Restaurante Koldo Miranda (CERRADO) en Avilés
Restaurante Koldo Miranda (CERRADO)
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
44,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
54 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.9
Comida COMIDA
7.2
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
6.0
Opiniones de Koldo Miranda (CERRADO)
OPINIONES
9

El pasado sábado estuve comiendo en el afamado Koldo Miranda. Éramos 4 personas y dos bebés, llegamos a eso de las 15:00, ya que es casi imposible encontrarlo (ni el Tom Tom). Nos recibió el mismo Koldo. La sala estaba casi vacía, sólo tenía 5 mesas incluida la nuestra. Pedímos dos entrantes para compartir:
-Terrina de foie hecha en casa con piñones y naranja para compartir.
-Salteado de verduras de temporada con crema de cabra.
Y un plato para cada uno:

- 2 Pitu de caleya con arroz bajo un prisma chifa (chino-peruano).
- 1 Secreto Ibérico con puca picante de su oreja y morro.
- 1 Bic mac de varios pescados azules.

NADA DEL OTRO MUNDO

El servicio del vino y agua fue pésimo, me tuve que levantar en varias ocasiones para servir a la mesa. El Maitre (en este caso una señorita), fatal. No entiendo cómo un restaurante de tanto prestigio y vacío, puede ofrecer a los comensales dicho servicio.
En la sobremesa, las mujeres pidieron dos postres, Brownie (Por cierto estaba muy bueno)y nosotros unos GT. Cual fue mi sorpresa, cuando le pido al Maitre:
-Vamos a tomar dos GT.

A los 10 min. viene el camarero con dos ginebras (Beefeater 24 y Hendrick´s) y dos tónicas (Nordic), abiertas.
Y le pregunto:
-¿No tienes Fever Tree?, y me contesta:
-No, sólo me queda una fever y una Schweppes.

UNNNNNNN¡¡¡¡¡¡ (CARA DE POKER).
Al final tomamos 2 Beefeater 24 (una con fever y otro con Schweppes)

A finalizar, nos marchamos del restaurante y el mismo Koldo que estaba allí sentado ni nos acompañó a la puerta.
En fin, opino que éste tío abandona mucho el resaurante.

Este restaurante está situado en una casona a las afueras de Avilés. Está bien decorado y se puede ver perfectamente cómo se elaboran los platos, ya que un cristal separa una pequeña barra en la entrada del restaurante de la cocina.
El servicio y la atención son buenas, aunque el personal es joven y demuestra en algunas ocasiones poca experiencia y seguridad en su trabajo.
Almuerzo para dos: unos "entretenimientos" por parte de la casa mientras echábamos un vistazo a la carta, la cual me pareció un poco cortita, ya que tenía bastantes cosas para compartir ("picoteo divertido") pero poca carne y poco pescado. Pedimos el pastel de roca con ali oli (11´50 euros) muy muy suave, secreto ibérico a baja temperatura (22´5 euros) de gran calidad en cuanto a la materia prima y también buena presentación, y media ración de lomo de buey (13´5 euros) también bastante bueno. Una botella de tinto Capilla del Fraile (24´5 euros) que pedí por probar las tres uvas que ponía en la carta de vinos: cabernet sauvignon, syrah y petit verdot. Mi desilusión fue al comprobar que únicamente llevaba syrah y petit verdot, lo cual hice saber al responsable de sala. Me ofreció cambiar la botella, pero le dije que no. No tomamos postre, sólo una copa de Marqués Real Tesoro invitación de la casa, además de unos dulces.
La verdad que por 44 euros por persona me parece una buena RCP, si bien algunos detalles hacen que pueda mejorar.

Segunda visita y nuevo acierto. Reitero la agradable sensación, servicio atento aunque algo despistado al final del turno y generosidad en los entrantes de la casa, copa PX de postre.
Carta escasa. Tomamos los lomos de Sardinas asadas a fuego vivo (creatividad en la presentación, sencillez en la materia prima y deliciosas), bikini de Salmón con coliflor trufada (impresionante), lomos de Salmonete Nikkei (plato curioso pero la cocción al pescado le restaba bastante sabor), Bacalao trufado con arroz cremoso (bueno, aunque el arroz era el que estaba excesivamente trufado). Repetición de trufa con otros platos. Postre: Sueño por chocolate y mandarina. Vino: Viña al lado de la Casa (DO Yecla) Excelente.
Se sale contento con lo pagado. 75 euros/persona. Recomendable.

