Restaurante Taberna Alkazar en Valencia
Restaurante Taberna Alkazar
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
61 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
5.2
Comida COMIDA
6.5
Precio medio entorno ENTORNO
6.2
RCP CALIDAD-PRECIO
4.4
Opiniones de Taberna Alkazar
OPINIONES
13

Restaurante, un clásico, en el centro de Valencia que estos días de Fallas siempre se llena, pues está a 1 minuto andando de la Plaza del Ayuntamiento. Local que conozco muy bien ya que como todos los jueves con una peña taurina. La cocina es la clásica-tradicional: mariscos, ensaladas, arroces, pescados, carnes…
El ritual, al menos en mi caso, estos días de fallas es ir a la mascletá, comida y luego a los toros. Y aquí comimos mi mujer y yo el día 18.

Aunque dispone de 4 comedores (diferenciados) y terraza, a mi me gusta siempre comer en la zona de la barra, en las mesas de la taberna. Y aunque hay mucho griterío, el personal es muy familiar, atento y muy agradable.

Comimos:
6 ostras, muy buenas
6 almejas de carril, sabrosas
6 gambas rayadas de Denia, muy ricas y grandes
Lubina salvaje a la sal, fresca, jugosa y en su punto.
De postre una bandeja de fruta variada. Buena
2 cafés
La carta de vinos es correcta, pero no siempre hay existencias de lo que hay en la carta. Las copas también son correctas y el servicio se limita a descorche y servir de vez en cuando.
Tomamos Champagne Veuve Clicquot

El precio no contempla el champagne

Es un valor seguro en cuanto a la calidad de la comida y al servicio que es muy eficiente y atento. También es un valor seguro en que el precio será alto, quizás demasiado para los tiempos que corren.
Reservamos en la terraza pues en esta época del año la temperatura es muy agradable y los comensales que somos fumadores podemos "disfrutar" de nuestro vicio. Cambian la mesa de sitio y nos acomodan a nuestro gusto dando todo tipo de facilidades (lo que debería ser normal y no siempre ocurre así).
Mientras esperamos pedimos unas cervezas y tapeamos con un poco de jamón y caña de lomo (ambos de buena calidad).
Una vez todos reunidos empezamos pidiendo "blanquet" (regular, mal frito, gomoso) y calamares romana muy buenos (buen tamaño y excelente rebozado). Seguimos con unas ensaladas de bogavante maravillosas. Bogavante entero de buen sabor y carne muy firme con guarnición de verduras, y unas fresas riquísimas junto con aliño de vinagre (eso creo). Muy bien.
Seguimos con gambas y cigalas a la plancha. Para mi gusto mejor la cigala de buen tamaño y rico sabor, en su punto de plancha. La gamba sin estar mal era algo pequeña y quizás por eso quedó algo seca. Para rematar unos solomillos al centro con guarnición de patatas a lo pobre y patatas paja. Buena calidad de la carne que pedí al punto pasado y aun así estaba tierna y jugosa.
De postre nos ofrecen probar las fresas que acompañaban al bogavante pero flameadas con Cointreau y helado de vainilla ...obviamente aceptamos y debo decir que fue un acierto (quizás exceso de alcohol pero a esta alturas de la comida ya da igual).
Rematamos con cafés y algún chupito. También tomamos algo de queso para acabar con el vino.
En cuanto al servicio de vino decir que la carta tiene bastantes referencias pero como ocurre en muchos sitios no se preocupan de actualizarla lo que causa un mal efecto. Pedimos un champan que no tenían, pasamos a un cava que tampoco tenían y finalmente nos ofrecieron un champan que no estaba en carta (y lógicamente tenían). También pedimos para beber un tinto (Pago Carrovejas) y aquí acertamos a la primera. El servicio consiste en abrir y dar a probar. Sirven ocasionalmente (a veces parece que para rematar botella). Añadir que tienen una bodega grande y la carta de vinos tiene varias páginas de añadas especiales (aunque no se cuanto quedará realmente). Precios algo subidos sin pasarse mucho.
El resto de temas correcto, pan catalana rico, menaje normal y entorno muy agradable en la terraza. El servicio eficiente y con buena cara hasta pasadas las seis de la tarde que cerramos la larga sobremesa.
En resumen, cocina de producto de calidad a un precio alto y con un servicio muy atento. Para darse un homenaje de vez en cuando.

