Estuvimos hace un par de fines de semana y únicamente puedo tener palabras de agradecimiento para David y su equipo. Nos prepararon un menú degustación muy largo, con muchas sorpresas y muy alejado de lo que era el restaurante hace medio año. A destacar las ancas de rana, el foie, el arroz de pichón, el lomo de cordero relleno de morcilla y el congrio (pescado que hasta este día no me gustaba...).
El servicio del vino merece un punto y aparte. Sencillamente genial. David nos maridó cada plato con un vino distinto (siento no recordar muchos nombres...), un fino especial, un oloroso, Finca La Colina Verdejo, dos tintos muy raciales y especiales, otro blanco riojano de viura y, para rematar, un Chivite 125 Vendimia Tardía. Sencillamente espectacular. Para rematar, un GT de Martin Miller's con Schweppes.
A reseñar también la selección de panes, que elaboran ellos mismos cada día.
Por los 55 euros que vale el menú degustación con maridaje es imposible pedir más.
Sólo desearles suerte para que sigan trabajando igual de bien!!!

Fue una reunión familiar la que nos llevo a este lugar regentado en sala y en los vinos por David, entradas generosas y bien elaboradas ademas de unos aperitivos de entrada como una sopa castellana con huevo de codorniz y mejillon al vapor con su escabeche.
De segundo distintas carnes y pescados, pero me quedo con el bacalao y la paletilla de lechal, de postre una estupenda tarta de manzana que te deja con ganas de repetir si hubiera quedado espacio.
En los vinos lo mejor es dejarse asesorar y lo mejor sus precios.
RCP muy buena

Antes de empezar con la critica es importante resaltar el cambio que se ha producido en la dirección del restaurante, ahora lo lleva David joven y experto sumiller que afronta el reto de dirigir el restaurante y por supuesto la carta de vinos, los cambios han sido apreciables, renovación absoluta de su carta, buena materia prima, cocina de mercado, platos de siempre y algún guiño fuera de carta, en el tema de vinos no se le puede pedir más ya que es nuestro pigmalion de los blancos, sobre todo en los europeos, es una gozada pedirle referencias (puede tener hasta 400) que no ha incluido en la carta, también es justo decir que ha ajustado los precios en todo, por lo que es de agradecer.
Esta situado en Yuncos, a unos 40Km de Madrid, por la radial la verdad es que no tardas nada, entrando en el pueblo llegas al primer semáforo y giras a la derecha dirección Cedillo del Condado, es fácil de ver ya que lo primero que ves es el Hotel Central, el restaurante esta dentro, no suele haber problemas para encontrar aparcamiento además cuenta con un parking del hotel.
El local es muy amplio, mucho espacio entre mesas, esta dividido en dos zonas, fumadores y no fumadores.
En esta ocasión dejamos la carta a un lado y nos decidimos por un menú degustación, que hay que pedir con un día de antelación, las raciones son generosas.
Aperitivos: Carpaccio de gambón con vinagreta de miel, langostino a la vinagreta y bacalao confitado con tomate, bien.
Entrantes: Sushi nigeri y maki con salmón y corvina, bien. Ajoblanco con pera asada y vieira, exceso de ajo, pero muy sorprendente sabores y texturas, bien. Tartar de rosada con huevas de trucha, muy bien. Ostras gratinadas en muselina de cava, el plato quedaría mejor con vieiras.
Segundos: Pez limón con papillote de verduras al aroma de albahaca, espectacular. Pichón de Bress asado con salsa de foie, excelso, pero a estas alturas llegábamos bastante llenos.
Postres: Piononos, sultana de coco y galleta María. Carpaccio de higos, queso y membrillo con su dulce. Exquisitos. Tarta de manzana, una finísima tarta, con un helado de dulce de leche, de lo mejor que he probado. Pero no supimos apreciarlo en todo su esplendor por que llegamos llenos.
Vinos: Lustau Oloroso Abocado 1989. Pago del Vicario Blanco de Tempranillo 2007. Nekeas Allier Chardonnay 2005. Blanco de montreaga 2005. Viña Aranzazu Merlot 2004. Vino de naranja de Bodegas Gallardo.
Un Gin tonic con Hendrix y Pepino para rebajar la comida un señor puro, esta vez bien fumado.
El personal de sala y cocina también renovado con muchas ganas de atender y gustar.
Es un lugar para disfrutar no solo de la comida, si no también del buen vino, cuidando en toso sus detalles.
Se ha notado bastante el ajuste en los precios. Para volver sin duda.

