Restaurante La Albahaca en Sevilla
Restaurante La Albahaca
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
100,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
100 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.5
Comida COMIDA
5.0
Precio medio entorno ENTORNO
9.0
RCP CALIDAD-PRECIO
3.0
Opiniones de La Albahaca
OPINIONES
6

Anoche fuimos con unos amigos de fuera a cenar a este restaurante porque reconocemos que tiene un enclave privilegiado y una decoración exquisita pero la verdad, que quedamos fatal. No tenían nada de entrantes, sólo queso. Ni jamón, ni caña de lomo....pusieron unas pobres aceitunas y dos platos de un queso de lo más normal. La comida no estuvo mal pues se nota que la cocina es buena pero tuvieron un gran fallo y éste fueron los vinos. Tuvimos que cambiar tres veces de marca de vino tinto pues de ninguna tenían dos botellas. Tampoco nos advertían de ello, así que como eramos 8 cuando pedíamos una botella más nos decían que no tenían y otra vez a mirar la carta de vinos y cambio de copas.
No tiene nada especial. En Sevilla, se come mucho mejor en cualquier sitio.

Restaurante totalmente programado para el turismo extranjero, muy bonito el entorno ,muy bonita la decoracion y la comida normalita pero muy cara, relaccion calidad -precio muy pobre. por cierto no es buen sitio para la sobremesa, dejan al "camarero becario" ¡pobre¡,solo al final de la jornada, no sabia orientarnos sobre un px, nadie venia a reponer el vino , el cava , el maitre desaparecio. bueno una experiencia mas, ¡ah¡ de lo comido nada destacable que no se pueda comer en otro restaurante con mejor servicio y mejor precio,

De visita turística por Sevilla, nos recomendaron en el hotel este restaurante, y fuimos.
Ni hablar del entorno, un barrio con un encanto impagable, lo mejor que te puede pasar es que no lo encuentres, sólo por el paseo que te llevas de regalo por el barrio de Santa Cruz.
El local, me encantó: muy clásico, pero en absoluto descuidado: la decoración, la vajilla, la mesa y hasta el olor muy agradables.
El servicio fue lo mejor; UN MAITRE con todas las letras, que sabe lo que vende pero es cercano y humilde, con un carácter afable, muy de agradecer en la ciudad de Sevilla.
Es verdad que escuchamos algunos voces en el salón, pero casi lo agradecimos porque ese día llovía y no había mucha gente.
La carta corta, pero con incorporaciones de mercado. Tomé pescado, fresco y bien elaborado, sencillo, bien presentado, yo no pido más frivolidades. Me encantó.
la carta de vinos, la encontré algo cortita, faltan muchas representaciones nacionales.
pero el servicio del vino que pedimos fue muy correcto.
El postre: no se me olvidará jamás: soufflé de higos al cava con chocolate. Yo que no soy muy de postre.... el nirvana.
Como estoy hecha a los precios de una capital más grande, la verdad por 50 euros me parece barato lo que recibimos. Muchas veces he pagado 100 por persona sin recibir ni la mitad de lo que la Albahaca ofrece. Lo recomendaré, sin duda.

Enclave excelente y muy acogedor para un restaurante al que acuden mayormente turistas, dada su ubicación. En verano se come fuera, bastante a gusto, en la misma plaza de Sta. Cruz. La comida no llega al nivel del entorno, algo de por sí difícil, pero tampoco desmerece.

Uno de los grandes de Sevilla, en el corazón del barrio de Santa Cruz. La vivienda fue la del genial arquitecto Aníbal González (Plaza de España,...). Cenamos en un reservado con una decoración barroca preciosa. Vajilla, cristalería y cubiertos de un gusto exquisito. Entrantes típicos: chacinas, pescaíto, queso,...buenísimos. Segundo de carne en su punto (solomillo). De postre tocinillo de cielo (te transportaba al ídem). Servicio del vino correcto (Marqués de Arienzo del 2002). Al ir con un menú cerrado no puedo opinar de la carta, pero mi impresión fue muy buena. Atención cercana y con gran profesionalidad.

Decepcionante visita a La Albahaca, en el sevillano barrio de Santa Cruz, a pesar de la abultada cuenta final (120 euros dos personas) y de lo que se prometía como una bonita terraza andaluza. Flojos entrantes y muy flojos segundos, con un solomillo rodeado de una guarnición fría de verduras evidentemente recién descongeladas. Mal el servicio, bromeando y llamándose a voces entre las mesas y caro el vino. Un Piérola crianza al doble de precio que en los restaurantes del norte.

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