Pues estábamos en Moncada visitando a unos amigos y como la mayoría de restaurantes que queríamos ir no habrían martes noche, decidimos buscar en Verema.com restaurantes próximos que teníamos cerca.
Vimos este Restaurante Castillo, que además aparecía como destacado en la web, y sin cortarnos (siendo casi las 22:00) llamamos para que nos hicieran hueco para cenar a las 22:30. No nos pusieron ningún problema, indicamos que éramos 4 adultos y 1 niño.
Al llegar al restaurante, teníamos la mesa ya preparada, incluso para el niño habían preparado una silla más pequeñita y alta (aunque al final se cogió una silla normal, porque el niño está un poco crecidito).
El local tenía una pinta bastante nueva/renovada, todo limpio y en su sitio. Tienen varios menús degustación, un menú con tapas o puedes pedir a la carta. Nos decantamos el menú largo y para el niño un plato de carne (brochetas de carne con patatas).
El menú degustación eran 4 entrantes
Ajoarriero, es una comida que no me gusta, pero anoche me la comí sin problemas (eso dice bastante).
Chipirones y sus patitas rellenos de habitas baby y jamón, sabroso.
Alcachofas rellenas de morcilla. Me recordaba a esas empanadillas a la plancha que hacen los japoneses, pero con ingrediente made in spain como la morcilla. Delicioso, habría comido más.
Pastel de calabacín, creo que llevaba algo más, pero no recuerdo el ingrediente. Estaba muy bueno.
Pedimos vino, un Mestizaje 2010, nos advirtieron de que lo tenían algo frío, pero no nos importó y cayó sin problemas la botella.
En los platos principales iban uno de pescado y otro de carne, como 2 personas no toleraban bien el pescado, preguntamos si se podría cambiar por otro plato de carne. No hubo problema.
En un mismo plato nos sacaron los dos tipos de carne, unas brochetas de ternera joven y verduras a un lado, y al otro lado tiras de ternera algo más mayor. Se notaba la diferencia de sabor entre una y otra, pero tampoco sabría decir cual nos gustó más, porque eran diferentes. Entre la carne una buena cantidad de patatas.
Aún quedaba algo más...y fue toda una sorpresa. Resulta que los propietarios del restaurante se ve que tienen también una pastelería en el pueblo (nos lo dijo el camarero) y que los postres que hacen están muy buenos. Y lo estuvieron!
4 postres en total para compartir, la cantidad era suficiente para probar bastante de cada uno de ellos.
Brownie de chocolate, con el relleno de chocolate muy caliente.
Una "piscina" de vainilla con "flotadores" de chocolate, era curioso porque el chocolate te explotaba en la boca. En su web las llama "croquetas líquidas de chocolate", creo.
Souflé de avellana con helado de limón.
Souflé de chocolate caliente con helado de vainilla.
En los postres no hubo consenso, porque a cada uno nos gustó uno diferente.
No sé si fue por decir que habíamos visto el restaurante en Verema o que, pero con los postres nos sirvieron una copa de cava a cada uno (al niño no, claro).
La verdad que ninguna queja en esta salida, sorprende descubrir sitios así en pueblos tan pequeñitos y tranquilos.