero ¿que pretendo por 12€?. Confesaron que el mismo plato por la noche es más caro ¿no es una tomadura de pelo?. Por cierto, deberían cuidar más la limpieza porque quizá no esté sucio pero no es esa la sensación que transmiten. En fin, todo mejorable.

Servicio del vino muy flojo, la comida ni la recuerdo solo creo que se pedian platos para compartir y ninguno valía la pena, ni el socorrido foie o la vulgar ensalada. El entorno modernete, si modernete no digo más. Si te gusta e ambiente climoecoglobal, eso si con mucho talante, te puede gustar.

Decoración modernista y ambiente chill out para un restaurante joven, atractivo y colorista.
Cocina fusión con alguna carencia de raíces, de sentimiento en el plato (no sé, yo soy así de raro y noto estas cosas), pero en líneas generales bien cuidada y calidad del producto media. El concepto es elegir unos cuantos platos (de raciones generosas) a compartir. Vajilla vanguardista y cubertería actual y cómoda. En cuanto a vinos... bodega insulsa, aunque tienen una par de vinitos que no están mal, copas groseras y pesadas, servicio nulo...
Servicio joven, muy atento y afable, a la vez que desenfadado, lo que te hace sentir cómodo.

Es un restaurante con una correcta RCP para una cena divertida y sosegada.

Situado a espaldas de la calle del Mar, casi junto a la Fundacion Bancaja, se encuentra es nuevo restaurante de corte tipicamente chillout.Ocupa la primera y segunda planta de un hermoso y antiguo edificio, embellecido para la ocasion.El espacio no es muy comodo, pero tiene ese algo que lo hace ser distinto y por tanto atractivo.Mientras qrue en la primera planta puedes tomar la copa antes o despues de la cena, la segunda y totalmente diafana se habilita como total comedor, con mesas altas de necesario taburete y mas comodas pegadas a pared.La comida muy original, toda vez que buena, concepto de plato para compartir, cada vez mas la tapa grande y elevada a la cocina de diseño, los sabores excelentemente conseguidos con perfectas combinaciones, lastima de carta de vinos, corta y poco o nada bien tratados los caldos, copas de duralex version deluxe, algun vino original y no caro, pero poco mas, en cambio el trato de los camarer@S es excelente.Buena musica de fondo, ambiente limpio y agradable, gente guapa, gran novedad en pleno centro.RPC muy buena 30€ pax. promete ser interesante llegar hasta alli. BOING BOING