Primera visita al que se supone una de las referencias gastronómicas de Cartagena. El martes 9 de febrero reservamos mesa para 6 para el sábado 13 de febrero. Primera sorpresa cuando llego al restaurante, mis amigos ya habían llegado y me pasan a un reservado, que de reservado tenía poco, era como una sala donde almacenan cosas que no usan (una tele vieja sillas, etc) estabamos fuera del salón principal porque según la jefa de sala habían muchas parejas y prefirió colocarnos en una zona "distinta", me sentí bastante mal, porque nuestra mesa era una mesa para 20 personas la cual habían montado con mantelería y cubertería para 6, la sala no tenía nada que ver con el restaurante, ni suelos de madera, ni paredes decoradas, ni luces indirectas, ni nada por el estilo, vamos un 0.

Recuperados del golpe nos disponemos a elegir el famoso menú sorpresa, cuando pedimos los vinos, segunda decepción, en tintos elegimos hasta tres vinos porque según los pedíamos no les quedaban (Baigorri reserva, 27€ o un ribera de duero crianza, que no recuerdo pero de 25€)amén de los que en la propia carta ya estaban con una señal que quería decir, que tampoco quedaban, así que el destino nos llevó al Arroyo crianza 2006-18€ que fue el que nos "obligaron" a pedir, antes pedimos un Waltraud de 19€, bien de temperatura y bien servido (hasta que se olvidaron de nosotros y tuvimos que servirnoslo nosotros mismo ya que estaba en una enfriadora al lado de la mesa y por nuestro "coqueto"salón no pasaban)

Pasamos al menú: 1ºgambitas con salsa oriental fresco y ligero con un toque picante 2º bombon de foie muy original y cremoso 3º preñaito d setas con salsa de coliflor bastante bueno 4º pasta (spaguetti muy finos) calamar en su tinta lo mejor 5º ensaladita de verduras con jamon de pato, normalita 6º carrillera de ternera con salsa de vino acompañado verduras y pure, sin comlicaciones POSTRE soufle con manzana y helado de vainilla con cama de piña, muy bueno. La verdad es que todo muy bien en general, la pasta gustó mucho así como las gambas por el contraste de sabores. PRECIO: 51€/comensal.

Sinceramente creo que el precio pagado y el servicio recibido no se corresponden, en este apartado bastante decepcionados, nos sentimos marginados del resto y con la sensación de que estorbabamos. En cuanto al precio pagado y la calidad, originalidad y presentación de los platos si justifica el precio bastante bien.

Si vuelvo intentaré que nos coloquen en el restaurante.

He estado en varias ocasiones(10 aprox.)y siempre salgo satisfecho.Casi siempre he comido a la carta,pero debo reconocer que cómo disfruto más es con el menú sorpresa(6 delicias y el postre).Excelente género y exquisita elaboración.Para los amantes del vino,posee una más que aceptable carta de ajustados precios, con vinos desde económicos hasta el más caro de España(Pingus).Copas Riedel y cubertería clásica.Magnífico ambiente para disfrutar relajadamente.

Desde luego la mejor opción gastronómica de Cartagena y alrededores.Para mí que me acerco desde Cabo de Palos es una lastima que cierre en agosto dada la escasa oferta de restaurantes interesantes de la zona.Poco que añadir al primer comentario buen menu sorpresa,extraordinario el carpaccio de pulpo y magnifico el flan.Carta de vinos muy interesante con alguna joyita y precios comedidos,copas adecuadas y buen servicio.Precio medio 30-35 Euros+vino+iva.

Restaurante ubicado en el bajo del Hotel Alfonso XIII aunque no depende de él,con entrada propia. El cocinero un clásico de la ciudad. Su propuesta es innovadora y sorprendente. La carta no es significativa ya que los clientes se decantan por el llamado Menú Sorpresa (30€+iva sin vino), abundante y rico, el mejor producto con influencias europeas y orientales que se dejan ver en pequeños detalles de las recetas. Magnifico el pescado y de lujo los postres. La carta de vinos importante, dos ofertas una de vinos llamados normales y otra de grandes vinos (La Ermita, Pingus, Vega Sicilia, Margeaux, Lafitte, etc.) a precios a veces sorprendentes.Más de 100 referncias Buenas copas y servicio amable. Imprescindible en la ciudad.