Otro buen local con estrella, cadáver en el camino. Su chef, Xanty Elías se traslada a Aljaraque a una nueva aventura, Finca Alfoliz con una cocina basada en la huerta local.

En Acánthum hay un deseo que prevalece sobre los demás . Ese deseo se convierte en una  obsesión tremendamente satisfactoria para para el cliente: dignificar y desarrollar el producto de Huelva. Y lo consiguen , vaya que sí. Excelente restaurante, en todos suus niveles. Una estrella con personalidad que como decía se empeña con éxito en mostrar y buscar la perfección con los productos y la cocina  de Huelva. Restaurante luminoso, acristalado , amplio y a la vez acogedor. Magnífico servicio, en la distancia justa, amable, servicial, educado y protocolario, nos gustó¡¡¡. carta de vinos , en el dichoso ordenador que siempre acaba generando algún problema, pero buena carta, diversa , con productos locales que buscamos y con un buen servicio del vino( siempre por la derecha). Excelente cocina, con sentiido cromático , texturas, delicadeza y precisión. Sabores nítidos, tras técnica depurada. Alguna excelencia como el choco con su tinta. Nuevos sabores , ( y ese pimiento asado con cebolla caramelizada, no degustado antes..uhmmm..). Castañuelas, gamba blanca, choco, huevas, atún y Huelva, Huelva, Huelva¡¡¡¡. Me faltó algún gran pescado y algún gran guiso de carne..pero es lo que hay. Ningún pero a la experiencia , fue grande 

Acudimos de celebración a este restaurante al cual recientemente galardonaron con una Estrella Michelín.

Solicitamos el menú degustación largo (71€/pax) a pesar de ser una cena, quedando satisfechos en cantidad, aunque no sobró nada... Intentan ir contando una especie de historia a medida que sirven los platos, relacionandolo con el viaje del Descubrimiento de América (actualmente celebración del 525 aniversario).

Respecto a los platos, hay algunos de gran nivel, aunque es cierto que otros se quedan un poco más atrás. Se centran sobre todo, y como no podía ser de otra manera, en productos de la zona, con buen trato y buen nivel.

Respecto al vino, el maridaje que ofrecen se centra en vinos también de la zona. Dado que teniamos que conducir después (además de gustos personales), optamos por pedir una botella de Recaredo Reserva Particular 2004 (61€, precio más que correcto).

El local es pequeño, pero decorado con buen gusto.

Y lo mejor, al menos desde mi punto de vista, es la actitud del personal. Encabezados por el propio Xanti Elias, en todo momento presente en la sala y sirviendo muchos platos, se percibe un trato muy agradable y muchas ganas de que se tenga una buena experiencia.

Si vuelvo (que volveré) pediré el menú corto, que también tenía bastante buena pinta.

¡Ánimo y a seguir así!