Soy Arantxa, una clienta que tuvo la una gran satisfacción con las atenciones prestadas por el servicio y en concreto con el camarero que me sirvió.
Tomamos un jamón excelente, unas gambas de Denia exquisitas y una lubina sensacional.
Los postres unas fresas flameadas. Todo muy bueno.
Precio y calidad.

Volveremos seguro!

La verdad es que es todo un clásico en Valencia.
La atención es impecable....llevamos mucho tiempo yendo y por lo vistgo en otros comentarios puede ser la diferencia, no lo se. Demasiado centrico y mucho bullicio.
Mariscos frescos frescos y de calidad. Ibéricos buenos.
El pan con tomate se sale, mas pan camarero....mas pan camarero!!!!!!
Mi experiencia siempre es buena en la taberna alcazar. Volveremos!!

Con el tìtulo,creo que ya està todo dicho.Cocina de producto normal,precio carìsimo, y eso sì, està cèntrico y los camareros han cambiado,porfin,el uniforme.Ahora es màs discreto.
Claro que,comparado con su vecino,bellotari,es una catedral.Por lo menos aquì,los camareros no gritan ni discuten acaloradamente.
Ay......! los fijos indefinidos,que decìa un comentarista precedente.....!

No quisiera extenderme mucho ya que lo bueno, si breve, dos veces bueno.
Salón privado. Mesa para 15 personas (Cena empresa)
Menú preseleccionado por 45 € por pax (Solo me limito que no entiendo cómo en un lugar con la solera de esta taberna que históricamente ha tenido, pueden presentar patatas con huevos por encima estilo a lo pobre, empanadillas, croquetas que aunque caseras no entiendo a qué altura nos tomaron, cerveza en jarras... y vino "Coto D'arcis" por favor!
El plato fuerte constaba den carne trinchada por lo que cada 4 personas salíamos a un pequeño trozo por comensal.
Muy flojo, postre flojito flojito.. (helado)
Nos invitaron a unas botellas de cava (Torre Oria) que por supuesto se quedaron abiertas encima de la mesa.
El local me pareció antiquísimo.. yo creo que no han movido un ápice lo que había hace 30 años. Mesas muy juntas lo que supone una molestia para los comensales del otro comedor y el baño da miedo.
Como curiosidad, el uniforme de los camareros da pena. Pantalón azulón con corbata azulona (nudos mal hechos) y camisa blanca. Además ese estilo de camareros de toda la vida del mismo sitio... los que yo llamo fijos indefinidos que para que los echen habría que vender el local para pagar la indemnización...
madre mia! Yo no vuelvo ni loco.
Anécdota: LOCAL CÉNTRICO!

Me voy a limitar a narrar hechos objetivos, permitiéndome hacer valoraciones personales entre paréntesis:
Fuimos dos personas a cenar el día 14 de Febrero. Como consecuencia de nuestra falta de previsión -empezamos a llamar para reservar a eso de las siete de la tarde del mismo día-, nos costó encontrar restaurante; y después de llamar a cuatro o cinco, nos dieron mesa en la Taberna Alkázar (posiblemente esto venga explicado, entre otras, por circunstancias como las que narraré a continuación).
De toda la carta, hubo cuatro platos que pedimos que no quedaban. Al final, y previa solicitud de la carta para echar un vistazo a los postres, el camarero nos acabó diciendo que mejor nos decía lo que quedaba, que acababa antes.
Las mesas estaban excesivamente cerca una de otras: esto puede ser opinión personal, pero creo que deja de ser una mera apreciación desde el momento en que casi puedes compartir bebida con la mesa de al lado: pedimos un vino blanco, que nos sirvieron con su correspondiente cubitera, al lado de la mesa; a los pocos minutos en la mesa contigua pidieron una botella de champagne. Y el camarero, después de servirles la primera copa, la dejó en nuestra cubitera. O la que había preparado para las dos mesas, vete a saber.
(Debo decir que la calidad de los entrantes que finalmente nos pudieron servir fue buena, sin más, y del plato principal, muy buena. Pero aún así, el precio excesivo, para lo que cenamos y el trato recibido. Pocas veces, o ninguna, me he sentido más indignado e insultado en un restaurante.)

