Fuimos a comer este domingo, puesto que una amiga de mi mujer se lo comento cuando lo abrieron. Una vez allí, hemos visto que no solo era un restaurante, pero eso lo podeis ver cualquier día que pases por alli. Respecto a la comida. Tienen un menú de fin de semana que hemos visto muy adecuado, y por el que hemos optado. El trato ha sido muy cortes y sincero.
La comida sencillamente perfecta, hemos empezado con un par de "entretenimientos" (salmonejo muy acertado y alubias blancas guisadas, ambos platos presentados con mucho gusto, y en cantidad suficiente para hacer una cata.
Como primer plato unas alcachofas de Tudela con jamón, y un surtido de 4 canelones de un calibre medio, perfecto para saborearlos. Las alcachofas exquisitas, y en cuanto a los canelones resulta dificil destacar uno sobre otro. La presentación correcta.
En el segundo plato entre las cuatro posibilidades, hemos elegido rabo de toro que estaba delicioso, cocinado en su justo punto, y acompañado de un garnacha granizado para beber, la cantidad era más que suficiente.
El otro segundo plato ha sido una porción de cochinillo que ha vivido diez horas en un horno caliente según nos han contado, lo cierto es que la piel crujiente era como caramelo quemado, el sabor óptimo, y la cantidad correcta (aunque siempre sabe a poco). El acompañamiento, una sorpresa que no voy a desvelar y que me ha dejado helado.
Sobre los postres, en la misma línea: han sido dos piezas, un cubo de chocolate con helado de naranja en su interior, y la otra una tartaleta conteniendo un chocolate negro de los que no se ven todos los días.
En resumen una cocina muy muy cuidada, sobre un producto de gran calidad y a un precio sorprendente. Entre semana tiene un menú de 19 euros que un día iré a probar.