Llegamos a las 13.30 (hora de apertura) del domingo 26. Nos ponen en una sala en la planta de acceso a esperar, mientras la señora que parece mandar despide a una boda. Diez minutos que aún no entiendo, esperando. Magnífico comedor. Cristaleria Schott y alpaca. Menu degustación a 66 euros, con los pimientos ya referenciados,un magnífico pedacito de atun curado sobre tosta y en nuestro caso una soberbia vieira con verduritas. Me decanto por el ajoarriero como principal (brutal) y mi esposa por la presa ibérica, excelente también. Nos acompaña un Chardonnay de Gran Feudo y un Viñas Viejas 2004 también de Gran Feudo. Acostiumbrémonos a llamar las cosas por su nombre: Chivite es Gran Feudo, pero Gran Feudo NO es Chivite...
En su conjunto 170 euros, lo que en su conjunto se me antoja algo excesivo. Pero la calidad del servicio (siempre llego pronto) muy buena, y la atención en sala, muy correcta. La comida, a la altura de una estrella sin problemas... pero para recuperar estrellas no se puede hacer esperar a la gente diez minutos si se ha quedado a una hora. Nada importante para mí, pero quizás si para otros...

Después de 6 años, repetimos. En la primera experiencia salimos un tanto contrariados por ciertos detalles de sala y veo que siguen en la misma línea (bajo mi punto de vista). El servicio es hasta áspero por parte de todos, incluido el sumiller.
Sala amplia (un pelín de frio) con mesas perfectamente vestidas. Separación entre mesas más que suficiente. Menos del 50% para un sábado noche.
Cocina con guiños de modernidad, sin riesgos, pero basados en productos tradicionales de la zona.
Detalle de la casa: Unas rodajas de patatas con salsa ali-oli.
Cena para 3 pax:
Entrantes a compartir servidos escalonadamente.
1 de pimientos del pontigo con ralladura de olivas y anchoa!!! (buenos)
1 de timbal de huevos y pimientos (para gozar)
1 de migas de pastor con morro (nos dejó indiferentes)

De segundos:
1 pluma de ibérico con unas verduritas
1 bacalao ajoarriero con huevo escalfado (bestial)
1 paletilla de cabrito de la sierra con una verduritas (muy buena)

Postres:
Solo un coulant de chocolate caliente con helado, creo que de avellana. La espera de 15min merece la pena.

Vino: Carta amplia, tocando todas las DOs y con referencias internacionales. Precios realmente altos y en cierto modo desconcertantes. Me explico. En el mercado, más o menos un Chivite Colección 125 Chardonnay cuesta unos 40€ y un Chivite Colección 125 Reserva unos 19€. ¿Cómo es posible que los dos estuviesen en la carta a 50€?. Al principio pedí un Laderas del Sequé 2005 (26.50€ + IVA) (ya está bien el precio). Cuando íbamos por el segundo entrante nos dice el sumellier (un histórico en Navarra) que no lo encuentra. Pedimos entonces un Mauro 2005 (5 minutos después, sin enseñarme la botella empieza a descorcharla en una mesa auxiliar. Cuando va a extraer el corcho me doy cuenta que es el Vendimia Seleccionada y le digo que no era lo que había pedido. No sin mala cara se la lleva. Después de otros cinco minutos (ya casi habíamos terminado el tercer entrante) nos dice que ya había encontrado el primer vino que pedimos. Nos los sirvieron, eso si en copas Schott y perfecto de temperatura. El problema vino después. La dejan en una mesa auxiliar aparte y nadie, nadie está atento rellenar. Tuve que levantarme a servirme yo mismo y por supuesto la dejé sobre nuestra mesa.
Y ES QUE ES LAMENTABLE QUE EL SUSODICHO SUMILLER DEDICARA TODAS SUS ATENCIONES EN UNA MESA SIN DUDA CON CONOCIDOS Y NO ESTUVIERA PENDIENTE DEL RESTO DE LA SALA.

Precio total: 183,42€ (incluido IVA, dos cañas y dos refrescos, 3x2.50€ de pan y servicio)

Sin duda alguna no volveré. Hay muchas otra referencias en Navarra por encima de este restaurante.

Fantástico restaurante ubicado en el pueblo de Cintruénigo. Sala con estupendo montaje. Personal amable, muy preparado y eficaz. Cocina Navarra creativa, producto de la zona de 1ª categoría y elaboración impecable. Carta de vinos a la altura con copas, servicio y temperatura perfectos. Deliciosos los pimientos del cristal, el cabrito, las pochas……todo perfecto acompañado de Chivite colección blanco FB, Finca la Cantera y Chivite Colección Vendimia tardía sublimes vinos para una magnífica cena. lo mejor la compañía. Solo un problema es un restaurante de fumadores
Web: http://www.hotelmaher.com/

De lo mejor de la zona sin duda, en todos sus aspectos. Sala amplia, mesas grandes y separación adecuada entre ellas.

