Sus manjares inolvidables buenos aperitivos de primero, aceites y sales, el pan excelente. Verduras perfectas frescas,y en su punto.
Estuvimos en la terraza, alli los niños no dieron mucha lata pero aún así les pusieron mucha atención. Es para darte un homenaje.Tomamos copas de vino tinto de Binissalem, todo perfecto.
Los jardines son una pasada el hotel La Residencia debe ser maravilloso,Las vistas impresionantes en general toda la zona y en especial la isla entera de Mallorca. Recomendable Soler y Puerto Soler que fue donde tuvimos nuestro cuartel.

Estuvimos el martes. Muy chulo. El sitio es precioso. El servicio muy buena, como detalles señalar que te ofrecen la posibilidad de cogerte el móvil para no molestar en la sala y si suena te lo llevan a la mesa. Además, a nosotros nos propusieron ocuparse de Samuel (mi hijo, 7 meses) para que estuviesemos más a gusto. A María (mi hija, 3 años y medio))le dijeron que si se lo comía todo le darían un helado e iría a la cocina y así fue. La comida muy buena. Pudimos probar dos aceites y dos tipos de sales de la isla. De entrante pedimos cuscus con gambas y mollejas de ternera blanca; de principal un rodaballo con hierbas al horno de principal; de postres (lo mejor) Temperaturas y Texturas del Chocolate. La carta de vinos bien. Tomamos por copas dos vinos de Mallorca, con el postre un PX. Volveré

Hay que reconocer que tengo debilidad por el patio de masía donde está situado este restaurante. Es el restaurante con más encanto que conozco. El servicio es profesional y muy amable, destacando la simpatia y saber hacer del maitre Alain. La comida muy buena. El servicio del vino también bueno, pero penalizado por los precios exageradamente altos. La carta de vinos es bastante amplia, por ponerle alguna pega faltaría alguna sorpresa más.
Es el lugar perfecto para una cena romántica, eso si, caro, muy caro.