Ya es la segunda vez que visitamos el local, y la primera nos quedamos con las ganas de probar el menú degustación, ya que solo lo elaboran bajo reserva.
El menú que nos prepararon estaba compuesto por 2 aperitivos, 6 platos y un postre.
Como aperitivos nos pusieron un brie de morcilla con manzana y un rollito de verdura con soja y una copa del rosado de petit verdot de Pago del Vicario.
Comenzamos por un gazpacho de sandía, muy refrescante y un pelín dulce, seguido por una ensalada de paloma escabechada en vino blanco de alguna uva blanca de la zona que no recuerdo, supongo que airén o macabeo, acompañado por un vino blanco alemán de riesling, que resaltaba sobre todo con la ensalada.
Continuaron con un carpaccio de avestruz con vinagreta de miel, muy buena la combinación con una copa de Talva 05. A continuación nos deleitaron con un tartar de corvina con huevas de trucha simplemente apoteósico.
Pasamos luego a un arroz meloso de cola de toro, suabe, intenso y sabroso.
Para rematar las carnes, un solomillo de corzo con salsa de membrillo, un poco rara la combinación, personalmente el plato que menos me gusto. Acompañando las carnes nos pusieron unas copas de Orben 05, no conocía el vino y me quedé prendada de él.
Para los postres habían elaborado algo llamado Piononos, sultana de coco y galleta maría, con esto ya nos dejaron sin palabras...bueno esto y una copita de Tokaji.
La unica pega, es que podían poner una copa de vino por plato, y no por cada dos platos, aunque viendo el resultado del maridaje,la combinación de vinos y el servicio, tampoco es una pega tan grande.
La verdad es que ha merecido la pena, y seguro que volveremos pronto para dejarnos sorprender.
RCP Muy buena.
50 € Menú y maridaje incluido.

Hemos vuelto para comprobar gratamente como en muy poco tiempo han subsanado los defectos anteriores.
El servicio de sala ha mejorado notablemente en cuanto al personal, por que desde luego David además de sumiller dirige la sala admirablemente todo a su tiempo, llama la atención que con su juventud tenga ese grado de responsabilidad, compromiso y por supuesto sabiduría.
Siempre que vamos nos dejamos asesorar en relación al vino, un admirador de los blancos, que poco a poco nos ha contagiado, siempre acierta y nos indica nuevos vinos, de zonas y característica a precios ajustados que es de agradecer.
En la cocina José realiza sus pinitos, aunque posiblemente esta un poco condicionado por el entorno, la calidad es excelente al igual que su elaboración, le sigo animando a mejorar (si eso es posible) la trata de manzana, excelente.
RCP muy buena.

Cenamos la noche del Miercoles, atendidos por dos personas inexpertas e inseguras.
Los platos mal elaborados y en algun caso con dudas de su estado optimo.
El vino entregado en la mesa y servido de forma inadecuada.
Mal muy decepcionante, sobre todo cuando en otras ocasiones es todo lo contrario a lo que estoy contando, es mejor que para dar una imagen tan pesima, cerrar por las noches o limitarse a un servicio de tapas o carta mas corta.
Esperemos que haya sido un simple bache momentaneo.

