Aquí no se queda con hambre, ni Dios. jejejeje

Bueno, a ver como empezamos, el sitio ya lo conocía por haber estado en el restaurante principal "El Casablanca" en diferentes bodas, entramos en un salón especial destinado a ser "El Taller: de Casablanca", mesas grandes con una decoración entre rústica y moderna, muy separadas unas de otras para crear ese ambiente más privado, el camarero, un señor muy simpático, nos recibe el gran sumiller de la casa Juan Luis, tomamos asiento y ya desde la mesa atisbábamos en una mesita cercana una disposición de botellas de vino y decantadores en uso que nos auguraban lo que sería una noche memorable.
Empezamos con un jamoncito de bellota, delicioso, acompañado con un bol de tomate rallado y una selección de 3 aceites con sus respectivas botellas en mesa "Cornicabra, Picual y Arbequina" creo recordar, para maridar con unas rebanadas de pan tostado a nuestro gusto, y llega la primera sorpresa: un decantador que llevaba unas horitas descansando La bota de fino nº7 "Marcharnudo Alto" D.O.Jerez-Xerez-Sherry, que acompañó muy bién cada bocado de estas exquisitas catalanas. Yo con dos platos de jamón de estos ceno, jeje, lo que nos esperaba...
Seguimos con las tonterías de la casa, que es como definen ellos a los primeros aperitivos, chupito de mandarina con vodka, "amargosillo" para limpiar el rastro del jamón, chips de tubérculos "originales (zanahoria, boniato, platano macho, yuca etc...)"
de repente oigo algo burbujeante en unas copas, oh no¡, ya está aquí, el champagne Billecart Salmón Brut Reserve, pero que bueno que está, seguimos con croqueta de xangurro y rosquilla de trufa blanca, la croqueta riquísima y la rosquilla original, "chissss, yo seguía metiendole mano al jamoncico con la rosquillica" era por probar como maridaba con el champagne, proseguimos con una tosta de aguacate con anchoa del cantábrico, memorable, una simple anchoa que recordaré como la mejor que he probado nunca, viene una navaja sobre praliné de almendras, un plato diferente en cuanto a sabores distintos mezclados, rico, ya habiamos dado paso al Pazo Piñeiro, un albariño D.O.Rias Baixas, muy golosón que entraba sólo, ostra a la brasa escabechada, un plato muy original, la ostra tremenda de tamaño con una tersura perfecta y un sabor a mar al final exquisito, eso si para tomar una sóla, porque osino terminaría cansando, Vieira a la plancha con humus de foie y calabaza asada, tremenda vieira, yo creo que era la más grande del lote, jeje, la vieira estupenda, justo en su punto de cocción, el acompañamiento no me gustó, pulpo a la gallega con crema de patata y pimentón, el pulpo en su cocción óptima, una textura muy correcta y una presentación muy original, tanto que al principio asusta y te preguntas ¿Pero donde está el pulpo?, mientras Juan Luis daba meneito en el decantador a un Domaine Jamet 2005 (Côte-Rôtie), aparece para mi el plato estrella, caldero del mar menor con lubina salvaje, expectacular, que sabor, que textura, que pescado, ya tengo pensado ir un dia, sólo a degustar un sobervio caldero de estos, pero viene ya el postre ??, pues no, seguimos con un huevo pochado a baja temperatura sobre migas con chistorra, panceta y espuma de ajos tiernos, plato correcto, pero bueno, y ahora el único cero de la noche, si un cero, las cosas como son: -Sopa de moluscos y menestra, plato demasiado suave a estas alturas, con verduras practicamente crudas y los moluscos muy sosos, bueno, no desesperemos, que nuevamente llega el camarero con una vaca al carbón de encina, sobervia, que ternura, que sabor, con selección de sales "Rosa, negra y maldon", y ya dabamos cuenta de ese maravilloso tinto, redondo, perfecto, pero vienen ya los postres??, que nooooooo, bueno, la cena todavía nos deparaba una sorpresita, una tabla de quesos fabulosos, un francés, un inglés y un español "de zamora, viejo", y no es un chiste..., los disfrutemos con otra sorpresa que tenía Juan Luis preparada: -Amontillado tradiccíon VORS de más de 30 años D.O.Jerez-Xerez-Sherry, bueno a estas alturas, mejor prescindimos de los postres, empezamos otra vez, el primer postre bebible, menos mal, -La bota de Pedro Ximenez nº12 Montilla Moriles (D.O.Montilla Moriles), como teñía la copa y como se desliza por garganta, un momento para recordar, y llega el postre principal, crema de arroz con brownie de chocolate y helado de frutos rojos, una combinación fresca, original y ya no podiamos más, cuando nos ofrece un cava, del señor de Artadi, que esa noche estaba ahí cenando y había traido para probar pues era un cava experimental, pues vaya privilegio que tuvimos en probarlo porque estaba de muerte, algo totalmente diferente, incluso llegó a ofender a la copa de al lado con un culín de Billecart Salmón, que disparate, con suerte dentro de uno o dos años lo podreis probar vosotros también, jeje, bueno esto ya se a terminado nooo?, a no espera, los Petit Fours "galleta de chocolate blanco, trufa de chocolate y copa de mermelada de zanahoria con chocolate y mas cosas" los cuales ya no pude ni probar porque no me cogía más, menudo menu degustación, como mencionaba al título, "Aquí no se queda con hambre, ni Dios". 2 cafés Barroco, y un GT para compartir de Citadelle con "Nordic", vaya otro fallico sin importancia, indiscutiblemente lugar totalmente recomendable, y unas personas de una calidad humana excelente, decir que compartimos la copa con la compañía de Salva, que es estupendo, desde aquí un abrazo amigo, y que decir de Juan Luis, que desempeña su trabajo con mucho amor al arte, a su arte, los vinos. El precio que pongo es del menú degustación, y el precio total de los vinos fué P.V.P: 90€, ya el descuento no lo digo, jeje.