Casa Irene acumula experiencia y de la buena. Tiene enjundia, maneras , profundidad , historia y saber hacer..se percibe casi de inmediato. El servicio, la distinguida y amable naturalidad del trato, el encuadre, esto es algo que no se consigue en un día ni en un año. Muchos comensales con posibles que de alguna manera construyen y diseñan al propio restaurante. Creo que en este sentido , es de los grandes. Tomamos un menú degustación con mucho vino incluido por 70 y tantos euros. Mi opinión.... en conjunto me satisfizo. Cantidad, cierto desorden , guiños excéntricos , algún lujo innecesario y contundencia para que nadie diga que no se come mucho y bien..y con clase...a buen entendedor sobran palabras...Por supuesto hubiera cambiado muchas cosas del menú..para empezar el orden.. pero sabía a lo que iba y encontré lo que buscaba y disfruté...no dio para más y el más tampoco fue bueno.

Fuimos dos parejas con unas expectativas muy altas y las cumplió.
De primero tres ollas aranesas buenísimas a destacar la pelota de "carn d'olla "y una ensalada de pies de cerdo con foie.
De segundos dos rodaballos, un lomo de vaca alpina ( excelente) y jabato a la royale en camisa con foiegras de oca.

De postres tarta de manzana, una tarta de avellana parecida a Ferrero Rocher y otro postre de crema.

Para beber dos Abadia Retuerta selección especial y 2 aguas de 1,5 litros.

Copas Riedel y mantelería de hilo.

Atención muy buena por parte de los camareros y de los propietarios.

La verdad es que encontramos en el Valle de Arán esta maravilla de restaurante. Dentro de Artíes a pocos km de las pistas de esquí se encuentra este acogedor restaurante catalán que realiza una cocina aranesa pero con un toque moderno impresionante.Muy buena olla aranesa y execelentes carnes. Merece la pena si estás por la zona ir a degustar esos platos.Muy amable la gente y la dueña un encanto.Buena carta de vinos.El precio es sin vino.

Después de tantos años esperando, desde que conocí este rest. en internet, leer sus críticas, etc. Estábamos alojados en el Hotel Casa Irene. Reservamos una noche en el rest. Hay como 3 horarios distintos (08.30,09.00 y 10.15), sólo quedaba mesa a las 10.15. A la llegada al restaurante nos dimos qcuenta que no era lo q esperábamos. Un ir y venir de camareros con mucha prisa que te desconcierta desde el principio. Mal servicio de principio a fin. No entiendo lo de pedir el postre antes de empezar a cenar. Ninguna sugerencia por parte del camarero. Ni siquiera nos ofrecieron un menú especial para alojados en el hotel, y que luego vimos en la habitación... increíble!!! Pedimos 1ensalada para compartir, y lubina y solomillo como principales, un postre de chocolate (que no decía nada), un agua y vino Quinta de Tarsus (18e), todo por 120e.
la comida muy rica. Las raciones escasas, por no decir ridículas. El servicio del vino inexistente, pedimos que nos cambiaran las copas de "duralex" y nos dijeron que no tenían. En otras mesa, al salir, vimos otras copas un poquito + "potables".
Una verdadera lástima! Todo lo contrario de lo que nos encontramos en el hotel(crítica en el apartado correspondiente). Al hotel volveremos por 3ªvez, al restaurante, pensamos que no. Hay mejores opciones en Artíes.

Extraordinario. La verdad es que nos gustó muchísimo. Comimos a la carta, canelones de oca y verdura de temporada de primero y de segundo escogimos el jarret de vedella y el filet de bou. Si los primeros eran buenos y gustosos (los canelones exquisitos), los segundos ummm, increibles. La carne era tierna, gustosa, muy buena la verdad. De postre compartimos la tarta fina de manzana que es una receta tradicional que elaboran según indican en la carta desde 1978. De lo mejor que he probado en postres. El servicio muy muy amable y atento. No faltó nada ni tampoco sobró. En definitiva una experiencia altísimamente recomendable. Por cierto si vais en temporada alta o puentes no os olvideis de reservar. Nosotros quisimos ir el viernes en lugar del sábado y ya lo tenían completo.
42 euros sin vino y compartiendo postre.

Excelente. un trato increible, entiendo, ahora que he podido visitarlo, la fama que tiene.
calidad precio de lo mejor del valle de aran. tiene carta y dos menus degustacion. el menu cambia cada temporada, el cual viene acompañado de vino blanco y tinto de la casa.

Magnífico restaurante. Sin duda de lo mejor de Cataluña. Mezcla a la perfeccion la cocina tradicional del valle de Arán con la más imaginativa cocina de la cercana Francia.
Imprescindible visitar.
La carta de vinos no está mal, no es muy amplia pero si muy escogida.
Pero lo mejor de todo es el trato, sencillamente exquisito, personal simpatiquísimo y dispuesto a todo para complacer al cliente.