Local pequeño adaptado a las estrechas casas de la arquitectura popular de Albarracín.

Aprovechando la temporada otoñal degustamos:

* Carpaccio de Boletus Edulis.
* Setas lengua de gato gratinadas con queso de cabra.

Plato principal: * Ragut de ciervo con trompetas de la muerte y trufa.

Postre: * Moixavena sobre fondo de natillas.

Bebida: Cervezas y Vino Borsao Selección.

Servicio rápido y atento. Buena carta micológica, ahora en temporada otoñal.

Discrepo de los comentarios de hace años. Ahora, al menos, buena comida, buena RCP y servicio rápido.

Cena un viernes santo en el precioso pueblo de Albarracin.Imaginaros un pueblo tan turístico y el plena Semana Santa,reserve dos días antes,esta claro.En estos sitios tan turísticos te puede salir cara y cruz ya que lo tienen todo vendido.Por suerte me salió cara.

El espacio,con decoración cuidada con toques cremosos pero sin ignorar la piedra.

Pedimos para ir haciendo boca:

Croquetas de boletus,Ricas,pero sin más.

Migas con uvas rojas.Muy sueltas y ligeras.

Cordero ternasco al azafrán.Horneado perfecto,meloso y equilibrado con el sabor del poderoso azafrán por debajo.

Ragout de jabalí.Muy bueno.Guiso bien condimentado con mucho sabor y una carne melosa.

Postres:

Flan de queso de Albarracin casero muy rico

Mantecado de Albarracin relleno de crema pastelera.El mantecado muy fino y la crema pastelera muy rica.

Se acompaño con una garnacha de la zona con carácter Evohe viñas viejas.No tienen una selección muy grande pero si tienen cosas para elegir de diferentes zonas.

Mi hija se tomó una sopa de fideos que se la término y luego dos bolas de helado.

Abajo del comedor tienen una pequeña barra donde se pueden consumir gran cantidad de platos además de una interesante selección de destilados.

Recomendable.

Cenamos bastante bien teniendo en cuenta que estás en un pueblo de Teruel. La verdad es que estaba un poco asustada tras los comentarios leidos.
Tomamos, para el centro ensalada de Perdiz (buena) y croquetas de boletus (regulares) y de plato principal lomo de ciervo (tierno, muy bueno)y cuchifrito (muy sabroso). El postre nos pedimos la Almohabena (o algo así,el tipico de allí) no lo recomiendo,es un super profiterol con nata industrial.
Carta de vinos correcta y buenos gin tonics.
El local, está bien, rústico pero agradable, falla el color de las paredes y las flores de plastico decorando las mesas.
Lo mejor las carnes.

Habia estado hace unos 4 años y no me disgustó. Aunque en las criticas de Verema mas recientes habia altibajos nos animamos a ir a cenar. Viernes. Al llegar solo una mesa ocupada. Luego se llenaron otras 3... afortunadamente solo 5 mesas con parejas todas ellas. Y digo afortunadamente porque aunque el servicio no se demoró mucho solo habia una persona para atender a todos. Amabilidad la justa. La decoracion habia cambiado desde la ultima vez y el comedor ya no es rustico sino mas bien moderno con algun toque de rusticidad que permanece en la escalera, vigas, etc. No resulta desagradable aunque las mesas estan muy juntas. Pedimos para compartir:
- media racion de ensalada de perdiz con nueces: buena
- migas con uvas: insulsas

de segundo queriamos cabrito asado y tras consultar con la cocina ( un poco teatral la consulta) nos dijo la mujer encargada de la sala que acababa de salir del horno. Era un cuarto para dos bastante correcto de asado pero tampoco espectacular.
DE postre una almohabana (rosquilla hueca tipica) que alli preparan rellena de nata y con chocolate por encima. La verdad es que estaba bueno aunque la elaboracion sea mas bien industrial.

El vino se limitan a abrir y dejar en mesa. Pedimos un Lalanne crianza que estaba bien . Sin mas.
La RCP alta para lo que dan,

Teníamos ilusión por ir, y no nos ha defraudado. Cocina y trato muy familiar, con platos típicos de la zona, así como también cocina algo más elaborada.
Nuestro menu, a la carta consistió en Jamon D.O. Teruel, Croquetas caseras, Migas de "mi" abuela, Sopa de Ajo y Ciervo a las dos mermeladas. De postre, más variedad, éramos 4 personas y nos pedimos borrachitos al ron (excelentes si te gusta el ron dulce), Almohábanas de Albarracín (por tamaño, mejor compartir), Natillas Caseras (bueno, natillas) y Piña Natural.
El local es pequeño y muy acogedor, sobre todo si tienes la suerte de estar en una zona que hay justo no mas subir las escaleras, para 10 personas bastante bien. El resto del local no dejo de reconocer que es un poco apretado el espacio.
Trato excelente y bodega, para mi gusto, suficiente, pedimos un Protos Roble.
Precio por persona indicado, incluido café, agua y pan y compartiendo los dos primeros y el Ciervo.

Restaurante pequeño como todos los de esta pueblo, donde las mesas estan bastante juntas unas de otras, la comida bastante aceptable sobretodo el revuelto de la casa, el lomo de ciervo a las dos mermeladas y el lomo de jabali. El servicio del vino lo único que hacen es abrirte la botella y servirte el vino a buena temperatura ( me di cuenta que cada mesa tenía unas copas diferentes), probamos un borsao crianza que estaba bastante bueno " no quedo ni gota en la botella". Buena calidad precio y sobretodo si pasas una agradable velada.
El único inconveniente en este pueblo es que tienes que estar hábil porque como los restaurantes son pequenos y no tienen muchas mesas tienes que reservar lo antes posible porque o sino te puedes darte una vuelta al pueblo para buscar restaurante.

Local pequeño pero muy agradable, bonito, trato familiar y acogedor, y una comida tradicional muy sabrosa que recuerda gustos de toda la vida. Comimos un conejo de caracoles de chuparse y una borrajas con almejas muy buenas. Descubrimos por recomendación del local un vino de la zona, el Venta Daubert, bastante bastante bueno. Fue una buena noche.

Local pequeño en el que meten con "calzador" a más gente de la deseable.Después de tener la reserva realizada, nos hicieron esperar 20 minutos.Una vez realizada la comanda, nos trajeron el vino solicitado abierto, tampoco se molestaron en servírnoslo.De los 2 platos principales que pedimos uno estaba muy rico, ciervo a las dos mermeladas, en cambio el otro, maigret de pato, no se lo recomendaría ni a mi peor enemigo.Los postres fueron correctos.

Mi experiencia en el Rincón del Chorro se remonta a hace varios años, pero veo que las cosas no han cambiado demasiado. Buena comida (jabalí, pero detalles muy feos: el servicio metiendo prisa para colocar otra mesa tras nosotros, cafés en la barra, como se ha dicho, trato distante... Repetiría sin duda por la comida, pero no lo haré porqué no se lo merecen en todo lo que se refiere al servicio.

La comida fue excelente, con una rabo de toro que hacia siglo que no comia, el vino, adecuado y perfectamnte conservado, el postre sabroso, y el servicio muy amable. Donde coincido es en la cristaleria, pero el sitio, en genral me aprecio muy recomendable. Estuve varios dias por la zona y fue el mejor sitio sin duda