Hemos vuelto a visitar este buen restaurante, en esta ocasión fue una reunión familiar con personas de edades dispares. Todos quedamos muy agradecidos con el servicio y la magnifica cocina que aquí se puede disfrutar.
En el apartado de los vinos, una vez más, nos dejamos asesorar por David. Que como siempre nos demostró sus amplios conocimientos en este campo.
La carta introduce algunas novedades que siguen estando a la altura de las circunstancias. Todo delicioso y sin ninguna nota discordante.
Sin dudad uno de los pocos restaurantes de la zona donde sabes que vas a comer a beber y a disfrutar con ello, Algo que parece sencillo y no lo es tanto.

Nueva vistia que viene a confirmar lo expuesto con anterioridad. Esta vez la comida fue a la carta. Una serie de aperitivos de la casa, muy buenos todos, destacando la versión de la sopa castellana, una excelente croqueta de gorgonzola, y el gazpacho de frutas. A continuación unas muy buenas gambas a la plancha, perfectas de género y punto, y de platos principales, división entre carnes y pescados, todos rayando a un gran nivel: corvina, bacalao, presa y unas carrilleras sublimes. De postre, tarta de manzana caliente, genial, como siempre, y un muy buen coulant de chocolate, fluido de verdad, nada apelmazado. Buena e interesante selección de aceites, y enorme bodega, que sigue creciendo (ya sobre las 330 referencias). Tomamos Venta d´Aubert, excelente Viognier aragonés, un Briego Fiel reserva 2001 y un Vi de Gel de Gramona de 2006, realizado con riesling y moscatel, excelente. Muy moscatel en nariz y riesling en boca. Como siempre, el servicio a un gran nivel.

Nueva visita y no puedo sino introducir un nuevo comentario dado el salto de calidad que ha experimentado el local. Para comenzar, simplemente decir que éramos 120 comensales, comedor lleno, y ni un sólo fallo del servicio, ni uno; en ningún momento nos faltó agua o vino en las copas o pan en el platillo. En cuanto a la comida, tomamos una serie de tapitas seguidas de un menú compuesto a base de medias raciones. En las primeras, muy destacables el Ravioli de tocino con puré de alubias y la Mousse de maíz con foie, cebolla y tomate. Entre los platos, excepcional la Terrina de atún con hígado de pato, el Carpaccio de ternera y un impresionante Langostino Jumbo de no menos de 300 gr... A continuación, un bacalao de una calidad y un punto impresionantes y, para terminar con la parte salada, un gran Rabo de toro deshuesado con setas. Estos dos platos, gelatina en estado puro... Los postres siguieron a un enorme nivel, con la Pirámide de praliné con helado de turrón y la Tarta de manzana caliente. Enorme la cocina, en constante progresión. El servicio del vino no fue menos. El sumiller, David, de 10, genial en sus recomendaciones, enseñanzas y siempre dispuesto a guiar. Tomamos, a su elección, Casalobos 2004, Clio 2003 y Chivite Colección 125 V.T. 2003, todos muy gratos. La comida es, para mí, de 4.5, pero creo que todavía puede dar más, máxime visto que sirvieron a la perfección a semejante cantidad de comensales. Altamente recomedable.

Buen restaurante, con un comedor amplio, nosotros estuvimos en zona no fumadores, Buen servicio, buena vajilla, buenas copas. La comida, en general muy bien, la tempura de esparragos y jamon con salsa de soja muy recomendable, muy buenos los callos, y una ensalada de conejo bastante aceptable. Despues, pichon de Bresse, lomo de ciervo, muslo de pato, todo ello a un buen nivel. Buenos postres, un coulan de chocolate espectacular, buen tiramisu, y muy buena la selva negra. Buena carta de vinos. Bebimos El Rincon 2003 recomendado por el maitre, bien servido, decantado, nos cambiaron las copas sin pedirlo, copas Schott, y con los postres tuvieron el detalle de servirnos una copita del moscatel Gran Feudo. El precio unos 45-50€ por persona. La carta no es muy larga pero me comentaron que la cambian cada tres meses y ademas suelen tener alguna sugerencia fuera de carta.
En difinitiva un sitio muy recomendable.