El sumiller sabe lo que hace y lo que dice, ofreciendo calidad, y si es de la zona mejor aún.

Empezando con unos pimientos del cristal templados, ricos, ricos, unas alcachofas y unos esparragos que mas que verdura son crema con forma de verdura

Seguimos con carnes, pero hago especial puntualización en el cabrito de la sierra (Moncayo) sabroso, jugoso, apetitoso, de relamerse.

Bueno tambien el pan, solo de dos clases, pero bueno.

Solo quedó sitio para un sorbete, y una pena por que la carta de postres tenía una pinta...

Visita obligada.

En esta nuestra segunda visita hemos vuelto a tener una experiencia sumamente agradable. La cocina es de alto nivel, con una carta en la que la gastronomía navarra actualizada está bien presente. De aperitivo una pequeña tarrina de foie con frutos secos, para continuar con verduras de temporada con tataki de bonito (aceptable, aunque hubiese sido deseable un rebozado de las hortalizas más liviano), migas de pastor con moscatel escarchado (la rusticidad llevada a lo más alto del sibaritismo), bacalao ajoarriero con gambas y pimientos del cristal (excelente producto, aunque la elaboración no llega al sobresaliente), cabrito moncaino asado sobre ceniza de olivo (sublime). Como postres soufle de chocolate con helado de avellana (muy rico) y tarrina de chocolate blanco con naranja (bien, sin más). Respecto al vino, todo está a un buen nivel (carta, copas, servicio...), aunque los precios son algo elevados, comparados con otros restaurantes. Pedimos Finca la Cantera de Santa Ana 2004 (41 €), que ha resultado ser uno de los mejores vinos que he probado en mi vida. Precio final muy competitivo (135 € dos personas).

En el centro de Cintruénigo, pueblo famoso por sus verduras y por contar con la bodega Chivite. Decoración clásica con gran comodidad en la sala así como excelente climatización –contando con que está en un sótano-. Magnífico montaje de mesa con copas perfectas, cubertería y vajilla de lo mejorcito. El servicio impecable, amable y muy preparado. Carta de vinos completa y con muchas referencias de la zona, el sumiller a tono con el restaurante, una persona muy preparada y con un gran conocimiento de lo suyo. La cocina es impresionante, tiene 2 menús de degustación, el moderno y el de la tierra ambos con precio competitivo y muy buena pinta. Los platos muy elaborados y con puntos de cocción ajustados así como con materias primas de 1ª categoría como ejemplo: timbal de huevos pimientos del pontigo y patatas de sartén, ventresca de atún toro a la parrilla con sal gris y sandía ahumada, arroz de secano socarrao con pulpo asado, cilindro de naranja espuma de limón verde y mango, chocolate con churros….y así un largo etc de uno de los mejores restaurantes de España. Precio 75€ xp con Finca la Cantera 2004. Ya lo conocíamos y prometemos volver.

He cenado hace unos dias con unos compañeros y todos coincidimos en que el lugar merece la pena visitarlo, cuidada decoracion y en especial toda la vajilla. La comida se nota que esta al dia y en constante evolucion. Exquisitos guisos, a destacar las verduras y comida de la zona como las migas. Los postres buenisimos y encuanto al servicio de vino muy correcto, carta espectacular de todo tipo de vinos. Ademas nos enseñaron las nuevas instalaciones de salones y discoteca, que lujo para los usuarios de estos servicios, si podeis pedir que os lo enseñen.

Para mí, uno de los mejores restaurantes en los que he comido últimamente. El espacio es muy agradable pero quizá la luz, un poco mortecina, le daba una atmósfera un poco apagada. La cocina excelente, en especial el postre. Carta de vinos amplísima. Tomamos el que ofrecían en el menú degustación básico (25€) y era riquísimo.

Local muy cómodo y confortable. De estilo tirando a clásico. Cocina de la tierra, equilibrada y con toques de modernidad y creatividad. Platos sabrosos pero algo faltos de chispa. El servicio de mesas es distante y algo apático, nada familiar. Carta de vinos espectacular, con multitud de referencias nacionales e internacionales. Precios en general correctos, con atención y precios especiales para los vinos top de la tierra. Buena cristalería y buen servicio del vino. Estupendo lugar, donde el trato al vino es impecable y respecto a la comida, habría que poner un poquito más de alma en el plato y en el servicio para llegar a explotar. Buen precio en cualquier caso. 40€ sin vino.