Realmente, a mi entender y el de los siete restantes comensales que ese día acudimos a cenar, en este restaurante se produce una ruptura del principio de calidad/precio/servicio

calidad: El pulpo mucho peor que el que tomé 3 días antes en Eladio. Lo reseñable no es que el de Eladio estuviera delicioso, que lo estaba, normal de un restaurante como Eladio, lo reseñable es mas bien que el de la taberna Alkazar no estaba en absoluto a la altura y su calidad fuera dejara mucho que desear.
Jamón, correcto.
Gambas, no valen la pena el precio. Muy normales. A mi entender las hay mucho mejores por el mismo precio.
Chuletón, carne carente de sabor y pasada de hecha (ni siquiera preguntaron el punto). Parecida a un filete de menu de diario pero cortada más gruesa.

Servicio: Realmente muy poco profesional. Por supuesto entiendo que no era culpa de las personas, que ponían su voluntad, sino de la dirección, que claramente no les forma. Un camarero con muy buena voluntad, al servir no lo conseguía hacer sin tropezarse con los comensales. Otra camarera, al solicitar una segunda copa, a las 12,15/12,30 pm contestó que "sólo nos la servia si nos la tomabamos rapidito". Entiendo que un local que en absotuto es barato no puede dar esa contestación de bar de calle. Lo suyo hubiera sido que nos hubieran dicho que no podían por el horario o que sí, pero con educación y absteniendose de comentarios más alla.
El local en cuanto a características físicas tampoco es para esos precios.

Precio: Desorbitado en relación a los otros dos factores. 93 euros por persona.

He de reconocer que no fue una buena experiencia. Salimos como coloquialmente se suele decirse "con mal sabor de boca".

Este restaurante es todo un clásico de la capital, situado en zona peatonal y en el centro de la ciudad. Dispone de varios salones independientes y tiene su atractivo en verano al poder comer ó cenar en su terraza al aire libre. Es un local con una clientela fidelizada y muy frecuentada por la clase politica y empresarial. El ambiente es selecto.
Materias primas de muy buena calidad con el valor añadido de disponer de menu diario.
Excelente carta de mariscos y pescados sin olvidarse de las notables carnes que dispone.
Igualmente ofrece una variedad importante de arroces de distintas elaboraciones, así como un amplio abanico de especialidades.
Extraordinario el jamón iberico, el foie micuit trufado y el bacalao encebollado, así como los calamares a la romana.
Tambien pudimos degustar las ostras, gamba rayada y percebes gallegos, para finalizar con un arroz de langosta.
Amplia y variada carta de postres a pesar de que no llegamos.
Bodega muy amplia y completa en cuanto a denominaciones de origen y añadas, con cerca de 800 referencias. Las copas acorde a los vinos.
La vajilla, cristaleria y cuberteria selecta.
El servicio profesional y atento.
Por supuesto la calidad en las materias primas siempre son caras.

Hace ya mucho tiempo que deje de pedir Marisco en esta taberna muy venida a menos. Lo cobran a precio de oro y la calidad es justa, justa, justa.`

Posiblemente la del Viernes sea mi ultima visita a este local, ya que 24 Euros de un mini plato de Jamon y Lomo MALOS no es normal. Se que parece extraño, pero la calidad del ¿Iberico? dejaba mucho que desear.

Eso si, mucho ambiente y unas estupendas chuletillas, pero a los precios que los cobran sobran locales en Valencia.

¿Quien te ha visto y quien te ve Alkazar?

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