Fue una buena experiencia culinaria, fuimos dos personas y tómanos el menú degustación, el sitio muy acogedor , coqueto y buena atención de los camareros lo único que podría decir en su contra es que tuvimos que pedir que pusieran toallas en el baños, al entrar al bar fui al baños y no había y no dije nada me seque con papel higiénico que es la única opción que te queda y posteriormente fue otra vez a media cena y se lo tuve que decir creo que un restaurante de esa categoría debe cuidar esos pequeños detalles. Por lo demás todo bien. Os comento los precios para que os sea orientativo.
2 Menus + Botella de agua + Botella tinto crianza Resalte + cafés + 2 copa de Oporto = 150€.

Casa asturiana elegantemente decorada. Del entorno exterior me esperaba más. Iba algo escéptico, pero me causó muy buena impresión, pienso repetir.
Trato muy agradable y profesional.Cocina puntera en Asturias, abundante y ajustada de precio en estos niveles (buena RPC). Creo que el menú degustación cuesta 48 € + vino y consta de 2 entradas, carne, pescado y postre. Me quedé con las ganas y probamos entre 2 personas cinco platos de la carta.
- Arroz melosos con setas y trufas (sabrosísimo, predominando el intenso sabor a trufa)
- Rodaballo salvaje sobre gel de alubias, con morcilla de calamares (interesante I+D+C) y berza frita. Excelente combinación del plato.
- Lomo ternera con patatas y pimiento. Plato básico, muy flojo, así lo comentamos y con unas muy sinceras excusas no cobraron el plato e invitaron al café y copa de cava. Buen detalle.
- Bizcocho de coco, sobre de crema de pistachos y helado de yogurt. Excelente.
Entrantes y post-postres abundantes.
Carta de vinos amplia e interesante, con precios razonables (raramente por encima del 200%). Servicio del vino y copas correcto. Tomamos Casa de la Ermita Petit Verdot 01, 23 €.

Estuve alli hace unos tres meses, comi muy bien pero el dinero se tiene que ganar trabajando no aprovechandose de uno, eramos 6 personas el servicio del pan nos costo 18 euros, que ya esta bien por una cesta de pan para todos y sin pedir mas vino nos fueron abriendo botellas que evidentemente ibamos tomando, pero abrirnos una botella de vino ya en los postres sin preguntarnos si la queriamos y claro una vez abierta.......tienes que pagarla, el camarero solo deberia abrir una botella si el cliente se la pide no si a el le da la gana, lo mismo nos paso con el agua
tardaron mas de media hora en servirnos el cafe y llego mas bien frio. lo mejor la comida puy bueno todo.....

Restaurante situado a 50 metros de la salida 415 de la autopista A8, cerca de Avilés.
Localización en vieja casa-cuadra restaurada; pequeño y agradable jardín-terraza.
Modernidad y funcionalismo en la decoración, pero con respeto a la arquitectura tradicional de la casa rehabilitada; se puede contemplar la elaboración en la cocina a través de cristalera existente en el recibidor de la entrada.
Buena materia prima, trabajada con gusto y delicadeza.
Cocina de nuevo diseño, pero -a diferencia de otras del mismo corte- de raciones abundantes. Carta escasa, pero muy sugerente, con diversidad en pescados y carnes.
Postres magníficos.
Buena relación calidad/precio (sobre 45 euros por persona, teniendo en cuenta que el vino fue un Baltasar Gracián Viñas Viejas -16 euros la botella-).
Atención personal por el propio Koldo, amable, respaldado por un buen equipo en la cocina.
Merece la pena repetir.

Este restaurante ubicado en el corazon de Asturias, tiene un entorno bonito un diseño muy cuidado un servicio digno de 1 estrella michelin y una cocina que merece tambien una como minimo.
Platos clasicos pero inventivos, presentación cuidada, bodega novedosa y bien cuidada, Koldo el dueño y chef es muy amable y hablador.
Al final me ha gustado todo, y espero poder volver lo antes posible!!!
Lo mas sorprendente el bombon de foie con praliné, maravilloso resultado!!!

En Illas, al lado de Avilés, una bonita casería reformada alberga un restaurante al que interesa seguir. Cocina con toques innovadores y con atención al mercado diario (sobre todo, el pescado). Buenas intenciones en platos que, no obstante, tienen algunos fallos. La sala, algo saturada pero atendida por personal amable. La carta de vinos un poco descompensada, en especial en los blancos. De todos modos, merece la visita y merece su oportunidad de consolidarse. El propio Koldo es un ameno conversador de sobremesa para quien desee intercambiar opiniones.

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