Bueno pero carete..

Fuimos a comer un festivo entre semana que siempre tiene su aquel. Reservamos mesa antes de ir pero no había problema de sitio.
Tienen un menú degustación por 25 euros pero nos pareció demasiada comida y decidimos pedir de picoteo al centro. Al final pedimos 4 tapas y tampoco pudimos terminarnos la última:
- Cazón en adobo. Fue el plato que más nos gustó ya que el pescado estaba muy tierno y jugoso, buen adobo y con un rebozado crujiente nada aceitoso.
- Rollitos de cordero y miel con salsa de yogur. Muy crujientes y sabrosos aunque el cordero me resultó un poquito seco, tal vez demasiado hecho.
- Calamares a la plancha con cebolla caramelizada. Buenos y tiernos, con abundante cebolla a la que no terminé de encontrarle el puntillo.
- Cazuela de patatas, huevos y longaniza. Flojito. Este era el último plato y no pudimos terminarlo, porque a pesar de leer lo contrario, en general las raciones nos parecieron generosas. 
Queríamos probar la torrija de horchata con helado, pero estábamos tan saciados que preferimos dejarlo para otra ocasión.
Tampoco tomamos vino ni café. Bebimos cerveza a 2,20 euros el doble.
Como comentaba las raciones son generosas y bien presentadas y los platos fueron de nuestro gusto pero no justifica los elevados precios, ya que pagamos por tapa entre 9 y 15 euros.
Es un local luminoso, con decoración moderna y con detalles de mantelería, cubertería, cristalería y servicio correctos.

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