Restaurante La Huerta en Lleida
Restaurante La Huerta
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
43,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
43 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
4.7
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.0
Comida COMIDA
5.4
Precio medio entorno ENTORNO
4.6
RCP CALIDAD-PRECIO
3.7
Opiniones de La Huerta
OPINIONES
5

Eso indiferente es mi opinión de este restaurante,sí otra vez estoy por la.zona y no tengo.otra opción volveré pero sí.no.hay.ninguno.más,sitio correcto,servicio normal,comida normal,nada que decir malo ni bueno,correcto.el jefe algo altivo no ayuda en absoluto a nada.40 euros pp

Y es que, si me preguntasen si lo recomiendo, no sabría que decir.

Parada de regreso de un fin de semana en la playa, al no tenerla prevista, tiramos de guía, la cual definía el sitio "asador con brasa presidiendo la sala, caracoles a la Llauna, precio medio 25€, ". Prometía.

Situado enfrente dle Palacio de congresos, el exterior es extraño, por su estética, más próximo a un bar que a un restaurante, una vez dentro, el aspecto mejora, aunque parece ue sigue queriendo mantener cierto aire de bar, pese a no disponer de barra a la entrada. Tiene pinta de haber sido restaurado recientemente. Como bien dicen, la brasa/asador queda a la en primer plano en el comedor, dejándose entrever la cocina que hay detrás, techos decorados con azulejos de resultado aparente, el resto de la decoración brilla por su ausencia, ya que se aprovecha el espacio al máximo, mesas casi corridas. Servicio y personal (especialmente por parte de los que parecen ser encargados) seco y distante, nada que echarles en cara, eso sí, pero ni el más mínimo gesto de cordialidad, ni una sonrisa que poder "reprocharles".

Servicio del vino discreto en general, carta de diversidad razonable para tratarse de un asador, coperío flojo, temperatura del vino buena. Pedimos un Viña Pomal (11 €), y completamos con un 3/8 de Muga a más de 12 € para 6 personas (la carretera nos esperaba).

La comida, como se ha comentado ya es tradicional de asador, con algún plato añadido, pero las carnes (solomillos, entrecottes, codornices ...) a la brasa y asados, dominan la carta. De primero sacamos a compartir un par de ensaladas catalanas, normalillas para los 10 € que costaban, un par de revueltos de gambas (a unos 12€), que tampoco dijeron gran cosa, y un par de llaunas de caracoles (a 13 € cada una), que si bien estaban buenos, les sobraba algo de pimienta, y un alioli bastante insulso. De segundos, yo me decanté por el cabrito al horno (alrededor de 20€), en su punto, y buen producto, ración generosa (no como en los primeros, que para el precio andaban un poco justas), algo escaso de sal, y de nuevo un pelín sobrado de pimienta, acompañado de patatas fritas (¿¿??) y un par de champiñones a la brasa. En lineas generales entre correcto y bien, sin enamorar ninguno de los platos, por una cosa u otra.

Con postres (normaluchos) y cafés. 43€ por barba, casi sin vino, resulta tirando a caro.

Fuimos como no a comer caracoles a la llauna, pedimos escalibada, setas a la brasa caracoles para compartir, estaban buenos, pero los he comido mejores en Girona, no estaban suficientemente limpios para mi gusto. Nuestras acompañantes pidieron filete y realmente era deliciosa, suave, tierno, se deshacía en la boca, . Pedimos uno de los vinos de la casa, DO Costers del Segre, lo sirvieron a temperatura ambiente, y no tuvieron ninguna pega en traernos una cubitera, tras 7 minutos lo servimos y estaba realmente bueno, suave, frutal y con un punto mineral, equilibrado y invitante. El postre no estaba a la altura, pedí crema catalana como siempre que hay, y me decepcionó, tenia una corteza enorme de crema seca, y el sabor era a maicena, no tenia huevo. Nos costó 35 € por cabeza, si tenemos en cuenta que de los 4 que éramos tomamos, vino de la casa, 6 primeros , 2 segundos y 3 postres, 4 cafés.

Quizás los más célebres caracoles a la llauna de Lleida, y con razón. En su punto, perfectos de textura y sabor, acompañados de un all i oli demasiado suave para mi gusto. En cuanto a los segundos, y siendo muy generosos, podrían calificarse, a lo sumo, de "discretos". Carta de vinos suficiente y a precios razonables, aunque su servicio deja que desear. R.C.P. poco satisfactoria. Pero coincido con el comentario anterior: por los caracoles, vale la pena la visita. La próxima vez, pediré caracoles de primero -como siempre- y, para variar, de segundo repetiré caracoles. Y punto.

Bar-restaurante muy sencillo, popular, ruidoso y con las mesas muy juntas. Con cierto aspecto de taberna de lonja, pero limpio y aseado. Cocina de mercado. Carnes, pescados, verduras y hortalizas en cocciones rústicas y tradicionales. Brasa de leña a la vista de donde sale una excelente escalibada (pimientos, cebolla, tomate y berenjena asados) y unos excelsos e insuperables caracoles a "la llauna", en su punto. Raciones generosas. Servicio rápido y muy atento. Extensa carta de vinos, todos nacionales y básicamente centrada en caldos de todas las D.O. catalanas (sólo de cava hay más de 50 referencias), a buen precio (tienda x 1,5). Disponen de copas grandes (demasiado simples) y el vino tinto sale caliente, pero no dudan en enfriarlo con cubiteras, si lo solicitas. En general y atendiendo al estilo del lugar, el trato y servicio del vino no decepcionan. Muy recomendable. Auténtico y sin pretensiones. Sólo por los caracoles (el plato estrella ) merece la pena visitarlo (los si

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