Tanto la decoración, como el servicio, coperío (schott) y carta de vinos

Tanto la decoración, como el servicio, coperío (schott) y carta de vinos auguran la intención de la dirección de este nuevo restaurante: convertirse en referencia.
Gran sensación de amplitud, confortable y bonito. Tienen alguna sugerencia del día.
Carta de vinos muy amplia con variadas referencias, a muy distintos precios. Muy buenos los entrantes, en especial las croqueta de centollo y buey de mar, el calamar de playa y las gambas a la plancha.
En el segundo nos decidimos por un arroz meloso de pulpo y alcachofa, algo falto de sabor. Bueno, pero no espectacular. Elevada RCP que se plasma sobre todo en los postres (ninguno baja de los 8 euros).
Servicio muy atento, sin errores.