Hicimos una de las muchas cenas con los amigos en Navidad, y la verdad que nos esperamos otra cosa. Conocemos el cafe saigon y la verdad que nos gusta mucho, y decidimos conocer este al pertenecer al mismo grupo, pero nada que ver. Lo bueno fue que nos metieron en un salon privado, y muy bien. Pero la comida fue bastante escasa. Al ser tantos pedimos varios menus degustacion, y bueno bastante normalito.

Restaurante de ambiente agradable,situado en pleno centro de Madrid, cerca de la Puerta de Alcalá en el que para no complicarnos la vida pedimos uno de los menus degustación que tienen, concretamente el menu Szetchuan. Empezamos con rollitos picantes que no picaban, ensalada de fideos transparentes que curiosamente sí picaban, buenos dim sun a la plancha y gambas con pimienta, original ternera picante y crujiente, y postre de frutas exóticas, en genera aceptable. La carta de vinos era escasa y cara, tomamos Marques de Tomares crianza 2004, con aromas a frutas, vainilla y canela, plano y correcto sin más. El servicio un poco distraído.

Hacia unos meses que no pasabamos por este local, es verdad que le teniamos en un chino distinto, pero desde esta semana hemos cambiado nuestro criterio.
Ruidoso a mas no poder, las entradas compartidas reducidisimas en cantidad, los segundos excepto el pato crujiente, pequeñas y mal condimentadas, esperas muy largas entre los distintos comensales, los postres sin ninguna mención, estabamos 9 personas en una mesa de forma irregular en la que no cabiamos practicamente.
Servicio despistado e inexperto.
La carta de vinos corta (como siempre) y muy alta de precios.
Se convierte en una "chinada de barrio" (con todo el respeto por los chinos de barrio).
Precios altos, salimo con hambre y pagamos, con solo dos postres y 3 cafes, 55,00€/persona.

Desde la entrada se ocupan de borrar el clasico concepto de "restaurante chino" dado lo asequible de sus precios. decoracion minimalista y calida, atencion y presentacion cuidada, sabores logrados y carta sugerente. no aspiremos a encontrar una seleccion de vinos mas alla de lo habitual, pero si saldremos muy satisfechos del resto. dejate aconsejar por el servicio si no estas seguro de lo que quieres, algo probable cuando le eches un vistazo a la carta porque te apetecera probar de todo

Una decoración cuidada como la del restaurante debe ser mantenida, porque la sofisticación grasienta o maloliente no existe.

Los platos dan un poco de ser elaborados por una factoría industrial y aunque guardan el sabor, debieran estar más personalizados.

El servicio, siendo bueno, si anda siempre con prisas da cierta sensación de agobio. Es un sitio de moda, que no estando mal, no es lo que yo llamo un "sitio redondo".

Se trata de un restaurante de comida china autética, en el que cada plato tiene un sabor distinto. De cuidad decoración. Creo que merece ser visitado para poder conocer la comida china.

Es muy recomendable el menú del mediodía por su buena relación calidad-precio(15€) , que incluye entrante, primero, segundo, postre, una copa de vino, agua y café. El pato crujiente está muy bueno.

La carta de vinos no es muy extensa. Las copas son correctas.